—Justin, ¿podemos vernos? —Hasta que te dignas en responder, dime dónde y ahí estaré. Le doy la dirección y corto la llamada. Al terminar la llamada me dirijo al lugar citado una vez que llego Justin ya se encuentra ahí, cuando me ve se levanta y extiende su mano, la estrecho y me acomodo. —Enrre no puedo creer que hayas prohibido el ingreso a Lilly —No lo he hecho yo —Entonces, ¿quién fue?, el guardia dijo que fuiste tú —No lo sé, pero creo estar seguro quien fue, pero ese tema lo solucionaré después, ahora quiero que me expliques qué es eso de que tienes un amorío con mi esposa. Justin bebía del agua y se encalilla cuando le pregunto sobre el rumor que recorre por las r************* de farándulas. —¿Pero que estupidez es esa?, ¿de dónde sacas tremenda calumnia? Extiendo el telé