Sarahi White
—¿Puedo hablar contigo personalmente? —pregunto, sin ni siquiera saludar a Liam, todavía me duele la situación con él.
—¿Pensaste lo que te dije? —interroga, devolviéndome la pregunta.
Liam sigue luchando a favor de nuestro amor por sobre todas las cosas, pero el dilema es que la confianza, se rompió definitivamente. Al menos para mí.
—Hablemos personalmente… —digo, intentando zafarme del tema. Aún siento esa opresión en el pecho cuando recuerdo el momento una y otra vez.
—Ok, enseguida estoy allí —comenta finalmente Liam. Yo solo le cuelgo, sin despedirme.
Decido terminar mi taza de té y luego subo a ver que está haciendo mi pequeño. Me recuesto sobre la puerta, observando la hermosa imagen de él, jugando con sus dinosaurios, siempre en compañía de la nona Clara. La mujer, me fue recomendada por mi amiga Nancy, lo que le agradezco infinitamente, porque desde el inicio conectaron muy bien. Ella aceptó nuestra naturaleza sobrenatural, sin manifiestar tabúes o intenciones de juzgar. Lo que verdaderamente se convierte en un punto a nuestro favor.
No siento los minutos correr y me sorprende cuando suena la puerta. Supongo que es Liam, lo que me pone nerviosa. De solo pensar que tengo que verlo, mi corazón se despedaza otra vez.
Abro la puerta y lo observo de pies a cabeza. Noes que lo necesite, porque no logro olvidar su hermoso cabello n***o, ni sus hipnotizantes ojos azules, siempre heredados de generación en generación. Esta herencia, comenzó con su abuelo Nilson, después su padre Néstor y ahora, continúa con Saruhn, quien nació con ellos, en vez de mi mirada color gris.
Liam viene muy bien vestido. Sus jeans color claro y su camisa de cuadros acentúan ese aire sexy que lleva a todos lados. Pero el complemento ideal es su sonrisa, la cual, desde el primer momento en que nos vimos en el país de los ángeles, supo enamorarme.
—Entra —manifiesto, moviéndome de la puerta para darle paso. Mientras, observo su andar directo, hacia la hermosa sala que habíamos comprado los dos.
—Sarahi, por favor, perdóname —susurra, a la vez que se voltea. Su compañía me hace estremecer y, de la sorpresa por su imprevisto gesto, casi me caigo, al intentar dar un paso hacia atrás para evitar la cercanía. La suerte fueron las fuertes y cálidas manos de mi amado, que me sujetaron.
«O debería decir ex-amado», pienso, porque es la realidad desde que Kathy se metió entre nosotros.
—Liam, la confianza se dañó. Además, no puedes esperar nada de mí mientras esa mujer siga trabajando contigo —digo y le cuestiono, con voz de enfado.
Todavía no puedo creer que ella siga a su lado, causando este calor interno dentro de mi.
«Debes calmarte, tenemos que reconciliarnos» manifiesta mi loba interior, quien también extraña a su lobo y aún más, después de la marcación.
—No la puedo despedir Sarahi, ella no tiene a nadie más, luego del accidente de sus padres. Pero créeme, que solo tengo ojos para ti, fue un error que no volverá a suceder… hazlo por nosotros, por Saruhn, por nuestra conexión —suplica Liam y se coloca de rodillas ante mí.
Me sorprendo tanto que tapo la boca con mis manos, mientras lágrimas salen. Amo a este hombre, pero a la vez, lo odio, por ser tan estúpido.
—Liam siéntate, quiero comentarte algo —menciono con calma, seco mis lágrimas con mi buzo gris largo. Me siento cerca de él y propongo mantenernos serios—. No sé qué sucederá entre nosotros, solo dame tiempo para pensarlo y así tomar una decisión. Pero mientras pasa, necesito que me hagas un favor —manifiesto, con sinceridad. Entrelazo nuestras manos y duele otra vez; pero a pesar de este sentimiento sufrido, estoy segura de que no me arrepiento para nada de que él, sea el padre de mi hijo.
—Dime, te escucho —susurra, mirándome directamente a los ojos y haciéndome sonrojar.
—Fui invitada a un evento especial de la fundación “MIA”, donde se tratarán los temas de violencia contra la mujer y, además, pasaré un fin de semana de solo mujeres —. Hago una pausa, pensando la mejor forma de tratar el tema—. Quiero ir. Entenderás que con todo lo de Saruhn y la manada, no he tenido tiempo para mí misma; además, lo que sucedió entre nosotros. Así que, siento que ese fin de semana me puede servir para saber que quiero y necesito en mi vida. El único problema es que… comento, explicando detalladamente cada suceso encontrado en el sobre blanco y llegando al punto más importante de la conversación.
—Necesitas que cuide de Saruhn —termina por mí y asiente, de acuerdo con mi decisión—. No te preocupes, me lo llevaré y espero que disfrutes este fin de semana; especialmente que aclares todo y logres darme una nueva oportunidad —Confiesa Liam, causando que mi corazón se arrugue. Y aunque su ayuda no es algo que determine, por detalles como este es que, definitivamente, amo a este hombre.
—¡Papi! ¡papi! —Grita mi niño, desde las escaleras. Nos volteamos y lo vemos corriendo, hasta llegar y, de un salto, acurrucarse entre los brazos de su padre.
Saruhn adora a su padre, con todo su corazón. Y la verdad, es entendible, porque si algo ha hecho bien Liam, es su labor de padre.
—Mi pequeño terremoto, he venido a que pasemos una semana de vacaciones, solos tu y yo… —dice Liam, sonriendo, mientras le hace cosquillas por su estómago.
—¿Mamá estará con nosotros? —pregunta Saruhn con inocencia.
Su esperanza me arruga el corazón. Sé que él espera volver a pasar un fin de semana todos juntos, como fue criado. Es duro, cada vez que pregunta sobre el paradero de alguno de los dos, explicarle la situación. Porque, cómo le dices algo así a un niño, sin dañar la imagen de su padre.
—Mamá debe ir a una reunión, pero estarás bien con papá ¿ok? —susurro, mientras lo miro directamente a los ojos. Asiente, se acerca para darme un abrazo esta vez a mí.
Liam y Saruhn pasan toda la tarde juntos y yo me la paso alistando las cosas esenciales de Saruhn. La Nona, le hará compañía junto con su padre y, el guardia de seguridad, se queda a cargo de mi casa, además de un Omega de mi manada.
Liam y Saruhn, se van por fin y a mí, me cuesta asimilar ese hecho. Estoy acostumbrada a dormir con mi pequeño hijo, todas las noches. Incluso, si él se iba a casa de su padre, regresaba el mismo día. Él es mi protector, pero esta vez era necesario. Debo madrugar para salir temprano y Liam no alcanza a recogerlo, por su trabajo.
Quise pretender que nada es indispensable, pero me cansé de dar vueltas y vueltas en la cama, me destapé y parecía una niñita pequeña. Pensar esto me hace recordar mi infancia, como fue de hermosa y, mientras me enseñaban a nadar en el hermoso lago del país de los ángeles, caí en los brazos de Morfeo.
Al siguiente día, me miró al espejo. Observo en el reflejo mi hermosa tez blanca, acompañada de mis ojos color gris y mi sedoso cabello blanco brillante.
Como una loca, tomé la decisión de cortármelo, por lo que ahora mi cabello, está apoyado sobre mis hombros. Sé que voy a extrañarlo, porque era tan largo que me llegaba a la cintura. Pero necesitaba cambiar de aires y de paso, de look.
Observe también, mi hermoso vestido blanco con puntos negros, acompañado de mis tacones de punta fina y largos; mis gafas de sol, mi bolso único y mi pasaporte.
Finalmente, preparo mi maleta, porque será un viaje largo, pero siento que será una experiencia única, donde voy a poder aclarar todos mis sentimientos, pero especialmente, experimentar todo lo prohibido existente.
—Nos fuimos, espero sea una gran oportunidad —pienso, mientras sale una hermosa sonrisa en mi rostro, cerrando la puerta con seguro y dirigiéndome al carro, donde el chofer me va a llevar al aeropuerto. Rumbo al viaje de mis sueños.
Escritora Luna: Soniis Valderrama.