Dentro del auto, el padre de la pequeña, y su abuela, iban alegremente a llevar a Tessa a la escuela, la única que no estaba alegre, era Rosé, la cual por dentro estaba muy preocupada, de que a su hija le fueran hacer la vida imposible en el recinto escolar. La chiquilla, estaba sentada en las piernas de su abuela, enseguida, su madre mirándola de reojos se dijo mentalmente — ¡ay no… llegó el día que más temí… la escuela… pero es que mírenla…se ve tan fea con ese uniforme… creo que no me sorprendería si los demás chicos le hacen algo. Vamos a ver cómo le va, pero antes de que entre, debo de decirle la verdad, sin que la vieja metiche de mi suegra interfiera, ella debe saber quién es, solo yo se lo haré saber. ¡Este mundo no es muy bueno con las personas no agraciadas físicamente, por lo ta