CAPÍTULO DOCE Godfrey abrió lentamente sus ojos, con su cabeza adolorida. Sentía más dolor de lo que recordaba, sentía en su cuerpo como si cargara el peso de la tierra. Todos los músculos le dolían y punzaban, y mientras yacía allí, de frente en el césped, lentamente examinó sus extremidades, tratando de mover cada una de ellas. Sentía como si tuviera rigidez cadavérica. Sacudió su cabeza e intentó recordar. ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado? Godfrey se asomó y vio, no muy lejos de él, la cara de un c*****r mirándolo, con los ojos bien abiertos, como si lo viera directamente. Él abrió los ojos con un sobresalto, se reclinó, y miró alrededor; había cientos de c*******s tirados en el campo de batalla a su alrededor. Giró su cuello y vio la misma escena en todas direcciones. Entonces se a