Marta continuó con suma lentitud y una suavidad exquisita. La chupó varía veces y en cada una de ellas avanzaba más con los labios por el venoso tronco. Alba la miraba con asombro viendo cómo engullía ese pedazo de rabo con una facilidad asombrosa sin que le diese una sola arcada. El asombro fue mayor al ver cómo la engullía entera, y no una vez, si no unas cuantas. Dejó de chuparla para coger aire a la vez que le dedicaba una leve sonrisa a Alba. — Ufff, nunca había hecho esto delante de nadie. – comentó con un atisbo de vergüenza. — Pues lo haces muy bien, y Carlitos está encantado, jijiji! – contestó Alba quitándole importancia. — Tengo experiencia en esto, a Juanjo es de las cosas que más le gustan, jijiji. Marta se iba desinhibiendo y Alba continuó al ataque.