―Es trampa, porque yo te estaba hablando como le hablaría a una amiga… ―Bueno, hagamos una cosa. Olvidate de esta pregunta y de ahora en adelante contame lo que pasó con Milena, pero teniendo en cuenta que yo soy tu terapeuta. ―No hay mucho más para contar. Ella me tocó un poco, yo la toqué otro poco. Después accedió a tomar un café y nos quedamos el resto de la noche charlando, al menos hasta que pasó la lluvia. Ya está, eso fue todo. ―¿Eso es todo? ¿No hay ningún detalle extra? ¿Cómo fueron esos toqueteos? ¿Cuánto duraron? ¿Cómo te sentiste? Tus relatos anteriores estuvieron muy cargados de detalles… y con todo lo que me estabas contando de Milena, creí que esta vez harías lo mismo, que te tomarías tu tiempo para narrar todo. ―Es que… ―Lia cruzó los brazos y evitó la mirada de la psi