Tyler ????
Habia abrazado a Danielle tanto tiempo que me estaba volviendo adicto a su perfume florar, no pude evitarlo asi que comencé a mordisquear con suavidad su cuello comenzando a intensificarlo con fuerza arrancándole un leve gimoteo de placer.
—Tyler—hipaba levemente camuflando un jadeo.
—¿Si? —lamia con lentitud donde le mordisqueaba.
—¿Qué haces?
—Nada.
Hablaba en un murmuro donde le habia lamido. El aire caliente de mis labios al chocar en contra de la lamida que le habia dado le hizo levemente estremecer. No pude evitarlo, comencé a chuparla como si fuera un vampiro. Su cuello se habia convertido en mi alimento, su cuerpo en mi perdición. Durante la semana que habia pasado mirándola con otro hombre estuve a punto de enloquecer. Kai tuvo que redoblar mis terapias a dos horas para intentar relajarme. Me aterraba que a ella le gustara Cristian, me daba pánico que me dijera que le gustaba, no quería parecer un loco paranoico por ende le di distancia, pero me mataba. Mi cuerpo quería enterrarse entre sus piernas, hacerla mía, que jadeara mi nombre, suspirar que solo sería mía y sollozar con que la partiera hasta no poder caminar, pero sabía que si hacia eso podría lastimarla mentalmente. No quería tener algo solo físico con ella, quería hacer todo bien ¿Cómo podría amar a alguien si no estaba completo como persona? Era un adulto responsable, no quería llevarla a mi caos, a mi mierda, no quería herirla al estar tan roto, ella me daba una necesidad tremenda de protegerla incluso de mi mismo.
—Tyler —un leve jadeo invadió mis oídos.
Adoraba escucharla exhalar mi nombre, su voz tan dulzona se oscurecía y enronquecía en un leve ronroneo que me liquidaba. Mis manos bajaban hacia su trasero presionándola contra mi cuerpo. Mi miembr0 endurecido suplicaba con que entrara en ella.
—¡Pandita ahora no puedes! ¡Te voy a tomar una foto y la venderé como el hombre que no se le para!
Un gruñido de frustración sexu@l salía de mi haciéndome detenerme soltando al objeto de mi obsesión, me daba la vuelta para notar a quien más me molestaba en esos momentos. Totalmente enojado notaba a la pelirroja chismosa reírse como si su objetivo hubiera sido cumplido.
—¿Qué quieres?
—Saliste corriendo de la lavandería y debes llevar mi ropa.
—Mimi —mi voz enronquecida delataba mi deseo— ¿No ves que estoy ocupado?
—Si, si lo que digas pandita, vámonos.
Danielle sonreía con algo de nerviosismo tocándome con suavidad mi espalda.
—Tyler tu tranquilo nos veremos mas al rato ¿Sí?
Tras ese día habíamos quedado en que todas las mañanas íbamos a desayunar juntos. Quería que lo que tuviera con Danielle se construyera de buena manera pues solo sexo no era lo que quería. Desde ese día habían pasado ya dos, pero no se notaba pues siempre me escabullía para poder estar con Danielle alejándola de Cristian. Esa mañana estaba tomando mi café totalmente concentrado en Danielle cuando escucho una voz que me saca de mis pensamientos.
—Danielle —una emocionada voz masculina se escuchaba detrás de mí— ¡Whao! Por ese chupón que tienes noto que la Tylerconda salió de casería.
—¿Tylerconda?
Me volteaba mirando a un muy sonriente Ronaldo y a Cristian el cual miraba muy detenidamente el cuello de Danielle y luego a mi. Nuestras miradas se sostuvieron en una batalla totalmente glacial.
«Asi es maldito enfermo, ella no será tuya»
—Es el apodo de tu amiguito , aposté con Mimi a que no ibas a meter la Tylerconda en la cueva y al final Danielle se iría, te dejaría con las bolas reventadas y azules.
—¿Quieres dejar de decir eso?
—No, me gusta más que pandita ¿O prefieres que le llame Tylerneitor?
—Ronaldo deja de avergonzar a Danielle o te pateare el culo.
Cristian se había mantenido totalmente en silencio por un rato y tras esto solo suspiro.
—Danielle prepárate, te llevaré a la cascada ya que tenemos que recolectar unas flores para la señora Mahina.
—No, tú no vas a ir con ella a ningún sitio —bramaba con rabia.
—¿Por qué? ¿Asustado Tyler? ¿Tan poca confianza le tienes a Danielle? —una calmada voz de vislumbraba.
—Serás hijo de puta —me levantaba vociferando con una voz llena de rabia que delataba todas las emociones que guardaba.
Desde que Danielle llegó al campamento tanto ella, Kai y Cristian me han obligado a sacar emociones que me había asegurado de esconder. Durante un mes esos tres me han expuesto a sacar todo lo que sentía, aunque no quisiera, pelear con mis demonios.
—Tyler, si no quieres que vaya no iré, pero solo diré que me tengas confianza—su mirada azulada como el topacio se suavizo — no sé qué te pasó, pero créeme yo nunca te haría algo para lastimarte.
«¿Tan poca confianza le tienes a Danielle? »
Su voz resonaba como aquella serpiente llenándome de veneno internamente. Mi respiración se aceleraba junto a mi corazón, no soportaría tener que ver escapar a Danielle con Cristian. Me sentía helado, todo mi cuerpo estaba sucumbiendo al frío polar , mi visión se nublaba y aunque respiraba de manera agitada sentía que no llegaban a mis pulmones. Moriría, definitivamente lo haría…..o eso pensaba….. una calidez en mi mano derecha me devolvió a este mundo, a este lugar. Dirigía mi mirada hacia donde me sentía calido notando a Danielle colocando su mano en la mía que estaba puesta en la mesa. Mis ojos se posaban en aquel brazalete ir le había hecho y recuerdos de como lo hacía me invadieron. Sonreí levemente como tarado pues aquel brazalete lo hice más de ocho veces intentando hacerlo perfecto para ella.
«solo diré que me tengas confianza»
«no sé qué te pasó pero créeme yo nunca te haría algo para lastimarte»
Su voz risueña invadía mi cabeza. Nuestros ojos se mantenían y solo pude sonreírle ¿Confiaba en ella? No lo sabía, sus palabras, más largas conversaciones que tuve con Kai sobre soltar y dejar las cosas fluir me invadieron. Inhalé lentamente intentando llevar pensamientos adultos a mi cabezo y tras eso exhalé dejando todas mis inseguridades, dejé un peso en mi corazón salir. No quería parecer un loco posesivo sin siquiera conocerla, por eso estaba trabajando con Kai.
—Danielle confió en ti, si tú quieres ir no pasa nada.
Mordía mi lengua para no dejar escapar el veneno que quería lanzar. Quería confiar en ella, me mentiría hasta que me lo creyera. Su sonrisa fue lo suficiente para aniquilarme.
—Gracias por confiar en mí.
—Bueno, vámonos Danielle.
Ella solo me daba un suave beso en la mejilla antes de irse, quería confiar en ella. Pase unos minutos estáticos hasta que un zarandeo me sacó de mis pensamientos.
—Planeta a Tylerconda ¿Estás vivo?
—Que pasó.
—Te quedaste paralizado por unos minutos, tanto que pensaba llamar a Theodoro porque pensé que moriste al dejar a Danielle irse con otro hombre.
Miedo comenzó a rodearme porque confiaba en Danielle pero no en Cristian.
«¡A la mierda! No lo dejaré solo con Danielle»
—no….¡No! Debo ir a buscarla.
Comencé a caminar, pero mi brazo era detenido por Ronaldo obligándome a detenerme.
—Tyler no puedes ir sin una razón después que le dijiste que confiabas en ella—su mirada sería podía congelar— parecería que no le tienes confianza además de que parecerías loco, necesitas una excusa para ir.
—¿Una excusa?
—Así es.
Comencé a pensar, no tendría ninguna razón para ir hasta que el bombillo de una idea se me prendió. Comenzaba a correr hacia una de las primeras cabañas tocando como alma que se lleva a el diablo.
—¡Abre la puerta ahora!
Tocaba a más no poder hasta que después de unos minutos salía una pelirroja en pijama mirándome como si estuviera loco, porque si lo estaba. Una pequeña campanita que adoraba cantar se había metido en mi cabeza y no me dejaba en paz.
—Tyler, son las siete y media de la mañana —su voz enronquecida recién levantada se vislumbraba—si no tienes nada importante vete.
—Cámbiate, te llévate de paseo para que tomes una fotos.
—No quiero ir —se cruzó los brazos furiosa— me libere del loco militar que me levantaba a las seis de la mañana para correr y ahora apareces tú —sus ojos de frustración me observaron—necesito tener mi sueño reparador.
—Mimi, por favor te lo ruego necesito que vengas conmigo.
—No quiero.
—Por favor, haré lo que quieras, pero te necesito como excusa para poder ir a la cascada para vigilar a Cristian y alejarlo de Danielle.
Había soltado todo mi plan como si mi cerebro hubiera tenido un corto circuito. Al escucharme Mimi solo se rio como si me hubiera agarrado con las manos en la masa.
—En el pueblo tienen una cámara de última generación de seis mil dólares.
—Hecho, pero muévete.
Eso fue suficiente para que Mimi me cerrara la puerta en la cara y tras unos minutos saliera con un pantalón corto y una blusa floreada con zapatos de plataforma junto a una cámara en su mano. Casi arrastrada la llevaba al bosque, al tener tanto tiempo en el retiro conocía todo ese lugar como la palma de mi mano. Calculaba que ir a la cascada le tomaría media hora, pero la ruta que yo conocía acortaría el recorrido a quince minutos. Llegábamos a la entrada llena de lodo a lo cual Mimi lanzó un gemido de sorpresa.
—Ni lo piense.
—Vamos, es solo lodo.
—Tyler no voy a dañar mis zapatos de veinte mil dólares solo porque tu pene no tiene la suficiente confianza.
—Mimi por favor —murmure.
—No voy a entrar por ahí maldita sea.
Ella se volteaba para irse pero yo solo la cargaba como si fuese un costal de papa.
—Te llevaré acuesta así no te quejarás.
Caminaba con Mimi en mi hombro por un buen rato sintiendo su codo en mi espalda así que imaginé que ella estaba acomodando su cabeza.
—¿No crees que debes confiar en Danielle? Ella está confiando en ti dejándote conmigo.
—La diferencia es que yo no intentaría entrar entre tus piernas a la mínima oportunidad, además yo no confío en el.
—¿Qué pasó? O sea, sé que no puedes contarme, pero al menos dime porque crees que el está interesado en ella.
Pensaba un rato buscando las palabras correspondientes para no ventilar información.
—Digamos que el tiene una preferencia algo enfermiza con las chicas de cabello n***o.
—¿Enfermiza? Como un acosador o como una parafilia.
—No puedo decirte nada, se lo prometí a Kai.
—Si te hace sentir tranquilo, se guardar secretos.
—Apenas te conozco hace cuatro meses.
—Aburrido.
Caminamos por unos diez minutos y tras salir por el camino enlodado la bajaba. Se escuchaba a la distancia el sonido de la cascada cayendo, una hermosa vista de una cascada tejada levemente por las rocas de manera natural daba una sensación mágica. A la distancia notaba a Danielle recolectando unas flores rojas junto a Cristian a su lado.
—¿Te gustan estas?
Notaba a Cristian acercarse demasiado a Danielle, iba a matar a ese cabron. Comencé a caminar acelerado, lo lanzaría por alguna piedra, lo mataría y fingiría que nada paso. Mimi me jalo de la mano moviendo su cabeza de manera negativa y tras esto se acerco a ellos metiendo su cámara entre el medio de ambos.
—¡Pero que bonita vista! —Sonreía de manera emocionada Mimi recibiendo una mirada asesina de Cristian.
—Mimi—sonreía Danielle levantando el rostro mirándola a ella.
—¿Qué haces aquí? —un enojado Cristian la observaba.
—¿Yo? Pues fotografiando el lugar —ajustaba su lente para tomar una foto a la distancia— ¿Por qué? ¿Te molesta?
—¿Te he dicho que molestas mucho?
—Si, el mes pasado te lo pasaste diciéndomelo —sonrió levemente —¿No les molesta que tome foto?
—Claro que no.
Danielle miro hacia detrás y al verme solo me sonrió levemente ¿Acaso ella estuvo esperando todo el tiempo por mí?
Danielle ????
Con varias flores en mis manos de color rojo notaba a Tyler en la distancia mirándome fijamente. Me alegre por su distracción para interrumpir la cercanía con Cristian ¿Por qué? Aunque Cristian no habia hecho nada para elevar mis alarmas me sentía ligeramente incomoda mas cuando preguntaba sobre mi vida personal. No le di mucha información solo que cantaba en un grupo. Me levante enseguida como si tuviera un resorte dirigiéndome a Tyler el cual se habia quedado estático.
Canción: Only one por: VCHA
—¿Viniste por mí? Acaso no puedes vivir sin que te cante.
—No, campanita —su mirada color almendra me escudriñaba— vine porque Mimi me lo pidió.
—No mientas Shrek, viniste porque quieres que te cante.
—Ni lo intentes —su voz se tornaba seria— si cantas te voy a lanzar por la cascada.
—¿Acaso los ancianos tienen fuerza para cargar algo más que no sean sus bastones?
—¿Acaso me llamas anciano para ocultar que me amas demasiado? Porque no necesitas hacer eso, ya tienes mi corazon campanita—se acercaba acariciándome muy suavemente el cabello— Se que me amas, tus ojos me lo dicen ¿Sabes que eres tan linda que me dan ganas de comerte la boca? Adoro la manera en que sonríes……pero esa sonrisa se vería más linda aceptando tener una cita conmigo esta noche bajo las estrellas.
Su sonrisa presuntuosa junto a sus ojos acaramelado me hizo sentir un leve ardor en mi mejilla. Mi cerebro comenzó a ir a una velocidad increíble sintiendo como emociones desconocidas por mi se desbordaban. Muchas veces me sentí como si no perteneciera a ningún sitio, como si fuese tan remplazable que no valiera nada pero Tyler en un solo mes, en unas pocas palabras me hacía sentir como única, especial, era una locura pues la mayor parte peleábamos ¿Acaso era mi cerebro poniendo una defensa para detener el amor que sentía por el? Sentía como si tuviese un cortocircuito en mi interior, me sentía caliente, no podia ni siquiera pensar, no sé porque comencé a correr hacia la cascada.
—¡Campanita detente te vas a caer!
Mientras Tyler me gritaba solo me lanzaba por aquella cascada riéndome como si se me saliera un tornillo.
—¡Anciano!
Gritaba con tanta fuerza mientras caía como si no hubiese mañana. Aquel panorama parecía de película, la curvatura montañosa hacia parecer esa cascada tan secreta, tan oculta, cubierto para que nadie pudiera encontrarlo con facilidad….como mi corazon y el corazon de Tyler. Caía en el lago de la cascada, una tonalidad azulada que hacia juego con el color marrón claro de las rocas asi como la mirada mía y de Tyler. Nadando salía a la superficie llevando mi cabello hacia atrás riéndome como si fuese una adolescente. En esos momentos estaba haciendo cosas tan impulsivas que nunca hubiera hecho en el ambiente donde estaba.
—Danielle ¿Estas bien? —Mimi grito desde el borde de la roca al comienzo de la cascada tomándome una foto.
—¡Si! ¡El agua esta rica!
—¡Niñata endemoniada sal del agua! Te puede pasar algo.
—¡No! Oblígame anciano, mejor no —comenzaba a reírme— No lo intentes, no quiero ser la culpable de que te de un ataque al corazon.
—¡Que no soy un anciano!
Su grito desde arriba fue tan sorprendente mientras tomaba impulso saltando de la cascada. Me sorprendió verlo lanzar ese salto y hundirse en el lago. Al ver que no subía comencé asustarme ¿Se habrá muerto?
—¿Tyler? —comenzaba a llamarlo de manera nerviosa—¡Tyler!
Sentía que algo me succionaba hacia el agua ahogándome hacia abajo notando a Tyler. Este me abrazándome un pico abajo del agua algo que hizo estremecer a mi corazon hasta que salimos a la superficie aun abrazándonos.
—Ya he cobrado mi multa porque me mojaste la ropa —pegaba su nariz de la mía.
—Nunca te dije que saltaras.
—¿No? Me provocaste llamándome anciano —sus hoyuelos tras sonreírme agitaban mi corazon.
—Me sorprende que no te murieses en el aire anciano.
—Niñata del carajo —agarraba mi trasero por debajo del agua— si sigues asi te voy a empalar.
—¿Te moriste Pandita?
Alzaba mi mirada notando a Mimi fotografiarnos tras gritarle a Tyler, por otro lado, Cristian nos miraba como si le asqueáramos. Mi mirada se volvía a situar en Tyler, mi corazon retumbo emocionado y aunque no quisiera admitirlo el se habia clavado en mi ¿Acaso el me haría feliz? O solo era la calma antes de la tormenta.