Capítulo 2.
—¡No lo puedo creer! — gritó Elena con voz enamorada dando vueltas por toda su casa.
Abrí solo un ojo porque ya estaba medio dormida y tomé el almohadón que tenía al lado y se lo lancé a la cabeza.
—Auch, bruta.
—Para que me invitas a dormir si no me vas a dejar dormir — hice énfasis en la última palabra para hacer clara la redundancia.
—Sofí, ¡estoy tan enamorada! — me quejé dando vueltas en la cama.
—Y estuve tres horas diciéndote que me alegraba por ti, pero ahora solo quiero dormir.
—No puedo creer que él de verdad está enamorado de mi, es que es como un sueño ¡Estoy tan feliz!
Dejé de escucharla por un momento recordando los sucesos de hace varias horas atrás.
Elena estaba tan pasmada frente a Liam, ahora sí sabía su nombre, que no fue capaz de decir cosas coherentes, nada más podíamos escuchar palabras al azar como: "Yo" "Tu" "enamorada" y algo más que había terminado en que Liam la había besado ahí delante de todo el mundo.
—Si estás tratando de decirme que estás enamorada de mi — Había dicho él — pues tienes que saber que yo también lo estoy de ti, solo no me había atrevido a decirte nada porque me gusta lo que tenemos y no lo quería arruinar.
Todas soltamos gritos de alegría y cuando por fin Elena reaccionó le dijo a él lo mismo que nos había dicho antes y Liam lo negó todo, no estaba con nadie más, no quería a nadie más, solo a ella.
Y ahí, en medio de un gimnasio entre hombres sudorosos, uno con un casi paro cardíaco, y unas mujeres que no dejaban de gritar, se hicieron novios oficialmente.
—¡Me dijo que me quería! — volvió a gritar y solo escuché el sonido de un almohadazo y luego su quejido.
—Cállate de una vez, que fue por nosotras que estás feliz, agradece dejándonos dormir — Claudia de por sí siempre tenía mal humor, pero cuando tenía sueño era mil veces peor.
—Ash, bueno, ya duerman, malas amigas.
—Ah, ¿Malas amigas? ¡Nunca más te consigo un novio! — reí dándome la vuelta quedando frente a Claudia que seguía discutiendo con Elena.
—Pues consigue tu propio novio para que te quite esa amargura.
—Uhhhh — comenté riendo a carcajadas — Yo por ahí vi que el chico infartado no podía dejar de mirarla.
—¡Es cierto! Ese imbécil me miraba en cada momento, estuve a punto de meterle un par de guantazos y mandarlo a volar de una vez.
—Eres tan agresiva — bufé —El pobre hombre solo quería tu atención.
—Pues que monte un show si quiere atención, pero yo por él no doy ni un peso.
—Ya hasta piensas en el — Clau miró a Elena como si fuera loca — Acéptalo, te movió el piso, ¿A que sí?
Subí y baje mis cejas para decirle que yo también estaba de acuerdo en ello.
—Le estás dando más importancia que a ningún otro.
—Disculpa, pero aquí la única que le está dando importancia a alguien eres tu — Elena brincó en la cama y movió sus extremidades como bailando hip Hop.
—¡Es un amor! — miré a Claudia y le metí un almohadazo ahora a ella.
—Le recordaste de nuevo a su novio, ahora sí no dormimos. — me quejé.
—Maldita sea, yo a veces no pienso.
—Tonta — me di la vuelta de nuevo en la cama quedando boca abajo y cubrí mi cabeza con una almohada.
Al despertar, ninguna de mis amigas estaba a mi lado así que salí corriendo al baño, Claudia estaba en el váter haciendo sus necesidades.
—Cierra la puerta, tu orinando no puede ser lo primero que yo vea en el día.
—Pues ya lo hiciste — se encogió de hombros restándole importancia — A que no adivinas quién está en la sala en este momento.
—¿Quién? — pregunté porque no me iba a poner a adivinar, miles de personas pasaban por mi cabeza.
—Liam — fruncí mis labios sin poder creer —Es en serio, llegó súper temprano con un ramo gigantes y una caja de chocolates.
—Awww que tierno, — Claudia tomó el papel higiénico y yo me di la vuelta para darle privacidad.
Escuché que bajo la cadena del váter y abrió el grifo para lavarse las manos.
—Y no vino solo — comentó luego de un rato, alce mis cejas esperando que hablara — Mr, infarto vino con él.
—No le digas así a tu futuro novio — bromee para hacerla enojar, ella sacudió el agua de sus manos en mi ropa, me quejé riendo —¡Cuando sea verdad, debo ser la madrina de boda!
Claudia rodó los ojos y se organizó el cabello frente al espejo.
—No seas tonta, no entiendo porque ven algo en donde no lo hay.
—Justo como anoche hicimos con Liam y Elena, super casual decir algo y que pase.
—Anulo toda maldicion que estes tirando sobre mi. — hice una mueca confundida y miré a los lados como buscando la cámara escondida.
—Estás extremadamente loca.
—Las mejores personas lo están — guiñó un ojo y salió del baño.
Yo me quedé haciendo mis necesidades y cuando salí, fui a la sala a ver el ramo de rosas.
—Hola — saludé a los presentes.
El chico de piel morena me regaló una sonrisa de infarto, ese hombre parecía un chocolate delicioso y listo para dejarse comer, ellos respondieron a mi saludo y me quedé observando por un tiempo a Claudia.
Ella parecía bastante incómoda y con ganas de irse del lugar.
—¿Clau, está todo bien? — pregunté, ella me fulminó con la mirada.
—Claudia — repitió el chico el nombre de mi amiga lentamente, vi las mejillas de ella tornarse rosas.
—Ya lo sabes, ahora vete.
—Tu aún no sabes mi nombre — respondió.
—Porque no me importa saberlo — frunció el ceño y volteó su rostro de mal humor.
—Este… yo si quiero saber cómo te llamas — comenté, Claudia negó con su cabeza irritada mientras él sonreía.
Liam y Elena estaban a nuestro lado pero parecían estar en otro lugar de lo poco que se sentían.
—Me llamo Gonzalo, sexy Boo para ti.
—¿Sexy Boo? — preguntó Claudia antes de soltar una estruendosa carcajada burlona.
—Ah, ahora sí te interesa mi nombre — ahora la que reí fui yo al ver la cara descompuesta de Clau.
—Eres un pasado.
—Y tú eres una mujer muy complicada, pero da la casualidad que nunca me han gustado las cosas fáciles.
—Ahg… Me voy.
Mi amiga salió disparada por el corredor rumbo a la habitación, Gonzalo guiñó uno de sus ojos y se encogió de hombros.
—Caerá.
—¡Ja! Suerte con ello sexy Boo.
Fui también a la habitación de Elena porque ya era hora de irme, tenía muchas cosas que hacer y al final anoche no habíamos acordado muchas cosas del viaje.
Dure unos cuantos minutos en la ducha y al salir me puse un vestido un poco holgado y fresquito, verano ya estaba empezando y el clima era demasiado bueno, me maquille un poco, los días en los que hacía mucho calor no solía ponerme mucho maquillaje porque sentía que le hacía mucho daño a mi piel y de igual forma el calor ya me mantenía las mejillas rojas como si fuera blush.
Tomé mi bolso y Claudia, quién estaba sentada en la cama, se levantó para salir conmigo.
—¿Me das un aventón? — Batí mis pestañas y ella sonrió asintiendo.
—Solo porque me queda de pasada.
—Por eso eres mi favorita.
Debíamos pasar por la sala, así que cuando lo hicimos Elena nos detuvo.
—Chicas, les tengo una buena noticia — comentó.
—¿Qué pasó? — preguntó Claudia mirando la hora.
—¡Los chicos viajarán con nosotras!
—¡¿Qué?! — gritó Claudia —¡Es un viaje de nosotras cuatro, no puedes invitar a nadie más sin habernos consultado antes.
Me sentí un poco mal al ver que Elena se ponía un poco triste, pero Claudia tenía razón, era un viaje de amigas, incluir a más gente que no conocíamos no me parecía correcto.
—Bueno, si no quieren que vayamos no pasa nada, es solo que tenemos conocidos allí y podríamos disfrutar más de la isla. — comentó Liam.
—Si, hace bastantes años no vamos, solíamos entrenar en las playas, teníamos un gran amigo con el cual perdimos comunicación — hizo una mueca — me gustaría encontrarlo de nuevo.
—Ese no es problema mío, si van, no nos arruinen los planes que queremos tener un momento solo de cuatro.
No comenté nada al respecto y murmuré un saludo al salir de la casa siguiendo a Claudia, no dije nada en todo el camino para no estresarla o terminaría estresada yo.
Podría ser bueno que ellos fueran, pero a la vez compartía que era un viaje solo de amigas, aunque teníamos que hablar también con Priscila para que diera su punto de vista, quizás entre más personas, mejor