—La señora Marta se la tragó entera. —Es que ella está más acostumbrada. —Y la chica que me vas a presentar, también lo hace? —Seguro que si. Por lo que me ha contado Marta se le dan bien estas cosas. Carlos no espero más, la lanzó contra la cama y se tiró sobre ella para empezar a comerle las tetas. Alba empezó con los jadeos al sentir las fuertes succiones en los pezones, y los mordisqueos casi la hicieron gritar. Cuando Carlitos decidió bajar con la lengua por el vientre los pezones ya estaban duros y rojos, además de repletos de saliva. Alba llevo las manos a sus tetas y comenzó a pellizcarlos mientras ya sentía la lenguas de su hijo recorriendo toda la raja. Carlitos encontró el clítoris y lo succionó con fuerza para después darle varios lametazos. —Ahhh cariño. Síii, chúpalo a