─No lo entiendo ¿Cómo puedes decir que no es tu madre?─ quiso saber Amanda, mirando el rostro arrebolado del alfa. Este miró hacia otro lado una vez más, quizá un tanto avergonzado por haber estado llorando, pero eso poco o nada le importaba a la omega, que aún después de tantos desprecios y malos tratos, seguía estando disponible para él. ─Actúa como si lo fuera, pero es una farsante─ respondió el de orbes claras. ─¿A qué te refieres con "farsante"?─ repitió ella, sin poder dejar de pensar en lo dicho por el hombre. ─Mi verdadera madre nos abandonó cuando yo nací, ella tenía una gemela, fue esta la que tomó su lugar, así que, en resumidas cuentas, ella es mi tía, pero es una mujer espantosa, es malvada y jamás me ha querido, siempre quiso la fortuna de mi padre, y a él, por supuesto.