La situación con Reijan, no fue nada que el capo no pudiese controlar, así que logro que la mujer se fuera y él regreso al interior de la mansión para continuar con la fiesta. Cual quiera creería que los Capos se la llevaban mal, o que inclusive mantenían guerras entre ellos por territorio, y sí, así era en el pasado, antes de que las familias se radicaran en un sitio especifico y respetaran los limites de cada quien, no era nada nuevo el tratado que se había firmado justo para evitar cosas como las sucedidas entre Italia e Inglaterra, ambos países estuvieron sumidos en una guerra que desestabilizo a los dos países y con ellos los negocios de todos.
Esa era la razón mas importante por la que no se dedicaban a la conquista, cada uno estaba perfecto con sus dominios y la cultura que prevalecía en ellos, además de la carta libre de tránsito y comercio que tenían. Montserrat le había cerrado las puertas a él como individuo más no a las mercancías rusas que llegaban y abastecían por completo varios almacenes del territorio italiano, así como ella no dejo de enviar lo que siempre había enviado.
La Regina permanecía sentada en su mesa, estaba un tanto ida y cualquiera diría que se le veía preocupada, y de hecho lo estaba. En menos de 6 horas estarían emprendiendo el vuelo hacia Italia, lugar al que dejo entrar a los rusos para complacer a los ahora esposos, pero al mismo tiempo asumió una responsabilidad de la cual ya no estaba segura que podría cumplir, su preocupación se basaba específicamente en aquello que guardaba con celo y preocupación a los ojos y conocimiento de Alexei, sabia que si él descubría lo que ella escondía, haría todo por quitárselo o incluso por quedarse en su vida y ella no quería la primera opción y no estaba segura si la segunda era buena o mala idea.
La preocupación en sus ojos era casi palpable, su sexto sentido le advertía que algo no estaba bien, que la llegada de ese hombre a su casa nuevamente le traería problemas y consecuencias de las que no podría librarse estaba al punto de las lágrimas al sentir una opresión en el percho, aquel sexto sentido que se dice se enciende cuando traes una vida al mundo se le encendió como una bombilla, no sabia lo que era, pero se sentía mal, le faltaba el aire e incluso podía decir que estaba augurando una mala noticia. Se levanto con rapidez e ingreso a la casa, pero justo cuando estaba por subir las escaleras se desmayó, no supo cómo perdió el conocimiento o lo que le había ocurrido, solo sabía que el golpe no había sido fuerte, sintió como prácticamente rebotaba en algo suabe y caluroso que la ayudo a amortiguar el golpe, que sin duda habría sido muy fuerte si esa superficie no la hubiese esperado.
Alexei se dirigía a su habitación, estaba desesperado del bullicio y de la música, no era su ambiente, estaba acostumbrado a beber en silencio y solo con la compañía de su soledad, no le agradaban los grandes banquetes ni los tumultos de personas que le cortaban la respiración, subiría a su habitación, pediría un par de tragos y trabajaría un poco, era un adicto al control, le gustaba estar al tanto de cada minuto de tu dinero y los lugares en los que estaba y los negocios en los que sus representantes los invertían. Esa había sido una costumbre que tomo luego de su primer año en el poder, después de la muerte de su padre, dos d ellos representantes, lo creyeron tonto e inexperto y comenzaron a quitar pequeñas sumas de dinero que poco a poco con él a pasar de ese año reposaron en una cuenta mancomunada en Estonia, siendo alimentada por una suma considerable, pero se equivocaron, el que solo fuese su primer año en la dirección oficialmente, desde que su padre enfermo él se encargo de todo, solo que su padre asistía a las reuniones y daba la cara para que no se conociera la enfermedad que padecía y por la cual murió. En realidad, él tenía más de 4 años en el poder cuando oficialmente se le reconoció como el Señor de los Zakone, por esa razón no pudieron engañarlo y el destino de esos dos hombres fue peor que la muerte.
Por esa razón era tan controlador y maniático, aunque después del castigo público que aquellos hombres recibieron al igual que sus escoltas y familia nadie había vuelto hacer capaz de mirar más allá d ellos negocios su dinero, a amenos que él mismo así lo indicara. Alexei no solo era un buen Capo por su maldad y frialdad, sino también por su manejo de la economía y la administración, justo estaba hablado por teléfono cuando vio que Montserrat estaba al pie de las escaleras principales con las manos en la cabeza y tambaleando, se movió tan rápido que la atrapo en sus brazos antes que su cuerpo se diera un fuerte azote contra el duro y frio piso.
De inmediato Andrew que estaba detrás del Capo, salió a comunicar a la Famiglia que la Regina se había desmayado, Alexei no perdió tiempo y la llevo de inmediato a su habitación y la acostó en su cama, las mucamas corrieron al verlo con ella en brazos a buscar alcohol para ayudarla a recuperar la conciencia, estaba pálida, de hecho también estaba fría, parecía como si estuviese muerta, y el pánico en los ojos del ruso no se hizo esperar, aquella idea lo enloqueció, no, ella no podía morirse, aun no era su esposa, aun no tenían una familia, tenía muchas cosas por hacer con ella que aún no se habían realizado.
Mauridcio y Jocelin llegaron de inmediato, decidieron que Fiorella se quedara con Alexandra para que la novia no notara lo que sucedía y que su día se arruinara.
- ¿Qué le hiciste?
Eso fue lo primero que dijo el Dominio Lombardi, cuando vio a su sobrina postrada en aquella cama, no estaba para nada contento, de hecho, estaba furioso. Desde que aquel ruso estuvo y luego se fue de la vida de Montserrat la vida de la Regina había dado un giro de 180° que amenazo con quitarle la vida e incluso con quitarle el mando de la Famiglia, el tiempo que Alexei desconocía fue muy duro y cruel para aquella mujer que amaba, ella no estuvo feliz, tampoco lidero como solía hacerlo. Tuvo que verse sometida incluso a las criticas y desdenes que los lideres de las provincias y lo peor de todo fue que no puedo hacer mucho.
Los 3 primeros meses para ella fueron fatales, los murmullos a su espalda de convirtieron en el pan de cada día llevándola a casi un colapso, se encerró, el que él saliera de su vida y la perdida de Gabrielle la hicieron sumergirse en un poso profundo del que muchos pensaron que ella no podría escapar, estaba encerrada en la soledad de su vida al punto que casi deja vacía también su alma, pero entonces a su vida llego una noticia que la lleno de alegría, una que le dio la fuerza suficiente para luchar para continuar, para no permitir que nadie dijera nada malo de ella o de la Famiglia.
Cuando Montserrat supo que ya no solo debía luchar por quienes había visto crecer, salió de su habitación más poderosa que nunca, si permitía que hablaran de ella, hablarían también de ellos, di dejaba que la pisotearan, también los iban a pisotear a ellos y eso era algo que no iba a tolerar, nadie los miraría mal, nadie los recriminaría ella era la Regían e iban a tener que hacer lo que ella decidiera o morirían. Bajo ese precepto fueron muchos los que terminaron en la mesa de torturas de Ozan e incluso torturados por ella misma, sabia que los terratenientes no tomarían la noticia de la misma forma que ella, muchos no s ellos dijeron en la cara y su final fue simplemente aterrador, muchos continuaban con vida sirviendo como esclavos o incluso siendo aun torturados, los que se atrevieron a plantarle cara y cuestionarla de frente murieron de forma rápida y sin mucho dolor, pero al igual que los demás pagaron por tener una lengua larga y viperina que no se guardo para criticar lo que ellos consideraban como aberrante.
Justo por aquella pregunto, Alexei sonrió con sarcasmo y miro un poco a su alrededor, los gustos de Montserrat parecían haber cambiado, ya no era tan a mantente del n***o y del gris, o quizá de esa forma estaban las paredes antes de ella llegar, no, cada habitación fue preparada para los gustos y comodidad de cada quien, los colores de las paredes eran claros y casi que brillantes lo cual era raro, pero lo que mas le llamo la atención fue una fotografía en la mesa de noche, de hecho estaba a punto de responderle Mauridcio cuando todo su ser se enfocó en aquello que no sabía lo que era, sin duda alguna era una foto, pero no comprendía las figuras que estaban en ella, eran solo n***o y blanco, solo matices grises que no tenían sentido para él.
Sin quitarle los ojos a lo que quería creer era una foto continuo con su respuesta.
- Yo no le he hecho nada, la vía a punto de caerse y la sostuve, creo que en vez de recriminarme debería agradecerme tío.
El hombre casi s ele va encima, pero Jocelin se atravesó y no le permitió continuar sobre todo por la sonrisa sarcástica que permanecía en el rostro del ruso, él no le tenia miedo a nadie y mucho menos al tío de la que estaba seguro seria su esposa. Estaban complacido por no decir extasiado de aquella situación, solo que al volver y ver nuevamente la razón que lo tenía allí volvió a sentirse mal.
El medico no tardo mucho en llegar y la reviso con mucha cautela, se tomo su tiempo para examinar a la mujer que yacía en la cama y que todos le habían dicho que si moría el próximo en conocer al diablo seria él. El anciano trabajo bajo presión y con miedo porque cada uno de sus movimientos era duramente vigilado por más de cinco pares de ojos y no era para menos no estaba tratando a cualquier mujer era la Regina.
- Bueno. Dijo el hombre quitándose el fonendoscopio de los oídos y colocándolo alrededor de su cuello – La señora esta bien, solo fue una baja de tensión, debe
estar sometida a mucho estes y se desmayó así de repente.
- Bueno eso es raro. Dijo Mauridcio – Es una boda y hasta donde se las mujeres han disfrutado de hacer todo esto, no comprendo en si lo que ha sucedido.
Con su comentario trato de restarle importancia a lo del estrés porque no podía decir en voz alta lo que estresaba a su sobrina, sobre todo por la presencia de cierto hombre que no podía conocer lo que en realidad le pasaba a Montserrat, pero entonces la misma Regina termino haciendo algo de lo que se culparía y lamentaría al despertar.
- Dante, Alek, cosa pensi di fare? Torna da mamma (Dante, Alek, ¿qué creen que están haciendo? Vuelve con mamá).
Mauridcio y Jocelin cerraron los ojos con frustración, ¿Dios que había hecho Montserrat?, Alexei permanecía en shock, ¿Quién demonio eran Dante y Alek?, ¿Por qué Montserrat los mencionaba?
El secreto de la Regina estaba a punto de descubrirse.