CAPÍTULO 33 | EL MEDICO

1588 Words
Luciano Fedoroba era un ex militar de la vieja guardia de los soviéticos, un hombre fuerte y leal que estuvo hasta el ultimo minuto junto a al padre de Katerina. Él fue quien ingreso junto a su camarada Luciana el veneno a la mansión de los Angelucci, como todos los otros planes bien preparados y detallados de Reyjan, las cosas se hicieron con tanta minuciosidad que nadie había sospechado de nada hasta que Andrew llego a la mansión a investigar luego de la repentina enfermedad de la Regina. Los rusos no se conocían mucho, pero el hombre de confianza del Cep reconocería donde fuera a Luciano, no eran enemigos, pero tampoco amigos, él había sido en varias ocasiones una piedra en el zapado para el hombre de anticuados preceptos. Al llegar a Italia, Andrew reviso con detalla las cámaras de seguridad de la mansión principal de la Famiglia, no dejó un solo rincón sin detallar y para su fortuna aquella casa no tenia puntos ciegos, si lugares sin ojos, pero no sin oídos, ya que, el moderno sistema de seguridad que utilizaban incluía micrófonos en los sitios privados, como las habitaciones y los cuartos de baño, por lo que lo que no podía ver si escucharse. Se fue hasta unas dos semanas antes de la llegada del Capo a suelo italiano para tratar de encontrar algo y justo cuando tenia mas de dos horas buscando sin encontrar nada, vio como lucia ingresaba a la casa por la puerta del servicio aparentemente desmayada, pero a los pocos minutos de quedar sola, ingreso al baño y abrió la llave del agua, era poco lo que se escuchaba, pero claramente platicaba con alguien más en Ruso, y pocos segundos después salió del lugar para posteriormente ser atendida por un desmayo que había tenido en el jardín argumentando que en su país era una temporada muy fría y que la ola de calor de Italia la había golpeado demasiado fuerte. De inmediato pregunto a Maximo cual era la cámara que daba hacia la salida del otro pasillo y allí fue donde la vieron, una mucama que tenia con ellos aproximadamente 8 meses para el día de las grabaciones salía del baño que conectaba con la cocina, Mariana de la Curt, era una joven rubia que ingreso a trabajar primero a la casa de los guardias para ser probada con disciplina, respeto y lealtad, al pasar todos los filtros fue designada como una de las nuevas mucamas de la mansión haciendo dándole casi que carta libre para estar en todos los sitios de la casa con excepción del segundo piso, pero de donde en realidad debieron vetarla fue de la cocina. Aquel día, Luciana le entrego un frasco transparente con un líquido blanquecino que podía perfectamente reemplazar una sustancia incolora y justo de esa forma se hizo, en cada una de las ocasiones que podía utilizaba unas gotas del veneno simulando que era estevia, justo porque solo una persona en toda la cada odiaba el azúcar y desde hacía años que había dejado de consumirla y utilizaba ese endulzante natural. La Famiglia, era propensa a sufrir de diabetes hereditaria por lo que luego de muchos estudias, tras la muerte de varios familiares en el pasado, Montserrat descubrió que tenia altas posibilidades de padecer de aquella dura enfermedad, por lo que decidió inicial una vida saludable y dejar por completo el azúcar reemplazándolo por endulzantes menos invasivos y nocivos para la salud. La rubia siempre que podía le daba unas gotas de aquel líquido que estaba destruyendo sus glóbulos rojos y que la mantenía prostrada en una cama, curiosamente la chica había pedido permiso hacía varios días para salir a ver a su familia y al estar dentro de un rango fuerte de confianza le permitieron ir, pero no había regresado. Luego de aquel descubrimiento de inmediato todos los guardias se dispusieron a buscarla encontrándose con que la mujer había viajado a Rusia y allí se le perdió el rastro, rápidamente Andrew volvió a su país y le conto todo lo que había descubierto a su señor, señalándole además, que según las cámaras del aeropuerto ella había salido de Rusia junto a Katerina y luego de hacer varias escalas para que fuese más difícil de seguir su rastro terminaron aterrizando en Turquía, lugar de donde salieron del aeropuerto y no se conocía más de su paradero. Rápidamente el Cep saco su teléfono e hizo una llamada, tan solo una que puso a la mafia turca a buscar a las mujeres y solo era cuestión de minutos para que las encontraran, pero el Capo tenía su propia casería dentro de su territorio, dado que Lucían y su hermana permanecían en suelo Ruso y no sería nada difícil encontrarlos. Alexei nuevamente dejo todo en las capases manos de su guardia de confianza y salió para el hospital, ya tenia más de medio día sin estar con su Zarina y necesitaba con urgencia saber cómo estaba, se había limitado a no conocer de su estado mientras estuviera con sus hijos para evitar que su energía negativa llegara hasta ellos. Al hospital las noticias no fueron muy alentadoras, seguian a la espera que los glóbulos dejaran de ser consumidos, pero pese a los esfuerzos de los médicos todo parecía ser inútil y ella continuaba cada minuto más débil. Llenado por la ira y la desesperación termino empujando con todas sus fuerzas la puerta que los separaba y termino junto a ella, tomando sus manos y viendo que su rostro se veía más pálido de lo normal, estaba fría, pero aun podía sentir su pulso, podía ver en sus mejillas un ligero toque de sonrojo que le indicaba que ella sentía su presencia, no esperaría un minuto más en aquel lugar. - Traigan una camioneta, nos iremos de inmediato al hospital privado. La tomo desconecto con delicadeza de todos los aparatos y la cargo para sacarla de aquel lugar, pero se encontró con el medico en la puerta y su rotunda negativa. - ¿Qué hace?, ¿Se ha vuelto loco?, ella no puede salir de aquí, la señora está muy débil como para ser trasladada de esta forma. Con un solo movimiento de cabeza el médico fue encañonado por uno d ellos guardias. - Sabe algo doctorcito, a menos que tenga un arma y una forme intención de matarme no hay forma que yo siga dejando a mi prometida en sus incapaces manos, le di una oportunidad y ya demostró de lo poco que es capaz de hacer, pero ahora ella recibirá la atención que realmente merece. Salieron del lugar como alma que lleva el diablo, en el trayecto llamo a su médico de confianza ay llevo a Montserrat a la mejor clínica que tenían en todo Moscú, una capacitada con la alta tecnología que ella necesitaba para ser tratada, apenas llegaron la recibió un grupo de médicos que la sometieron a estudios y monitoreos constantes, no sin antes estelarizar la ropa del Capo, para que por petición suya estuviese con ella en todo momento, no se despegaría de ella ni en un solo minuto, de ahora en adelante solo saldría para ver a sus hijos y regresaría, ella no debía y no estaría sola. La capacidad de esta clínica era mucho mayor, por lo que le dieron respuestas muy pronto y sin la necesidad de mucha espera, sobre todo porque el anterior diagnostico estaba bien, lo que no concordaba era el tratamiento que le estaban aplicando dado que la inyección que la Regina debía recibir y que el anterior medico aseguro haberle dado en realidad nunca s ele había suministrados por lo que ella empeoraba porque nadie estaba haciendo nada por ella. Robetd, el medico de confianza de la familia Petrova desde hacia más de 30 años sabia que al decirle aquello al Capo reaccionaria mal y quien había atendido a su esposa tendría los minutos de vida contados, ya que, aquel acto seria tomado como un intento de asesinato, por más de cinco minutos estuvo pensando en cómo decirle las cosas, porque esconderle la verdad no estaba en sus planes, no deseaba que él muerto fuese él. Se levanto de su escritorio y salió, llego hasta la habitación en la que se encontraba la mujer de cabellos rojos tendida en la cama y Alexei sentado junto a ella tomándole la mano con los ojos aguados al borde del llanto, lo miro por un segundo, jamás lo había visto de esa forma, ni siquiera cuando sus padres murieron, era un hombre duro que ahora había encontrado una razón para comportarse como una persona humana y demostrar sentimientos, se aclaró la garganta y el Capo oculto sus lágrimas, para posteriormente ponerse de pie. - Espero buenas noticias Robertd. - Y se las tengo señor, el envenenamiento de su esposa si esta avanzado y es complicado, pero con el tratamiento y cuidados correctos ella estará bien en unos días. - Si, eso dijo el medico anterior, aseguro que con la inyección que le suministraron ella estaría bien, pero nunca ha mostrado ninguna mejoría. - En realidad, señor, los exámenes reflejan que ella nunca recibió tal medicamento. - ¿Qué?, no comprendo ¿Me estas diciendo que no le dieron el medicamento? - Le estoy diciendo mi señor que a su prometida nunca la atendieron. Alexei sonrió, una sonrisa malévola que las veces que era mostrada solo era porque su cordura no solo había sido puesta a prueba, sino que había sido sobrepasada y ahora alguien debía pagar por ello.
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