La fiesta de cumpleaños.

1895 Words
Karina conocía a los amigos de su amiga Nancy. —Te presento a Oliver, ahora que no está con su habitual traje de payaso. Ambos se miran y estrechan la mano, muy normal presentándose ambos. —Oliver Castillo. —Karina Díaz. —contesta al ser que chico de cabello n***o, corto, alto y de ojos verdes, le da casi su nombre completo —Disculpe, mi mamá me llama, pero disfruten la fiesta. Los dos agradecen. —Hace cuanto eres amiga de Nancy. —Desde secundaria y ¿Tú? —le pregunta. —Hace algunos meses, cuando me mude a esta calle. —Entonces vives solo. —Sí y tú vives por acá cerca. —No, vivo por la calle naranjal. No sabía él porque Oliver la miraba de una forma tan familiar, que le pareció extraño. —Creo que una vez fui por esa calle por trabajo. —Entonces es verdad que trabajas como payaso. El solo asiente con una sonrisa. —Imagino, solo para fiestas infantiles. —A veces, solo que también en ocasiones trabajo en los circos. —De esos circos ambulantes. —A veces, no siempre, porque sus viajes son a lugares más lejos. Solo mueve la cabeza, al tomar un poco de su vaso que en realidad está vacío, y solo mueve sus ojos volteando a verlo, ambos se encuentran alrededor de los demás hablando, cuando ve a su amigo Bruno riendo con Toño, y otras personas al igual que a su hermana, al ver a su amiga lrene. —Es tu novio. —le dice Oliver al darse cuenta que mira directo a ese muchacho. —¿Perdón? —pregunta Karina. —Lo siento, me di cuenta que miras a ese chico, creo que es tu novio. —A él no es mi novio, Bruno es solo mi amigo. Sin darse cuenta los dos. —Hola, me llamo Bruno. En eso, los dos se estrechan de las manos al saludarse y hablar un poco. —Eres amigo de Toño. —le dice Bruno. —No mucho, pero soy amigo de Nancy. —Igual Karina y yo. Ella asiente al mirar su vaso vacío, y dejarlo en la mesa que está cerca. —Sigan platicando, ya regreso. Los dos la ven irse siguiendo con su conversación, mientras, Karina se dirige al baño donde se queda unos minutos mirándose al espejo, no sabe, pero de alguna forma se le hace conocido Oliver, no sabe si es por sus ojos, algún rasgo de él, no lo sabe y sale del baño, en eso suena su celular. —Hola. —contesta ella. —Karina hola. —Sandra ¿Cómo estás? —le pregunta. —Bien gracias y ¿Dónde estás Karina? no te escucho bien. —pregunta ahora Sandra. —En una fiesta de cumpleaños. —A entiendo, bueno Kari te hablo porque me habías dicho que buscabas trabajo, o ya lo conseguiste. —Si busco trabajo y no he conseguido. —Qué bueno, sé que te gustara, no sé si te dije antes que trabajo en el parque valle roble. Karina no lo recuerda, cuando memoriza rápidamente al contestar: —Si me lo habías contado. —A pues solicitan en el parque para el área de go kart. —Karina, Karina. Ella voltea a ver que la llama Bruno, a lo que asiente con la cabeza con una expresión de pregunta, para después señalar a que se acerque. —Me gustaría claro, pero perdón, debo cortar es que me hablan. —Ok no te preocupes, entonces porque no mañana nos vemos en el parque. —Si está bien, gracias. —dice Karina después de despedirse y que Sandra le diga la hora, para después colgar, al ser que Bruno estaba a su lado. —¿Quién te hablo? —pregunto él. —Era Sandra, la que trabaja en el parque de atracciones. —Que te dijo. —Que hay vacantes. —Eso es genial ¿No? —pregunta Bruno. —Si. En lo que los dos hablan, aun encontrándose en el pasillo de la casa. —Karina, vengan los dos, ya van a cortar el pastel. —Si Jime ya vamos adelántate. En lo que su hermana se adelanta ellos dos también. —Hablemos después de eso. —Y le gustaste al tal Oliver. Karina voltea a ver a Bruno al negar, llegan y ven a todos los invitados alrededor del cumpleañero y el pastel de chocolate, cantando las mañanitas para que después Toño soplara la vela, y todos se sintieran felices, para después partir y compartir rebanas de pastel. Mientras Karina termina de comer dejando el plato en el cesto de basura que vio, ella se encontraba sola mirando a los demás comiendo y charlando, su hermana con su amiga y Bruno ayudando un poco y en cambio Karina, feliz de la llamada de Sandra, aunque ve a Oliver quien le sonríe. —Karina a ¿Quién miras? Ella voltea al sonreír y contestar: —Bruno, a nadie. —¿Ya es hora de irnos? —Eso creo. —responde Bruno. A lo que se quedan por unos minutos más hasta despedirse. —Gracias Nancy por invitarme. —No, a ustedes gracias por venir. —les dice Nancy al entregar un pequeño detalle que es un bonito frasco lleno de chocolates, y una nota que dice “Gracias por venir”, que entrega a Bruno como a ella. Se despiden al ir al auto de Bruno, donde suben y se van de ahí. —Les gusto él pastel. —les dice Bruno. —Rico. —dice Karina. —Igual, no sé dónde la hayan comprado. A lo que Bruno como Karina menciones dando una teoría, de donde quizás lo hayan comprado. —Me regalas los chocolates Karina. Karina mira el frasco que Nancy le dio, y ve que tipo de chocolates son, a lo que lo abre, toma algunos que da a su hermana porque piensa dárselos a su mamá los demás. —Ahora, cuéntame sobre la llamada de Sandra. —dice Bruno. Jimena no sabe de qué habla y se entretiene en su celular, mientras los escucha. —Como te dije, ella trabaja en el parque de atracciones y me conto que en los go karts solicitan, y entonces mañana nos vamos a ver, espero obtener el trabajo. —Ya verás que si Karina, entonces mañana nos vamos juntos. —Si mañana. Ya era algo tarde. —Porque no volvemos a ir a la feria, ya que mañana no estará. —Deja preguntar y tal vez pueda. —Ok. —contesta Bruno. Ya habían llegado a su casa, a lo que se despiden de Bruno quedando de acuerdo, si quizás vayan de nuevo a la feria. —Mamá llegamos. —dice fuerte Karina. —Qué bueno que llegaron. —Papá cómo te sientes. —Mejor, estoy bien Karina. —contesta su padre. Después de a ver ido a ver a sus abuelos a casa, sintió un malestar algo feo, claro que ese mismo día llamaron al doctor, quien vino a casa al revisarlo y recetarle algunos medicamentos, al parecer era una gripa que es común que a él siempre le dé, con de forma fea. —Y mamá. —Ella está arriba, habla con una de sus hermanas. Jimena ya había subido a su habitación. —Estaré arriba papá. —Si. Karina sube y antes de ir a su cuarto va a ver a su mamá. —Karina. —¿Si? Jimena. —Si acepta mamá, quiero ir también. —Está bien. Ve que su hermana va bajando las escaleras y ella entra a la habitación de su madre, quien la escucha hablar todavía con su tía, que exactamente no sabe quién sea, pero escuchando como habla su mamá, le parece ser su tía de Monterrey, su mamá la ve y ella se sienta junto a ella en la cama, solo hablan un poco más hasta que se despiden. —Llegaron. —Si mamá. En eso Karina le da su mamá el frasco con los chocolates restantes. —Es el recuerdo de la fiesta de cumpleaños. —Gracias hija. —Hablabas con mi tía Gloria. —Si. —responde su mamá al contarle sobre lo que hablaron, al ser que de vez en cuando, se comunicaban para saludarse y hablar de otras cosas. —Así, no sabía entonces ya se van a casar, conocemos al muchacho. —Creo que es con quien sale en sus fotos. —Debe ser él, oyes mamá, nos deja ir de nuevo a la feria. —Y ¿Qué hora es? —pregunta su mamá. Karina mira el reloj dándose cuenta que son las seis y media, al decírselo a su mamá. —Pero ya es tarde Karina. —No, igual ayer casi regresamos, mamá déjanos ir, iremos con Bruno. La señora lo piensa un poco, para que al final las deja ir sin antes decir que se deben cuidar, y no llegar tarde porque no quiere que la tengan preocupada. —Si mamá, ambas nos cuidaremos, volveremos eso de las diez. —le dice Karina al abrazar e irle a decir a su hermana, y llamar a su amigo quien las recogerá en el carro de su mamá. —Karina, ya llego Bruno. —Ya voy. —dice fuerte Karina. —Vayan con cuidado, ya se lo dije a Bruno. —Si papá. Salen las dos después de despedirse de su padre y subir al auto, yendo a la feria nuevamente. —¿Qué te dijo tu mamá?, ya que por tercera vez le pediste el carro. —pregunta Karina. —Primero le hable de como estuvo la fiesta, y después le pedí de nuevo, diciéndole que iría a la feria de nuevo con ustedes y me dijo que sí, pero una condición. —Con que condición. —La de siempre, con que la gasolina esta cara. —Esa es la cuestión, siempre por ese motivo no tengo auto ni una moto. —Pues si consigues el trabajo en ese parque, sea bueno, que debas comparte un carro o una moto, aunque me parece que es más económico. —Una motocicleta tal vez, pero primero déjame conseguir el trabajo. En lo que continuaban hablando, llegaron a la feria donde ahora se encontraban los tres, caminando repitiendo jugando en las canicas, tiro al blanco, entre otros juegos, mientras Jimena jugaba el juego del futbolito, sonó el celular de Karina. —Bueno. —responde. —Hola Karina. —Así hola. —¿Qué haces? —pregunta el sujeto de la línea. —En la feria ¿Qué haces? —pregunta. —Que divertido, yo estoy en el centro, me quede de ver con un amigo. Ella asiente al responder y que Bruno solo la mira, Karina habla con esa persona un poco más para después colgar. —¿Quién era? —le pregunta. —Ya no te lo dije, recuerdas al chico que me presento Nancy, y que después también te presente Oliver. —Sí, era él con quien hablabas. —Si antes de irnos de la fiesta me pidió mi teléfono y yo igual. —Te dije, le gustaste, por eso estás contenta. —No, es porque tengo toda la intención de conseguir el trabajo en el parque, y no creo que yo le guste, no tengo la intención de tener novio, solo seremos amigos.
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