[SAMUEL] El hecho de que ella haya aceptado pasar este día juntos y de todo lo que vivimos anoche, y conversamos esta mañana me parece un sueño. Ya la simple idea de tenerla cerca nuevamente me parecía imposible. La observo a mi lado dentro de este auto mientras que conduzco y sonrió como un tonto. Ella voltea a mirarme y se muerde los labios levemente haciendo que una revolución interna se apodere de mi —¿Qué tanto me miras?— Cuestiona sonriente y ahora soy yo quien me muerdo el labio. —Te ves guapísima, me gusta mucho ese vestido de lana, nunca te había visto con algo así— Comento. —Las personas cambiamos, y nuestra manera de vestir también, pero no intentes distraerme ¿me dirás donde me llevas? Ya estamos lejos del centro de la ciudad— Me pregunta con picardía y me mira de una forma