Hace unos días volvieron de grana, ya cada quien se encontraban en sus trabajos menos Karina, quien se encuentra en un restaurante esperando sentada, mientras come algo de fruta.
—Siento a ver llegado tarde Karina.
—No te preocupes Daysi, es bueno verte, pero siéntate.
Daysi que viene con unos jeans, blusa y tenis, al sentarse quedando frente a Karina quien pide una taza de café, en cambio ella un café con leche.
—También para mí fue una sorpresa tú mensaje, ¿Qué pasa? —pregunta Daysi.
Karina tenia a la mano su celular, que enseguida le entrego a su amiga para que leyera, ella lo hace descubriendo quien lo envió moviendo la cabeza.
—Cómo es que te pudo contactar y decirte que quiere verte en el bar R.
—No sé, qué es lo que él trama, Arturo.
—Bueno, te contacto más, no te busco en persona.
—Acaso me estás insinuando.
—Me refiero a que solo quiere tu ayuda en algo, después de todo él siempre estuvo contigo.
Karina medio ríe al decir:
—Claro me apoyo, que yo lo ayude, para nada lo haría.
—No piensas hablar con él.
Karina solo negó con la cabeza.
—Quizás es un engaño.
—O crees que alguien se hace pasar por él.
Medio ríe al negarlo.
—No lo creo, Arturo es astuto, solo que no imagino que trama y el porque me quiere ver, porque no es casualidad mencionar que sean en el bar ese.
Ambas lo sabían bien el mencionar bar R, no era otra cosa que ambos se vieran en el bar de la discoteca, que es de su propiedad.
—Que mejor lugar que en su propio negocio, ¿no? —le dice Daysi.
—Claro, estar en sus mismos territorios.
—Sé que eso crees que es el problema.
—Si.
—Porque puede saberlo.
—Mi padrino.
—A sí es porque usualmente, él es su ahijado también.
Karina asiente con la cabeza, y ve que tiene varias llamadas perdidas de Oliver, desde que volvieron de grana no se hablan mucho y en este día.
—Sí y me parece que si llega él a enterarse.
—Es lo que no entiendo todavía.
—Bueno no sé si lo sepas, pero mi padrino no tiene hijos de sangre.
—Y Uriel, bueno es su hijastro que claro heredará, no sé si será todo, pero debo decir como sabes cuando era estudiante y descubrió él que era muy buena manipulando, que claro en ese entonces me encantaba serlo, es como acepte a él como mi padrino, aunque él no se quedó así nada más, también encontró a Arturo, una persona de clase baja quien la verdad ambos obtuvieron lo que cada uno quería.
—Ok, pero cuál es la cuestión de que tu padrino sepa que ambos hablen.
—Creo que ese cascarrabias nos veía como sus hijos, que en ocasiones nos hacía competir.
—Pero ya se conocían.
—Nos conocíamos, solo nunca nos hablábamos, sabía yo que él era su otro ahijado hasta que él nos presentó, y nos hizo un tipo de prueba, solo que en ocasiones lo hacíamos.
—Como viendo quien era mejor y ¿Quién lo era?
—Ambos, solo que uno era mejor en unas cosas y otro en otras ya después decidí retirarme, no era porque la policía o el FBI me hayan encontrado, solo quería disfrutar mi vida y a mi familia.
—Y tu padrino que dijo a esto.
—Se molestó, en un principio me insistió en que no era el momento de retirarme, la cosa es que intento convencerme de todas las maneras posibles, pero ya lo tenía decidido y no tuvo otra opción que aceptarlo, claro que me dio, “reglas”. —termina diciendo entre comillas.
—Reglas ¿Qué clase de reglas?
—Bueno yo le di las mías y él las suyas, una de ellas es no contactar con nadie de nuestro circulo, el me prometería que por él nadie sabría de mí, algo que lleva cumplido por mucho tiempo, y yo desaparecería a Catrina.
—Entonces esto también lo sabe Arturo.
—Yo creía que sí, pero ahora no sé qué pensar.
—Es la décima vez que llamo a Karina, y ella no me contesta. —dice Oliver al colgar al teléfono y encontrándose en su casa con su amigo Diego.
Hace unos momentos que Oliver llego a su casa, al ser que sus cosas ya se encuentran guardadas, algunas, otras no, aunque no es mucho.
—Entonces ya piensas vivir con tu novia.
—Si solo que quedamos que iría a comer a su casa, donde se lo diremos a sus padres.
—Tanto así.
—Si solo que estoy intentando de hablar con ella, porque no podré ir a comer el día que quedamos, y ella no contesta.
—Debe estar ocupada en el trabajo. —dice su amigo al ayudar a Oliver a guardar unas cosas.
—Ella ahorita no está trabajando.
—Entonces de estar ocupada.
—Todos modos la llamare más tarde.
Diego es un muchacho alto con pecas, de pantalones de mezclilla con su sudadera, siendo que ya no será su vecino y solo asiente sin decir más, al cambiar el tema.
—Y a ¿Dónde piensas irte?
—Bueno compre un departamento por la calle Escandón, que le gusto a ella mucho y a donde nos iremos a vivir.
—Entonces ya tienes todo para irte a vivir.
—Sí el departamento ya está amueblado y todo, ya mandé cosas mías.
—Ya no seremos vecino.
—Cuando quieras ir amigo.
—Gracias.
En eso que se encuentran platicando, los dos escucharon que golpeaban a la puerta, a lo que enseguida dice Oliver.
—Debe ser la comida, puedes ir y recibirla, aquí tienes. —dice él al sacar algo de dinero y dárselo a Diego.
Quien sale para recibir la comida, Oliver se queda en la habitación volviendo a insistir en llamar a Karina, esperando a que ella conteste, escucha que llama, llama, llama se molesta un poco.
—Perdón bueno.
—Karina.
—Oliver hola siento contestar hasta ahora, es que estaba ocupada, pero ¿Cómo estás? —le pregunta.
—Bien y tú.
—Igual ¿Qué pasa?
—Te hablo porque no puedo ir a comer mañana.
—A no y eso, ¿Por qué?
—Tengo trabajo.
Ella aun no responde nada, solo mueve la cabeza, ve que se da cuenta Daysi a lo que procura Karina no decir mucho al teléfono.
—Bueno entonces el viernes nos vemos.
—Si amor y vemos el día.
—Está bien, debo cortar porque mi mamá me llama.
Los dos se despiden al colgar ambos.
—Es tu novio. —dice Daysi.
—Sí, pero volvamos a lo que me decías.
—Bueno por mí no hay problema Karina, si piensas verte con Arturo estoy lista a lo que pidas.
—Gracias tengo un plan, no puedo decírtelo ahora, menos aquí, pero estaremos en contacto.
—Muy bien.
Bebieron cada una su bebida hablando de otras cosas, ya que en unas horas se verían con el ahijado.