Capítulo 3

3250 Words
—¿Qué fue lo que ocurrió? — Pregunto confusa incorporándome un poco, estoy sobre el sofá, seguro Mel me cargó hasta acá, ventaja de ser nephilims, tenemos mucha fuerza; ella clava sus ojos en mi dándome una mirada llena de preocupación y lleva su mano a mi frente, yo solo arqueo una ceja esperando respuesta —No lo sé, solo sentí tu aura inquieta cuando me desperté para ir al baño, así que después de hacer pis vine a ver qué pasaba, Laura, pareces enferma, sé que quizás no ayude de mucho, pero deberías ir al médico, puede que algunas vitaminas te sienten bien— —Sabes que no puedo enfermarme, Mel — Respondo despreocupada mientras me incorporo en el sofá hasta quedar sentada, sus labios forman una fina línea y suelta una pesada respiración a la vez que frunce el ceño —Lo sé, por eso estoy preocupada, porque estabas sangrando de la nariz cuando caíste al suelo, necesitamos averiguar que tienes, en el centro médico Tulane hay excelentes médicos, puedo acompañarte, pero por favor, debes ir a que te den un chequeo — —Mel, soy una nephilim, no encontrarán nada, pero si tanto te preocupa, prometo que iré— Digo tratando de tranquilizarla, pero solo veo como frunce el ceño y mira hacia otra dirección —¿Por qué gritabas? — Suelto una pesada respiración, el sueño fue tan real que me causa escalofríos, en verdad estuvo de miedo —Mel, lo vi, estaba ahí llamándome, pero cuando fui tras él era como una figura espectral bastante siniestra y con las heridas que le hizo el ángel, fue horrible, quería tomar mi alma, en verdad que esta vez fue más fuerte que cualquiera de mis pesadillas anteriores — Ella se sienta a mi lado y toma mi mano, pareciera estar sumergida en sus pensamientos, rara vez Melissa se pone en plan serio, no sé qué esperar —No me refería a cuando estabas inconsciente, mientras caías contra el piso de la cocina estabas gritando horrorizada, Laura, es como si hubieses visto algo, pero estoy consciente que solo estamos tú y yo en este lugar, no sentí otra aura y aunque los íncubos y súcubos son impredecibles, pueden dejarse ver, dejan ese rastro característico — —No estaba gritando, solo creí ver algo y me sentí cansada y caí al suelo, eso es todo, pero por favor, vayamos a la cama, está por amanecer, no he dormido casi nada y quiero salir a buscar ese empleo — —¿Iras así? — —Mel, después de llevar documentación y demás prometo ir al centro médico, pero por favor, necesito estar fuera, necesito respirar— —Quiero acompañarte — —Tú debes ir a trabajar, no soy una niña pequeña, Mel, puedo enfrentar este mundo sola, prometo que controlaré mis sentimientos y trataré de volver a empezar en este lugar, aunque me cueste trabajo, creo que se lo debo a ti y a papá — En definitiva ellos son la única familia que tengo, mi mejor amiga que es como una hermana y mi papá que siempre ha luchado por darme lo mejor, incluso teniendo que renunciar a sus costumbres de ángel caído con tal de darme normalidad, necesito levantar el culo ahora mismo y seguir adelante, con o sin el corazón roto, aunque no entiendo del todo que haré en el centro médico, iré para que mi ocurrente amiga se tranquilice; Me observa detenidamente mientras tiene ese impulso compulsivo por mover su rodilla de arriba abajo, conozco eso, está desesperada, llevo mi mano a las suyas y la miro a los ojos —Mel, estaré bien, me haré en chequeo y prometo que cualquier cosa extraña llamaré, aunque no creo que puedan hacer nada por mí, llamaré a papá para saber si tiene alguna explicación lógica para lo que me sucede— —Está bien, pero ya lo sabes, tienes que contarme todo— Dice extendiendo una de sus manos hacia mí con su meñique arriba, sonrío negando con la cabeza al recordar ese gesto infantil que tenemos para sellar una promesa como dos cómplices, entrelazo mi meñique con el suyo y cerramos el pacto —Con lujo de detalles, ahora, a la cama, que tengo quizás solo dos horas de sueño —       ***********                       **************       —Entonces, tú debes ser Laura Day ¿Cierto? — Pregunta la rubia exuberante vestida con traje ejecutivo compuesto de una falda corte recto, blusa y saco color n***o, frente a mí, tiene cierto aire de autosuficiencia pero sonrío levemente al notar esa aura peculiar, me sorprendo, pero no digo nada en lo absoluto, estoy siendo entrevistada por una de mi especie, el lugar es bastante cómodo y al parecer esta chica es la hija del dueño, Samanta Jenkins, es amable y eficiente, revisa mi documentación detenidamente y noto como arquea ambas cejas en una expresión de sorpresa más que evidente, me da una mirada y luego de vuelta a mi curriculum mientras sus dedos tamborilean sobre el escritorio de madera fina color chocolate —¡Wow! Tienes unas recomendaciones excelentes, ¿Qué te hizo mudarte de Nueva York a acá? — Su pregunta me toma por sorpresa, un tanto incomoda, pero decido usar algo sutil como respuesta —Cambio de aires, era demasiado tiempo con la misma rutina una y otra vez, no podía avanzar de puesto — Asiente mientras no aparta la mirada de mi documentación a la vez que se lleva su taza de café para darle un sorbo para dejarla nuevamente sobre el pequeño círculo de acrílico que hace función de porta vasos —Ya lo veo, pues aquí tendrás mucho por hacer, seguro mi padre estará contento con este tipo de referencias, en verdad me sorprende que hayas dejado la gran manzana, estuve un tiempo por allá y era hermoso, mi esposo es fotógrafo, hace exposiciones de sus retratos en distintos museos de arte moderno en el país — Dice con cierto orgullo reflejado, yo solo siento como mi corazón se encoge al escuchar la palabra esposo, yo ya estuviera casada, pero la vida da muchas vueltas, suspiro y me encojo de hombros tratando de restarle importancia —La vida ruidosa no creo que fuera lo mío, este es un lugar más tranquilo, además de que aquí es más fácil encontrar un buen lugar para comer sin reservación — Deja el folder con mis documentos a un lado y me da una sonrisa cálida —Buen punto, Laura, entonces, deja corroboro unos asuntos con recursos humanos y prometo llamarte pronto para concretar una cita para la firma de contratos, en ellos se estipulará cada una de las cláusulas respecto a tu pago, bonos, vacaciones, seguro de gastos médicos, entre otras cosas, nuestra agencia es grande y ahora mismo estamos trabajando más en el ramo del marketing digital para tener presencia en todo el país, así que ten por seguro que puedes encontrar no solo empresas locales, sino nacionales, tendrás un gran equipo, mi padre hace saber a los miembros de la empresa que son valiosos y son parte de nuestra familia, tenemos el compromiso hacia con ustedes bajo el lema del empleado feliz trabaja mejor, así que no te decepcionarás de haber dejado Nueva York por estar acá— Explica dándome un guiño, yo solo hago mi mayor esfuerzo por esbozar una sonrisa, este es un primer paso, después de todo, ya saldré de mi coraza para volver a la fuerza laboral; me extiende su mano y respondo estrechándola —Esperaré ansiosa tu llamada, Samantha — —Será pronto, ahora, si me disculpas, tengo que ir a la sala de juntas, ya empezamos con un mundo de trabajo la semana, aquí siempre estarás con algo por hacer — —Ya lo veo, bueno, gracias por todo, Samantha, espero vernos pronto — Asiente y nos levantamos de nuestros asientos, me encamina hacia la salida de su oficina, ella va hacia el otro lado del pasillo y yo solo camino hasta el elevador que me llevará hacia la primer planta, debo ir al bendito hospital, en verdad no entiendo por qué ir, pero por la tranquilidad de Mel, lo haré, aunque no es tan mala idea, después de todo, deben tener psiquiatra o algo así y puedo tratar mi depresión, quizás esto rinda frutos, tengo que sacar lo que llevo dentro sin sacar mi lado sobrenatural Laura, no seas idiota, no podrás evitar decir que tu novio murió a manos de un ángel me regaño a mí misma mientras presiono el botón del ascensor, las puertas frente a mí se cierran y me recargo en uno de los muros metálicos, creo que ir a terapia pudiera resultar desastroso, pero hay cosas que me cuestan hablar con Mel, siento que me juzga, que no me cree que en verdad desearía salir del agujero, solo por una vez quisiera liberarme del peso que traigo encima; suelto un profundo suspiro y las puertas del ascensor se abren, salgo al llegar al fin a mi destino y me encamino hacia la salida del edificio —Que tenga un excelente día, señorita Day — Suelta el portero con cortesía, le doy una mirada y sonrío —Gracias, igualmente — Respondo tratando de sonar lo más amable posible y comienzo mi andar, la parte buena de esto es que no tengo que transportarme en autobús, pude traer mi auto conmigo, así que me ahorro bastante tiempo, me acerco al Toyota Camry color plata estacionado en la acera y saco las llaves de mi bolso, cuando estoy por accionar el mando para desbloquear las puertas, siento un fuerte escalofrío que me hace estremecer, mis sentidos se disparan poniéndome alerta, miro a mi alrededor, veo como la gente circula con normalidad, pero esa energía es cada vez mayor, está cerca, nunca había sentido algo así, no conozco a la criatura que pudiera emanarla, de pronto mi mirada se cruza con la de un tipo rubio de quizás unos cuarenta años de ojos grises y traje a la medida, ¡wow! bastante elegante, es inevitable sonrojarme, es muy atractivo, pero mis ojos se abren cual platos al notar que esa energía extraña emana de él ¿pero qué carajos?, veo como rebusca en sus bolsillos —Estúpidas llaves, ¿en dónde carajos…? Ah, aquí están, parece que uno entre más bolsillos tenga, más fácil se extravían las cosas ¿no? — Pregunta y me da una mirada, me señalo a mí misma arqueando una ceja, él me da una sonrisa encantadora y yo solo puedo tragar en seco, ¡diablos! Me ha dejado deslumbrada —Emm bueno, siempre puedes tener un llavero con localizador, así es más sencillo encontrarlas — Respondo un tanto nerviosa a la vez que abro la puerta de mi auto, por primera vez presto atención a la joya de cuatro ruedas que conduce, un Audi e-tron GT color rojo, ¡vaya! Este hombre tiene estilo, ¿Cuántas chicas levantará por kilómetro? Río para mis adentros, recuerdo hace tiempo leer una revista y justo ese auto había llamado por completo mi atención, jamás había visto uno de cerca —Esa sería muy buena idea, quizás buscaré alguno — Responde dándome otra de sus sonrisas y entra a su auto para luego hacerme una seña de despedida con su mano, yo imito el gesto y siento mis mejillas arder, ¿Qué diablos te pasa, Laura? Es un total desconocido, uno muy guapo, pero desconocido a fin de cuentas me regaño a mí misma, pero en verdad tiene algo interesante en él, ¿Qué es lo que será? Solo tengo un conocimiento muy limitado de criaturas paranormales, quizás tenga que hablar con papá para que me ilumine, durante años quise ignorar este mundo, pero veo que es imposible, mejor despertar de mi hibernación de una vez y ponerme al día con esto de lo sobrenatural, aunque me sentiré como Indiana Jones en búsqueda del conocimiento perdido; suelto una pesada respiración y decido entrar al fin a mi auto, me ajusto el cinturón y antes de arrancar pongo el GPS, conozco muy poco la ciudad, así que mejor buscar el mejor camino hacia el hospital. El camino es tranquilo, en definitiva, no es como el infernal tráfico de la gran manzana, aun sigo dándole vueltas en la cabeza al asunto del tipo de la sonrisa linda, su energía era un tanto obscura, pero en verdad era amigable, bastante ¿cómico? Creo que sería la palabra, no, no me engaño, era sexy y bastante interesante, logró captar mi atención y creo que es la primera vez en meses que hablo con un tipo, me encerré tanto en mi dolor que no quise ver lo que pasaba en el mundo, pero creo que ha llegado la hora de armarse de valor; aparco el auto, es una suerte que haya encontrado una plaza vacía, pero, esperen un momento ¿Acaso el tipo de la sonrisa linda está aquí? Miro el Audi justo al lado de mi auto, arqueo mis cejas con legitima sorpresa, ¡wow! quizás me lo tope una vez más después de todo, ¿estará enfermo?, me encojo de hombros, ¡diablos! Me estoy comportando como una adolescente, incluso siento ese nerviosismo en la boca del estómago, antes de bajar del auto me miro en el retrovisor y suelto una pesada respiración —Laura, tienes que ir o Mel te pateará el culo — Digo para mí y me decido al fin a salir de mi vehículo, me muerdo el labio al ver el Audi tan de cerca, este tipo debe ser todo un mujeriego que le gusta llamar la atención, sonrío negando con la cabeza y camino hacia la entrada del hospital, las puertas de cristal automáticas se abren ante mi permitiéndome el paso, voy hacia la recepción y veo a una mujer mayor entrada en sus sesenta años con un traje de enfermera y gafas enormes de marco grueso, su cabello cano va recogido en un moño improvisado y uno de esos gorros quirúrgicos trata inútilmente de cubrirlo, deja de observar el ordenador dándome una mirada con esos impactantes ojos azul profundo —¿Puedo ayudarte en algo, linda? — —Si, verá, soy nueva en la ciudad, acabo de adquirir esta póliza de seguro de gastos médicos y quisiera saber si hay algún médico para consultarme hoy mismo, por favor, no es una emergencia, pero me encantaría atenderme antes de que se llegue a convertir en una — Explico lo más concretamente posible, ella solo arquea una ceja y extiende su mano hacia mi —¿Me permites tu póliza e identificación? — —Claro — De mi bolso saco un folder y se lo entrego y comienzo a buscar en mi cartera mi identificación, cuando al fin la encuentro la dejo sobre su escritorio, ella la toma y comienza a teclear en el ordenador —Laura Day, treinta años, tu identificación es de Nueva York — —Recién me mudé a Nueva Orleans — Respondo dando una sonrisa nerviosa, ella solo me mira arqueando una ceja, niega con su cabeza y de nuevo clava su vista en el ordenador —Veamos, tu póliza está vigente, así que, si podremos atenderte aquí, ahora permíteme revisar que consultorio está disponible para asignarte a un médico, dependiendo de eso, veremos si podrá consultarte hoy mismo o si se te agendará una cita lo más próxima posible, sí gustas puedes tomar asiento y esperar, tomará algunos minutos — —Gracias — Suelto y me encamino hacia una de las bancas de metal, me acomodo y decido revisar mi móvil, tengo un mensaje de Mel —Hola mujer extraña, ¿ya fuiste al hospital? ¿Cómo fue en la entrevista? Me tienes ansiosa, no te quieras pasar por la mujer maravilla y causes una revolución fuera de casa, te veo para el almuerzo — Al leer su mensaje sonrío, si soy un poco impulsiva, pero dudo poder hacer mucho cuando mi propósito es pasar desapercibida, necesito irme despacio en esta ciudad —La entrevista fue bien, la chica que me atendió fue bastante amable, estoy en el hospital esperando turno, te aviso al llegar a casa, besos — Tecleo en la pantalla y pulso enviar, veo como algunas personas llegan y se van, por lo menos no me toca ver nada traumático, un día de calma está bien, más aún cuando estoy tratando de agarrar valor para enfrentarme a todo esto de nuevo —Señorita Day, por favor acérquese— —Voy — Me acerco de nueva cuenta a la enfermera y sin separar sus ojos del ordenador me entrega mis documentos y una hoja más —Con esto preséntese al consultorio número cuatro, es la décima puerta a la derecha del ala norte, el doctor Simmons la atenderá, se encuentra disponible en este momento — —Gracias, disculpe la imprudencia, pero ¿Es un buen médico? — Me sonrojo al instante al recibir una mirada incrédula de su parte para luego notar como rueda los ojos con fastidio —En definitiva, eres nueva en la ciudad, el Doctor Simmons es de los mejores, trabajó mucho tiempo aquí, apenas hace unas semanas regresó de Nebraska, todo mundo busca un espacio en su agenda, creo que eso responde tus dudas niña — —Eeem sí, bueno yo, em gracias — Suelto tartamudeando, ella solo niega con la cabeza y nuevamente clava su vista en el ordenador, me giro en mis talones y suelto una pesada respiración, comienzo mi andar por el pasillo llegando hasta el ala norte del hospital y miro cada una de las puertas, me detengo al ver la placa color dorada con letras negras en la que se puede leer Dr. L. Simmons, me aclaro la garganta y doy unos golpecitos a la puerta, de inmediato esta se abre y una chica pelirroja, con rostro un tanto infantil de mejillas regordetas y ojos castaños, bastante joven en traje de enfermera sale —Hola, buen día ¿puedo ayudarte en algo? — —Si, verás, la recepcionista me ha asignado a este consultorio y creo el doctor me recibirá en este momento — —¡Ah sí! Eres la nueva paciente, Beth nos pasó los datos, acompáñame adentro, te tomaré tu peso, estatura, presión arterial y temperatura para el expediente en lo que el doctor vuelve —             —¿Vuelve? — Pregunto arqueando una ceja ella me sonríe y me hace pasar —Tranquila, solo fue por su café matutino, ahora, por favor sube a esta báscula — Pongo atención a los detalles del consultorio, esto es solo un pequeño cubículo con paredes blancas y piso de madera pulida, una estantería con algunos folders, imagino expedientes de los pacientes, un pequeño escritorio y sobre este un ordenador, una báscula con cinta métrica y dos sillas, pero al fondo logro ver una puerta, seguro ese debe ser el consultorio real y esto solo un pequeño recibidor más, me subo a la báscula y me asombro al ver como he logrado bajar tanto de peso —¡Vaya! Cincuenta kilos, eso es poco considerando que mides un metro con setenta, ahora toma asiento te tomaré tu presión arterial y …— —Helen, ¿No ha llamado Ro…? Buenos días, ¿otra vez tú? — Mis ojos se abre cual platos, justo entrando al consultorio aparece él, el tipo de esta mañana dándome una de esas lindas sonrisas que me provoca cierto nerviosismo sumado a un sonrojo. 
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD