Amelia Cavanauh
Abro mis ojos antes de que la alarma suene como todos los días, desde que papá me hizo cargo de la empresa mi vida es un completo estrés, aunque no puedo quejarme, me gusta sentirme así, con poder, se siente bien después de la humillación que viví hace unos años.
Veo en el reloj y son las 5:45 de la mañana, tengo tiempo suficiente para realizar la rutina que desde hace 3 años hago estrictamente a diario.
Me levanto, me lavo los dientes y me dispongo a hacer mi rutina de ejercicios diciéndome una y otra vez en la mente mi nuevo mantra
"Eres fuerte, poderosa e independiente, no necesitas a nadie a tu lado para ser feliz"
Me lo repito una y otra vez mientras golpeo el saco de boxeo, trato de no recordar lo que sucedió hace tres años, pero es inevitable, aún duele como
