—De me un flan y una gelatina de leche. —pide Oliver a la chica que lo atiende.
Las chicas se encuentran platicando entretenidas, mientras esperan a Bruno y Oliver quienes se encuentran comprando, en el puesto de gelatina que atienden una muchacha.
—Karina aquí tienes.
—Gracias Oliver. —responde Karina.
Una vez que ellos volvieron de comprar, ya que Nadia estaba comiendo unas papas frita, de ahí decidieron ir a la feria de la que Nadia les hablo y que quedaba cerca de donde se encontraba.
Yendo todos caminando, encontrándose en la feria con varios puestos de juegos, que se encuentran algunos niños y adultos jugando, miran hacia todas partes para después entrar a jugar.
—Bueno es un premio común. —dice Karina.
Una vez que jugo en el puesto de canicas, generalmente los premios eran muy comunes de ganar, ciertos juguetes al ser los premios mejores o bonitos es difícil o con un costo mayor.
Caminan por la feria dándose cuenta que no es muy grande.
—Vamos por una banderilla Bruno. —dice Karina.
Bruno acepta a lo que los dos van al puesto de banderillas, siendo que se encuentran ellos, porque Nadia, Oliver y Sofía subían a los juegos mecánicos.
—¿Por qué tan pensativa? —pregunta Bruno.
Karina responde enseguida que escucha la pregunta de su amigo.
—No nada. —dice al recibir su banderilla lista.
Lo que era cierto era que pensaba en la llamada de Chava, al mencionarle un tal Oliver, que creyó por un momento en que se refería a su Oliver.
—Está bien, pero estas algo distraída, paso algo Karina. —le dice Bruno.
Ella piensa algo rápido, “es común el nombre Oliver, y quizás se refería a otra persona”
—Sabes el apellido de Oliver.
—No Karina, no deberías ser tu quien lo sabe.
—Cierto perdón no me hagas caso.
—Bueno si no es eso, dime lo que te tiene así.
—Alguien ha llamado continuamente a Oliver, él dice que “no es importante”. —lo dice ella señalándolo entre comillas.
Bruno come de su banderilla que igual se compró, al decir:
—Tal vez no lo sea Karina, puede que no sea importante hablarlo, o también es algo común del trabajo.
—Bueno él me dijo que se peleó con “su amigo”, no sé si sea cierto.
—Desconfías de Oliver.
—No lo sé, bueno volvamos a su pelea telefónica con su amigo, que no tengo la mínima idea de a quien se refiere como amigo, aunque no me dijo mucho.
—Conoces a todos sus amigos.
—La verdad no a muchos amigos de él he conocido, ahora que lo pienso, dos o tres personas con los que a veces nos topamos de repente.
Bruno solo mueve la cabeza.
—¿Dónde andaban ustedes? —pregunta de repente Sofía al verlos.
—A es que fuimos por unas banderillas.
En eso que Sofía menciona a los juegos que subieron, Karina siente el brazo de Oliver, lo sabe una vez que voltea a verlo al susurrar él a su oído.
—Estás bien.
—Estoy bien solo es mejor volver a casa. —dice ella.
Al mirar la hora en su reloj de la muñeca, a lo que estuvieron de acuerdo los demás, volviendo juntos hacia el auto.
—Entonces volverán a la ciudad pasado mañana. —dice Nadia.
—Si tenemos que volver al trabajo. —dice Sofía.
Al ir de la mano con Bruno, en cambio Karina lleva las manos metidas en el bolso de su sudadera y Bruno con las suyas en su abrigo, hasta que llegan al carro al cual suben enseguida.
Al ser que está vez quien maneja es Oliver y quien está sentado en el asiento del copiloto es Nadia, porque en los asientos atrás se encuentran Karina, a lado de la ventana Bruno enseguida y Sofía a lado de la otra ventana.
—Se pelearon. —dice algo quedito Bruno.
A lo que Karina escucha atenta al solo negar, moviendo la cabeza, van continúan subidas al auto mientras sigue manejando, Oliver todo el camino se encuentra en silencio.
—Al fin llegamos. —dice Sofía.
Al bajar todos saludan a los padres de Nadia, para después cada quien toma camino, en primera Karina sube hasta su habitación, Bruno también como Sofía, en cambio Oliver se quedó a fuera, viendo algo en su automóvil.
—Ya tiene toda la pila. —se dice ella, al checar todos los mensajes que tiene acumulados de contactos, que solo se acuesta a la cama boca abajo checando, al leer y responder en ocasiones.
—Hola Kari tienes el documento del mes pasado.
Quien se lo había escrito era Lizbeth, a lo que enseguida lo pensó al recordarlo, checa rápido si lo tenía, al ver que efectivamente y solo se lo reenvió a ella, al continuar leyendo algunos otros mensajes.
—Karina ¿Cómo estás?, te aviso que acabo de cambiar de número de teléfono porque me robaron mi celular, soy Raúl.
Le sorprende recibir el mensaje, ya que no habla mucho con ese amigo que conoció en un grupo en línea, y solo registra el nuevo número, aunque no sabe cuándo lo vaya a saludar de nuevo.
—Debemos hablar cariño.
Ve de quien es el mensaje, dándose cuenta quien encontró su número de teléfono, decide no eliminar el mensaje a lo que no contesta nada y es como se levanta de la cama, al traer su maleta a la cama al buscar y pensar, “es un alivio estar sola”, encuentra lo que buscaba en su maleta que tiene un hueco oculto, de dónde saca un móvil y enciende tecleando un número.
—D necesito hablar contigo, es importante llámame. —dice Karina, al apagar ese teléfono ocultándolo de nuevo.
Y vuelve a dejar la maleta donde estaba para ir al baño, enseguida se encuentra molesta sola en el baño sentada sobre la tina de baño, no lloraba, solo pensaba en cosas y en ese horrible mensaje de la persona que no desea ver, de nuevo.
—Amor.
Ella lo escucha desde el baño, a lo que se levanta enseguida y solo comienza a lavarse las manos, enseguida rápido al salir de ahí.
—Estaba en el baño.
—Está listo la cena.
—Ya bajo. —dice al ver que él se encuentra sentado en la cama.
—¿Qué tienes? Karina.
—Nada, solo tengo hambre, podemos ir a cenar.
Oliver asiente a lo que los dos salen del cuarto a las escaleras, mientras bajan platicando.
—En serio.
—Te lo digo, vamos.
—Bueno debemos hablarlo, ya que estemos haya vale.
—Está bien Karina.
Llegan a la sala donde solo faltaban ellos en sentarse, viendo que es café en unas tazas de barro, con pan dulce o pan serrano que ve comer a Bruno.
Ellos dos solo se sientan a cenar, mientras platican de que fueron a la feria y sobre los juegos en los que subieron. Así fue hasta que terminaron de cenar, al agradecer y desear las buenas noches.
Todos en sus habitaciones, Oliver y Karina continuaban despiertos estando en sus celulares, al igual que Sofía y Bruno.
—Vas a leer, bueno, escuchar tu audio libro.
—No, ya me voy a dormir.
Es como los dos se desearon buenas noches.