Arturo.

1416 Words
Solo con unos jeans, blusa blanca y su chaqueta que siempre disfrutaba ponerse, está vez con unos tenis llegando a la discoteca con el escándalo de la música, las personas bebiendo o bailando. Decide ir a la barra a pedir una bebida. —Señorita Catrina. Ella voltea instintivamente hacia el muchacho, viendo que viene con su uniforme de mesero quisiera decir no, pero no tiene otra alternativa al solo decir: —Si. El mesero entrega una tarjeta a ella que lee enseguida, descubriendo las siguientes palabras escritas en cursiva. “La Catrina Su misterio… Cautiva Su indiferencia… Atrae” Atte. tú Catrín. Karina solo mueve la cabeza, volteando a un lado de que Arturo no ha cambiado, con sus detalles para ella, a lo que el joven mesero dice: —Él la espera. —Si. —solo responde al seguir al mesero. Yendo a veces entre la gente mirado su alrededor, dándose cuenta de los guardias hombres altos y corpulentos, la música no para en ningún momento. En eso van subiendo las escaleras de caracol para estar en el segundo piso. Guiada aun por el muchacho, al pasar una puerta negra donde se encuentran resguardando dos hombres con un aspecto serio, llegan a una oficina sencilla, mirando paredes grises y uno que otro cuadro, al verlo a él sentado. —Gracias Luis retírate, siéntate cariño, espero que tuvieras una buena excusa con tus padres para poder venir a estas horas. —Que te importa. —Que sutil Catrina. —Creo que entiendes la palabra que estoy retirada, y esta es solo una reunión de amigos. —Amigos. —repite él. Ver a Arturo sentado, recargado a su cómoda silla creyéndose un poderoso de cabello rubio castaño, que ya no usa lentes, y ahora estar vestido cómodamente con pantalones y una camisa blanca. —Imagino que sabes bien las palabras que aceptaste, de la regla de nuestro padrino. —De ese hombre de antaño. Karina mueve los ojos. —Veo que esto tomara su tiempo, entonces dime el por qué querías verme. —Bueno. —dice Arturo. Ella ve que saca algunos papeles de un cajón de su escritorio, a lo que llega una chica con un vestido rojo, que deja ver su buen cuerpo. —Mi amor. —dice con esa voz algo chillona, dándose cuenta de Karina como toda una maleducada, y aun con eso la barre con la mirada. En cambio, Arturo ni la saludo, solo la ignoro, a lo que esa mujer se encontraba abriendo un tipo de caja fuerte. —Sasha, sal de aquí. —Solo vengo por algo de dinero. Arturo solo se levanta, Sasha sonríe muy contenta, sorprendentemente Karina no lo esperaba, tomo la chica del brazo y solo la sacó de la oficina, eso no dejo que ella comenzara a gritarle con desesperación. —Ella es tu novia. —le dice ella al verlo entrar. —No, solo es una empleada. —Pero parece que suponía que yo era la amante, deja recordar las palabras que grito. —dijo al levantarse Karina e ir hacia la caja fuerte, que no pudo abrir Sasha. —Se lo que dijo y no debes darle importancia. —Acaso me llamaste para abrir esta caja fuerte. —dice al sonreír. Él negó con la cabeza al decir: —Por favor, ven a sentarte y se cómo abrir mi caja fuerte. Karina mira algunas cosas más, al irse a sentar, él le entrega unos papeles que lee ella enseguida, sobre unas cuentas de banco. —Si estas cuentas son de Román. —Él nos está robando. —¿Qué? —Sé que no lo puedes creer, pero él nos está robando. —Robando dices. —dice sin entenderlo. —Sé que no lo crees, pero esas cuentas nos pertenecen. —En serio, Román nunca abrió una cuenta para nosotros solo, para su hijastro, eso creo, no estoy muy segura, pero dime que pretendes hacer con esto. —Bueno a mi si me abrió una cuenta, él ha estado robando. —Aja. —Desde que tú te retiraste todo ha cambiado. —Pues si debía cambiar y debo decir, que desde que lo hice no he sabido nada de nada. —Eso es bueno para ti, pero en cambio yo continuo. —Solo retírate. —No es fácil, tú fuiste astuta en irte, en cambio yo no hice otros tipos de tratos. —Entiendo Arturo y piensas que él te roba. —Si por favor, no te pongas de su lado. —No me estoy poniendo del lado de nadie, solo te pido razones, si realmente es Román quien te está robando, Arturo es inteligente, por algo te ganaste tu nombre como el Catrín, sugiero que minuciosamente lo averigües, sabes bien porque no puedo ayudarte, solo tal vez. —Sí, sí. —Podría recomendarte cierto contacto. —Me hablas de esa chica D. Karina solo niega al medio reír. —Sé que no te agrada, pero es bueno en su trabajo. Con mirar a Arturo de que sabe cuál es el nombre que ella mencionara en unos instantes, pero antes dice él. —Siguen en contacto. —Algo, no puedo decir mucho, aunque volvimos a hablar Calé y yo él es muy bueno en lo que hace, y te ayudaría ya que te veo ocupadísimo en tu negocio. —Lo pensare. —Piénsalo rápido, porque hablare con él en este mismo momento. —responde ella. Arturo no se había dado cuenta que ella tomo su laptop, viendo que enseguida había contactado a Calé quien en ese momento los saluda, siendo una videoconferencia. —Igual también me agrada verte amigo. Arturo se encontraba mudo, a lo que solo asentía al saludo, siendo que en el pasado ambos no congeniaban mucho y quizás, había odio, siguió hablando Karina. —Bueno te contacte porque mi buen amigo el Catrín, necesita ayuda. —Por mí no hay ningún problema. —Entonces está bien, los dejare hablando, debo irme ahora, fue bueno hablar con ustedes. —Deja que te acompañe. —Muy bien. —Vuelvo enseguida Calé. —Está bien. Es como los dos se levanta, es como la acompaña hasta la puerta despidiéndose ambos. —Por favor ten cuidado, he sabido que un Castillo te está buscando. —También lo sabes, vino a buscarte. —No, pero me lo dijo Ariel, solo ten cuidado, no se el porque te busca. —No te preocupes, tal vez es algo pasajero una vez que se canse de buscarme. —Bueno, después de todo eres la protegida de Román. Karina no dice nada a eso, al solo sonreír y despedirse de su amigo. En eso solo sale de la discoteca rápido, bueno a su madre le había dicho que estaría con unas amigas, que es como decide ir a ver a Alejandra. Ya en casa de Alejandra es bien recibida. —Que estabas haciendo. —A es que me quedé de ver con un amigo, y quise a pasar a verte, no hay problema o vas a salir. —No voy a salir y parece que está por llover, lo bueno es que hayas llegado. —Si. —Quieres tomar o comer algo. —No gracias estoy bien. —Bueno, no me negaras un café. —Está bien. Alejandra sirve las dos tazas de café al preguntar: —Y ¿cómo has estado? —Bien, hace unos días fui a grana. —A sí que bien, fuiste a ver a Nadia. —Sí y a su familia. Tanto Alejandra como los demás amigos de Karina, bueno algunos conocían grana por ella, aparte de conocer a Nadia. —Y fui con Bruno, Sofía y Oliver. —Con tu novio. —Si. —¿Qué Sofía? —Recuerdas a esa ex que quiso mucho Bruno. —Aja. —Bueno hace algunos días ella volvió, y estos dos se reencontraron y ahora andan de novios otra vez. —Ese Bruno no entiende. —Bueno, debo decir que ella dice que lo ama mucho. —Pues a ver si es cierto, no recuerdas cuando esos dos terminaron. —Sí y deja eso, su mamá. —Claro cómo olvidarlo, me imagino que se enojó al saber que volvieron. —Pues sí, no y aparte ya viven juntos. —Que rápido no, que ya vivan juntos. —Si solo les deseo lo mejor a ambos. —Sí que otra cosa queda, pero anda toma una galleta. —Así gracias. Karina come una galleta de vainilla con su café.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD