Por fin Carlitos se retiró de encima y sintió todo su cuerpo empapado, una parte de sudor y otras de flujo y semen. Se sintió feliz de nuevo pensando en lo bien que se lo había pasado su hijo, y no menos en lo que había disfrutado ella. Le había dolido el fracaso con Víctor, pero su hijo la había recompensado con creces, pero seguía pensando en lo insaciable que era.
Se dio una ducha y se cambió de ropa interior antes de ponerse la bata. Preparo la comida y se pusieron a comer. Los dos se miraban con sonrisas cómplices hasta que Alba le preguntó.
—Sigues teniendo ganas después de haber estado con la tía y conmigo?
—Pues claro mamá! – exclamó con simpleza como si le respuesta fuese obvia.
Alba contuvo la risa y siguieron comiendo hasta que volvió a preguntarle.
—Te gustaría probar con
