Conociéndonos.

1374 Words
Su padre no pudo venirla a dejar al trabajo, ni su mamá pudo hacerlo, a lo que ella tomo el autobús para llegar al trabajo, donde ahora está pensativa mientras acomoda algunos peluches. Escribe una respuesta, al escuchar el sonido de mensaje de su celular, al ver que es una de sus amigas, solo termina y envía volviendo a guardar su móvil volviendo a lo suyo, pensando quien podría llevarla a casa. Oliver no podría venir, él salió de la ciudad, Bruno trabajando, aunque le mando un mensaje que él no ha contestado. Karina sigue trabajando, está tarde se encuentran jóvenes y niños jugando, a ella solo le toca entregar sus premios que ganan, nada difícil, solo mantener el lugar limpio y atender a los clientes. —¿Qué piensas? Karina voltea dándose cuenta que es su compañera Lisbeth. —Nada, bueno si es que no sé qué hace. —¿Sobre qué? —pregunta ella. Lisbeth una chica no muy alta de cabello cobrizo, morenita, le parece que es fan de Rihanna. —De volver a mi casa, mis padres salieron de viaje porque una de mis tías está enferma. —Pero te dejaron el auto. Karina niega al decir: —No, se llevaron el auto porque el otro carro lo vendieron, es por eso que me vine en camión. Lisbeth solo asiente. —Y ahora debo ver cómo irme a mí, casa tal vez tome un Uber. —Eso te saldrá caro. —Lo sé, igual que un taxi. —Y tu novio. —Ahorita no está en la ciudad. —dice Karina. Al ser que hace unas semanas atrás, tuvieron algunas salidas de amigos, al igual que citas, conociéndose todo iba muy bien ya no se veía tanto con Bruno, solo quizás alguna pocas veces, y un día comiendo en un lugar que ella disfruta ir, es donde Oliver pidió que fuera su novia. —Bueno, si yo tuviera auto claro que te daría un aventón a tu casa, pero como sabes, mi casa queda cerquita de aquí. —Si igual le hable a mi amigo Bruno, pero es hora que no me contesta y mi única solución es tomar un taxi. —Y tu hermana Jimena. —Pues de ella no hay problema, mi mamá hablo con una de las mamás de las amigas de mi hermana, pidiéndole que la viniera a dejar a la casa que con gusto acepto. Solo asiente su compañera, a lo que continuaron trabajando. —Hola ya vienes por tu juguete. —le dice Karina. A la niña que casi siempre viene a jugar. —Hola, solo quiero checar si ya a completo los puntos para ese juguete grandote. —Ah, te refieres al bolso pop on it de unicornio que aún tenemos. La niña asiente con alegría, a lo que Katrina checa si ella ha completado los puntos para ganarlo, siendo que hace casi dos semanas a solo vuelto a jugar desde que descubrió el premio, de recolectar 1500 puntos para ganarlo, jugando en el castillo binas. Y desde ese día ha vuelto cada tarde a jugar, para juntar sus puntos, cada que Karina le dice cuanto era lo que le faltaba a completar, mientras ella teclea en la computadora y la niña solo espera con ansias. —Ahora si María. —dice Karina. Ese era el nombre de la niña, quien se encuentra contenta al tener una sonrisa de oreja a oreja, es como enseguida ella le da su premio ganado, que es una cajita muy colorida. —Gracias. Karina asiente diciendo: —De nada. Y ve irse muy contenta, al ser que no viene solo, viene con su hermano que viene con su uniforme de secundaria y María con el de primaria, yéndose los dos. —Ya se llevó el premio que tanto quería esa niña. —Si a completo sus puntos y se lo llevo, de ese solo nos llegó uno verdad. —le dice Karina. —Si eso creo, aún tenemos los premios que no muchos han ganado. Las dos miran los demás premios, como también los peluches que en mayoría es lo básico, como los que para ganar tienen que obtener ciertos números de puntos, al igual las que se encuentran en el mostrador entre pulseras, collares y demás cosas. —Lisbeth. Ellas voltean, al ver que es Tomás uno de sus compañeros. —¿Qué paso? —pregunta Lisbeth. —Necesito que me ayudes. —dice Tomás al explicarlo. Karina los ve irse a los dos platicando, quedándose ella, ya en unos minutos seria su hora de comer, solo que está vez como coincidía su hora con algunos de sus compañeros como con Lisbeth, entonces por teléfono llamaban a una tortería, quienes les traían su orden. No faltaba mucho para que llegara la orden, ya Katrina, Lisbeth y algunos otros compañeros esperaban a llegar, en ese momento llego el muchacho con el pedido que en general quien paga es Lisbeth, al ser quien recibe el dinero de todos. —Bueno ¿Quién eres? —pregunta a su teléfono, al contestar por a ver visto solo un número desconocido. —Karina lo siento, soy Emanuel. —Emanuel ¿Cómo estás? ——le pregunto. —Muy bien y ¿tu? —Bien, bien ahorita estoy en mi hora de comida. —Estas trabajando. —Sí, trabajo en el castillo binas. —Eso suena bien. —Pero dime ¿Qué haces? —Acabo de llegar de viajar y contacte a Alejandra, quien me dio tu número telefónico, espero no te haya molestado. —Para nada, hacía tiempo que no hablamos, ni he sabido de ti, oyes porque no vienes por mí, salgo a las ocho de trabajar y te invito a cenar a mi casa. —Claro, me gustaría ver de nuevo a tus padres. —A sobre eso mis padres salieron de viaje, pero a quien si verías es a mi hermana Jimena. Hablaron por algunas horas más, hasta que ella debió cortar la llamada porque volvía al trabajo, mucho más tarde, Karina se a listo ya tranquila de que alguien la llevara a casa, siendo ser su buen amigo Emanuel, alguien que conoció hace un tiempo cuando trabajo en una pizzería. —Lisbeth, te presento a mi amigo Emanuel. Ver a un hombre alto, de bonita cara sonriendo, estrechando la mano con esos ojos verdes y su cabello castaño rubio. —Hola. —dice él. Los dos se despiden y salen de ahí, yendo al auto de Emanuel. —Siguen viviendo en la misma casa. —Sí, es la misma dirección. Ellos hablaban mientras iban a la casa. —Entonces tus padres están de viajes. —Si es que una de mis tías se puso mal, y los dos se fueron a verla, porque solo estamos mi hermana y yo, es por eso que no sabía quién podría venir por mi después del trabajo. —Y Bruno, él siempre anda junto contigo. —Lo sé, pero ahora está trabajando. —A mira, eso nunca me la hubiera creído. Karina se ríe. —Pues sí, menos pudo venir mi novio por mí. —Novio dices. —Si. —responde con una sonrisa. —Desde cuándo. —Bueno, nos cocimos hace ya tres meses. Emanuel maneja mientras asiente escuchando a su amiga. —Pero primero salimos como amigos, tuvimos algunas citas, ya después me pidió ser tu novia. —Y bueno, como se llama este muchacho. —Oliver Castillo. —¿Cómo es que lo conociste? —Por Nancy en el cumpleaños de su hermano, igual Bruno lo conoce también. —Y porque no vino por ti. —Salió de la ciudad, me parece que se tuvo que ver con su primo, eso creo. Emanuel no quiso decir algo más, en eso llegaron a la casa, ya se encontraba Jimena siendo que las hermanas se habían estado contactado por el celular, a verlos llegar recibe con un abrazo a Emanuel. Al ser que, a Jimena quería y le agradaba mucho el amigo de su hermana. —Traemos la cena. Ellos habían pasado a comprar unos tacos, a la taquería favorita de la familia de Karina, entraron, prepararon la mesa para empezar a cenar y hablar sabiendo él de las hermanas.
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