—Tenías razón— le comentó Harmon a Amanda cuando estuvieron a solas dentro del almacén que no había sido alcanzado por las llamas. —¿Sobre qué?— quiso saber ella, en extremo confundida. —Sí se trata de Randall, aunque no estoy seguro de que sea él el cabecilla de esta orquesta— confesó el alfa, tragando fuerte, no porque no quisiera admitirlo, sino debido a que no tenía una respuesta precisa ni un plan de acción premeditado. —Por la manera en que me habló cuando me tuvo cautiva, puedo decir que me pareció que era él ¿Por qué dudas que lo haya ideado?— preguntó ella con tono un poco más bajo. —Parece demasiado confiado, y esa no es característica de un jefe directo, se siente respaldado por algo más grande o alguien más poderoso— —¿Y qué haremos?— fue la duda que soltó al aire la omega