Analu Salimos de la cama y entramos en una enorme y ostentosa bañera. Pero antes de eso, él llena dos copas de vino rosado y nos quedamos allí disfrutando y yo cada vez más hundida en este hombre. Pero la verdad es que he llegado a una profundidad de la que no hay retorno. —¿Planeas votar y vivir en tu casa? —me pregunta Esta es una cuestión que aún no he decidido, esa casa me traerá malos recuerdos y corro el riesgo de deprimirme viviendo allí. —No tengo ganas, me gustaría tener mi propia casa, pero es algo en lo que todavía tengo que pensar. —¿Y qué te detiene? —¿Qué más podría ser? Mi situación financiera, Santiago. El salario que me pagas es genial, pero no sé si será suficiente para pagar la universidad y los gastos de una casa. —Tengo una casa vacía, de hecho, los inquilinos l