Damaris Gleddman. Él me lleva hasta las escaleras, y yo me pongo a llorar, nunca había visto esas cosas en mi vida, y bueno respecto a mi madre, olvidé detallar que ella era viuda así que no había alguna culpa de infidelidad, pero de igual forma era algo que no debía VER NUNCA. —¿Eres tonta?, No llores, no hagas ruido, alguien podría darse cuenta — dice mirando hacia todos lados — Y te preguntarán por qué estás así.— yo limpio mis lágrimas y entre sollozos le pregunto. —¿Tú qué hacías viendo esas cosas? —Eso no es de tu incumbencia, eres una niña que no necesita saber. —Tengo 13 y ya voy a cumplir 14, no soy una niña, además tú solo tienes 17, ni siquiera eres mayor de edad para ver esas cosas.— él comienza a reír. —Además... ¿Cómo puedes ver a tu mamá desnuda? Yo me horrorice tan