Harmon se encontraba en el auto acompañado de Simone, quien le iba a ayudar a disculparse con Antoin aunque no quisiera, prácticamente le había obligado a ir. —Parece un niño, por favor, cálmese un poco, señor— le pidió el asistente personal al ver que el alfa no dejaba de mover los pies una y otra vez en señal de estrés. Le temblaba el pulso cada vez que veía al hombre removerse como alguna especie de anguila. —Simone, no lo entiendes, esto es humillación, no es una disculpa, no dejará de burlarse de mí— comentó su jefe con rostro dramático. —Déjeme recordarle que usted mismo se metió en esto— comentó harto el más bajo. Mientras llegaban a la residencia de Antoin donde sería la reunión, solo e podía concentrar en el paisaje, o en el caso del asistente, en su laptop done tenía registr