Esta excitación que tengo ahora es muy superior a lo que he sentido últimamente, sobre todo porque sé que es prohibido lo que siento. Mucho más prohibido que todas las cosas que antes hubiera podido realizar. Lucy, mi propia hermana, se ha descarado y me acaba de contar que ya no es virgen. Su novio la ha follado, pero aún no sé si él fue quien le robó la virginidad o si fue alguien más. Lo que llama la atención de todo este sucio momento es que ella me insiste en que le meta un dedo a su rajita abrasadora para verificar si tiene algo raro por dentro, porque dice que le duele cuando Paul la penetra. Yo no me puedo explicar la razón por la que le inspiro la confianza de permitirme hacer algo semejante. Pero así está sucediendo. Mamá está arriba, en su cuarto, esperándome, y, mientras tant