Esa noche, después de que todos terminaron de comer, la pequeña se sintió muy triste, por la comida que le había hecho su madre. Ella no estaba acostumbrada a comer de esa forma. Así que la muy astuta Tessa, sacó unos dulces que había guardado en una caja de juguetes que tenia en un closet viejo, el cual nadie abría, ni siquiera su abuela Francesca, se acordaba de las cosas que estaban guardadas allí. Entonces, la chiquilla había analizado eso, y allí escondía los dulces que tanto le gustaban, y los comió sin que nadie se enterara. Ella lo hizo inconscientemente, para calmar la ansiedad que estaba sintiendo ese día, por el cambio radical que su madre le estaba haciendo pasar. Y porque se sentía atemorizada, de ir a una escuela con chicos más grandes que ella, al día siguiente. Llega l