Hace semanas ha estado trabajando en el salón de juegos del castillo binas, ha sido bueno ver a tantas personas venir de vez en cuando, a jugar padres con sus hijos, o jóvenes que vienen a divertirse.
A conocido a sus compañeros de trabajo, algunos más jóvenes, hoy fue un día tranquilo no tan pesado como en otros días, ahora se hecho costumbre que Oliver pase por ella a recogerla a su trabajo.
—Como te fue nena. —dice Oliver.
—Bien, ahora solo vinieron a jugar grupitos de chicos.
Desde unas semanas para acá, Oliver se acercó más a Karina teniendo citas, conociéndose un poco más, aunque a veces venía con ellos Jimena o en ocasiones Bruno, porque a veces ella se encontraba en el parque con su amigo.
—Quieres venir a cenar a mi casa. —le dice Karina.
—Claro.
Oliver maneja directo a casa de ella, mientras, van escuchando algo de música por el estéreo del auto.
—Voy para la casa. —dice ella, al estar hablando por el teléfono.
Oliver al principio no imaginaba con quien ella estaría hablando, solo escucha hablar a ella sobre varias cosas, no es muy interesante la plática, para a lo que de alguna forma ignora, solo un poco estaban por llegar a la casa, mientras Karina sigue al teléfono, cuando se da cuenta que llegan a casa y dice:
—Bueno checa bien y me avisas está bien.
—No vengas con tu novio.
Karina antes de despedirse ríe al contestar:
—Vale Alejandra, entonces me llamas, nos vemos.
Ella solo cuelga y bajan los dos de la casa.
—Era tu amiga Alejandra.
—Si me llamo con eso que quiere que vayamos al parque acuático, solo chicas.
Oliver asiente, sabia sobre el plan, porque anteriormente ella se lo había comentado, una vez entran a la casa donde los recibe.
—Papá llegamos y mamá.
Su padre saluda a Oliver.
—Está poniendo la mesa.
Karina va hasta el comedor, dejando a Oliver hablando con su papá.
—Mamá llegamos, invite a Oliver.
—Está bien hija, vengan a sentarse. —dijo su mamá.
Todos se sentaron a cenar, no se quedó mucho Oliver en casa de Karina, para ella era normal, claro no era Bruno quien, si se quedaba horas con ella, quien era extrovertido como lo es también ella, en cambio conociendo a Oliver reconoce que es alguien sociable en hablar de demasiadas cosas suyas, pero al igual reservado en otras.
—Hola ¿Cómo estás?
Hace unos momentos se conectó desde su computadora, revisando su correo electrónico, como también sus r************* , en eso acepto una videollamada de su amigo Chava, con quien se encuentra hablando.
—Bien, acabo de llegar de mi trabajo.
—Que bien.
—Pero dime ¿cómo estás? —pregunta.
—Bien en el trabajo y estar en mi casa.
—No piensas volver a vivir sola.
Karina mueve la cabeza negando.
—No ¿Por qué? Chava, debo saber algo importante.
—No lo sé.
Ella lo mira confundida y algo curiosa.
—Como que no lo sabes dime, ¿Qué sucede? —pregunta ella.
—No estoy seguro, pero antes debo preguntarte, fuiste ese domingo pasado a la reunión Abasí.
—No y aun no me explico el porque me hayan invitado, sabes bien que me he retirado ya no soy la persona que era antes.
Ve que su amigo asiente entendido a ella.
—Estoy igual que tú, no se el porque te hayan invitado, siendo que estás retirada, lo que no entiendo que creían que pasaría si tu hubieras asistido.
—No tengo idea, eso nunca lo sabremos.
—Pero si debo decirte Karina.
—Claro dímelo.
—No sé quién, pero alguien te estuvo buscando, no has tenido llamadas.
—No como que no sabes quién era Chava, dime lo que sabes.
—Hace unos días.
—Días. —repite ella.
—Me llego un mensaje, al correo avisándome que preguntaban mucho de ti.
—No crees que solo sea un rumor.
Ve la pantalla notando que su amigo mueve los hombros, refiriéndose a que no lo sabe para nada.
—Es la única información que sabes.
—Sí, es lo único.
—Imaginas quien te haya enviado el mensaje de correo.
—Ni idea, porque la verdad ya no lo tengo, una vez que lo leí y quise reenviártelo, automáticamente se borró.
Chava se da cuenta de la media risa que le da a su amiga, en eso ella escucha entrar a su hermana Jimena.
—Espérame. —dice rápido, al instante guarda sus páginas que tiene abiertas, dejando abierta la de su correo normal.
—Karina.
—¿Si? —pregunta.
—¿Qué haces? —le dice su hermana.
—Checando mi correo y ¿tú?
En eso que su hermana le dice, al pedirle prestado una ropa de ella que al final decide prestársela.
—No te quedes tan tarde, si no mamá se dará cuenta.
—Si no te preocupes.
Se desearon las buenas noches y salió de su habitación, Karina solo volvió abrir la página donde hablaba con su amigo Chava.
—Perdón, ya volví entonces me decías que ese mismo correo se eliminó enseguida.
—Si Kari.
—Y no imaginas quien te lo haya enviado.
—No.
—Bueno, yo checare eso.
—Si Karina no has pensado en volver a ser.
—No. —dice al interrumpirlo antes decir algo más.
—Está bien, pienso que no volverás a ese departamento de la calle Duránzo.
—Bueno, mi departamento lo estoy rentando a una pareja.
—Entonces está más que decidido.
—Sí, estoy bien en casa de mis padres.
—Volviste al nido.
—Eso creo.
—Pero cuéntame, cómo les ha ido, bien ya que sigues trabajando con Imanol.
—No lo sabes.
—Saber ¿Qué?
—Ya no trabajo con él.
—Cómo crees, ¿Qué paso?
—Bueno tenías razón.
—¿Perdón? —pregunta al medio sonreír.
Siendo que hace tiempo atrás, cuando Chava le comento con quien se encontraba trabajando, ella no estuvo nada de acuerdo, al ser que ella también ha trabajado con él, pero no es una buena persona.
—Debo reconocer que tenías toda la razón, después de lo que me contaste sobre él teniendo negocios turbios, relacionándose con gente equivocada, mala y sin escrúpulos.
—Me alegra que ya no trabajes para él, y dime con quien trabajas ahora.
—Debo contarte que trabajo para Manuel Bautista.
—En serio, con ese hombre.
—Si acaso lo conoces.
—Conocerlo, conocerlo no me refiero en persona, para nada solo una vez ya tiene un tiempo que trabaje con el señor. —dice al recordar que él la contacto, y le pidió averiguar a una persona, cuando se encontraba trabajando en un mecánico de autos.
—Ese debe ser al padre.
—Si ¿Por qué? —dice ella.
—No es con el señor, es con su hijo que tiene el mismo nombre.
—El junior.
—Si.
—Pues está bien no.
—Sí, me ha ido bien y no te mentiré, sería muy bueno que volvieras.
Ella vuelve a medio sonreír de nuevo, negado en volver.
—Sabes que respeto tu decisión.
—Gracias y lo único que debes saber sobre eso, que no volveré a ser ella, porque la vida que elegí desde que decide retirarme, es la que llevare siempre.
Chava solo asiente, al hablar de otras cosas más hasta que ambos se despiden.
—Buenas noche, debo ir mañana a trabajar.
Cortaron la video llamada, y ella ya en pijama solo se acostó a la cama, escucha su teléfono sonar, en ese instante contesta en ese mismo momento.
—Oliver. —dijo Karina, porque se había fijado que era él.
—Karina, creo que te desperté lo siento.
—No te preocupes la verdad, apenas estaba por dormirme, pero dime.
—Mañana no podré ir por ti.
—A está bien no te preocupes.
—Gracias es que debo salir, y volveré tarde a la ciudad.
—Está bien solo cuídate, y hablamos después, buenas noches.
—Igual buenas noches.