15. ♪ Tormenta ♪

2482 Words
Desde que saltamos de aquella cascada todo en mi relación con Tyler cambio. Todo estaba mejorando a pasos a pasos, demasiados lentos, pero era mejor que nada pues sabía que el quería ir despacio como si estuviera cuidando cada paso que daba conmigo. Muchas veces sentía que me daba confianza, creía en mi pero al mismo tiempo sentía que no podia soltarse completamente. Habia enlazado eso con su pasado ¿Qué le habia pasado? Habían pasado cuatro días donde Cristian, por otro lado, me trataba con la amabilidad que siempre me mostro desde el primer día. A veces sentía que el quería llevar esta relación de “amistad” demasiado rápido para mi gusto. No era algo que surgiera natural como Ronaldo, sentía que el quería meterse con mi amistad si o si. —Mmm no me gusta. Mis ojos azulados se posaban en Cristian el cual estaba conmigo recogiendo unas especias del jardín que nos pidieron como encargo de ese día. —¿Qué no te gusta? —La presión del aire esta diferente —observaba el cielo— Habia escuchado a la señora Mahina y al señor Harry estar comunicados con el pueblo pues habia aviso de tormenta, por eso estaban viendo si debíamos ir al pueblo a refugiarnos, pero creo que será algo mas. —¿Cómo puedes saber eso? —Tengo casi tres años aquí, he pasado tres tormentas y un huracán, cuando vives tanto en la naturaleza te acostumbras. —Haces sonar esto como si todos fuéramos unos salvajes. Aquello provoco una leve risa ahogada. —Todos somos unos salvajes de una u otra manera, ratoncita —cortaba unas ramas de especias— aunque aquí somos salvaje de manera psicológicas aunque no lo queramos admitir. —¡Hey! A mi no me cuentes en sus cosas, yo estoy psicológicamente perfecta, solo fueron unos tontos comentarios que me afectaron. Sin decir nada Cristian me observo por el rabillo de sus ojos azabache por unos segundos y tras esto volvió a cortar otras especias. —¿Te han dicho que eres mala mintiendo? —miro fijamente donde cortaba— No se que te ha pasado, no se si estas hablando todo con Kai pero aunque sonrías tienes una mirada algo triste muy adentro ….y creo que eso fue lo que me gusto de ti mas que tu cabello negr0. —¿Disculpa? —No, nada —ponía algunas especias en su canasta— hablaba en voz alta. Durante esa tarde la señora Mahina y el señor Harry nos reunió a todos para dejarnos saber que iríamos al pueblo cercano para quedarnos en un refugio pues al parecer habrá un huracán que afectaría la isla de Hawái. Según tenia informado ella no seria mucho, por ende no pensaba que no deberíamos quedar tanto tiempo en el refugio pero aun asi por seguridad iríamos. Esa noche me la pase retozando con Tyler en su cabaña. Nuestras noches se habían vuelto tan particulares porque siempre terminaba yo infiltrada en su casa como una comensal probando sus diferentes platos. Un día el y yo terminamos cocinando una paella, que casi terminaba en una noche pasional si no hubiéramos sido interrumpidos por Beatrice y Victoria las cuales venían a leer con Tyler, algo que al parecer hacían una vez por mes. Tyler se veía una persona familiar, parecía que con poco era feliz ¿Qué le habría torturado tato para estar aquí? En las pocas cosas que sabia del, solo analizaba que muy seguramente hubo un cantante envuelto por la manera en la que me trato apenas entre al retiro. La mañana habia llegado, como nos habían ordenado el Señor Harry termine llevando una pequeña mochila con un par de cambio de ropa y objetos de primera necesidad. También estaba llevando mi guitarra pues la señora Mahina estrictamente nos recomendó llevarnos lo que queríamos proteger pues no sabíamos si alguna de las cabañas podría ser afectadas. Mientras varios arreglaban sus pertenecías en la camioneta, yo me encontraba sentada en el césped en un área cercana tocando con mi guitarra. —¿Me tocaras una canción mientras pasa la tormenta? Una voz amable y calmada se escuchaba a mi lado. Cristian se sentaba a mi lado invadiendo levemente mi espacio personal pero no lo suficiente para incomodar. Yo continuaba tocando los acordes de guitarra mirando la camioneta totalmente concentrada en aquel pelirrojo que hacia latir mi corazon. —Tal vez, no lo se, solo lo haría si tengo ganas —miraba al cielo oscureciéndose levemente a pesar de ser las ocho de la mañana— muchas veces toco y canto dependiendo como me sienta. —Me encantaría escucharte —sonrió levemente— Desde que cantaste en el bar, tu voz se me quedo en mi cabeza asi que me gustaría escucharte de nuevo. —Quien sabe, eso solo lo hice para molestar a Tyler. Al mencionar su nombre mi corazon dio un leve latido, sonreía como tonta tocando mis acordes aun. —¿El te gusta? —Si. —¿A pesar de que no confié en ti? De reojo miraba a Cristian ¿acaso estaba intentando hacerme sentir desconfianza? Suspire levemente mirando a la distancia a Tyler ayudar a Mimi con su enorme maleta que parecía que se iba a mudar por una semana. El pareció que sintió mi mirada, nos observamos detenidamente, pero sus ojos se oscurecieron de un caramelo a uno achocolatado en cuestión de segundo ¿Por qué? —Si, a pesar de que no confié en mí, aun asi me gusta, quisiera que cuando todo eso acabara…me gustaría que el y yo tengamos una cita fuera de aquí. Cristian dejo escapar un tono pensativo desde su garganta. Pareció que quería decir algo más pero simplemente se calló. Tras quince minutos me levante dejando mis pertenencias junto a mi guitarra en la parte trasera acomodándome en la camioneta de Tyler, a mi lado se sentaba Ronaldo con Victoria mientras que adelante se sentaba Beatrice. —Danielle ¡Recuerda que espero escucharte cantar! Moví mi cabeza levemente por la ventanilla notando a un Cristian algo alegre saludándome. Tyler observaba la escena de un emocionado Cristian hablarme mientras el señor Harry lo llevaba en su camioneta junto a los otros. Su mirada penetrante se dirigió a la camioneta alejándose y luego la poso totalmente a mi. —¿Vas a cantarle? —su voz tensa enronquecida se escuchaba. —No lo se, tal vez, depende como me sienta. —No permitiré que tu vayas a —Tyler —lo interrumpió Beatrice mirándolo de manera fría— Ni lo intentes, menos con Victoria aquí. El miro a Beatrice como si sus palabras hubieran sido el de regaño de una madre resoplando totalmente enojado. Theodoro se sentó al lado de Mimi pues al parecer el era el único que faltaba que iria en nuestro grupo. —Unos momentos, debo buscar algo. Tyler desapareció por unos momentos mientras yo le cantaba a Victoria algunas canciones infantiles a Victoria. Tras unos quince minutos Tyler por fin regresaba arrancando todos para el albergue conduciendo totalmente alegre, una visión contrariada al enojón tipo de hace unos minutos atrás. ===========♫♬♪♩𝄞============== Canción: complicated por Rihanna Al llegar al albergue donde nos quedaríamos notaba que tanto Ronaldo como Tyler descargaba nuestra pertenencia de su camioneta. En la otra Cristian ayudaba a Theodoro con la faltantes. Miraba cada una de las maletas, pertenencias y mochilas bajar….excepto por uno. —Mi….mi guitarra -comencé a buscarla con desesperación con mi mirada—¡Dónde esta mi guitarra! Un muy calmado Tyler bajaba la pequeña maleta de Beatrice y Victoria. —La dejé en el refugio para que no cantes. —¡Qué hiciste que! Mi voz que usualmente era melodiosa incluso cuando me enojaba salió como un rugido de un dragón. —Ahí no…—susurró Beatrice— vamos cariño, esto se pondrá feo —ella cargaba a Victoria adentro del refugio alejándose de nosotros como si pudiera olerse el caos. —¿Qué? —¿Qué? ¡Eso es todo lo que dices! Que dem…dem…..demo…… Tyler se acercaba a mi rostro mirándome fijamente con altaneria. Hace días adoraba tenerlo cerca, pero en esos momentos quería desaparecerlo. —¿Qué demonios me pasa? ¿Eso es lo que quieres decir? —se vislumbraba una sonrisa petulante— Campanita insúltame, saca toda la rabia que tienes ¡Defiéndete! ¡Grítame maldita sea! —Eres……¡eres un idiota! —¿Y? Soy el idiota que amas—se agachó acercando su rostro hacia mi riendo de manera egocéntrica buscando besarme. Todo mi cuerpo se llenó de una rabia impresionante que jamás pensé llegaría a sentir por alguien ¿Lo amaba? ¡Lo amaba! Pero lo odiaba en esos momentos con todo mi ser. Mi cerebro pareció olvidarse de cómo fue criado, su moral se fue por la alcantarilla, todo mi cuerpo se acaloró de la furia y con una fuerza que nunca pensé que tenia para defenderme de alguien lo cacheteaba. La fuerza que apliqué en ese golpe hacia mi mano arder de maneras impresionante su rostro se volteo pues al parecer nunca espero eso de mi, el sonido retumbo tan fuerte como el relámpago de una tormenta. Sentía mi cuerpo totalmente acalorado por la rabia, impotencia y dolor. Escuché a la distancia un silbido por parte de Cristian. —¡Eres el peor hombre que he conocido! ¡E….er…..eres…..eres…..eres….eres un malnacido¡ ¡Que te den por el culo! ¡Ojalá que te mueras! ¡Eres un hijo de puta! Hubo un silencio a nuestro alrededor, no me había dado cuenta de que lloraba hasta que Ronaldo me abrazó con fuerza. —Danielle ¿Estás bien? ¿Quieres que te lleve adentro lejos del? —Tras unos minutos el limpiaba mis lágrimas con delicadeza mirándome de una manera tierna. —Yo….yo lo siento Danielle —su voz sonaba totalmente sincera— no pensé que te afectaría tanto. Noto como Tyler alzó las manos para alcanzarme, pero recibió un manotazo por parte de Mimi obligándolo a no tocarme. —Aléjate de ella, ya mucho hiciste ¿Estás loco? Aquí ella tiene muchas personas para hablar por ella cuando no pueda—Mimi hablaba con una voz sumamente enojada. —Solo quiero hablar con ella, discúlpame. —Pues mientras este aquí, no dejare que te acerques a ella ni para respirar el aire cerca de ella—Ronaldo me soltaba colocándose delante de mi. Me sentía protegida, por primera vez cuando alguien me atacaba sentía que alguien saltaba en mi defensa. —Danielle, lo siento…..de verdad no era mi intención enojarte asi ¿Puedes disculparme? —No —taje con mi voz temblorosa de la rabia— debo volver por mi guitarra. —Danielle no podemos hacerlo—tajaba Tyler— muy pronto la tormenta entrara a la isla, no podremos llegar a la cabaña sin estar en peligro. la voz de Tyler se suavizaba, pero mi corazón no entendía. Me alejaba de Ronaldo intentando meterme a la camioneta, pero era detenida por Cristian. —Ni lo intentes—retiraba la llave de la camioneta guardándola en su bolsillo—tendremos que aguantar hasta mañana, yo te llevare a primera hora a buscarla pero por ahora debes esperar. —Algo le puede pasar a mi guitarra. —Es mejor eso que a ti—su voz se tornaba calurosa— ratoncita, no puedes arriesgarte a morir. —¡No me entienden! No puedo dejarla y que le pase algo ¡Si algo le pasa a mi guitarra moriría con ella! —Te entiendo ratoncita, pero por ahora solo debemos esperar ¿De acuerdo? Entrábamos al refugio, pero mi mente estaba totalmente en mi guitarra. Si nadie me llevaría al refugio yo iría por mi propio pie. Aproveché que todos andaban distraídos ayudando en el refugio para poder salir por la puerta sin que nadie me viera. Caminando a pies porque no pude encender la camioneta, fueron unos quince minutos de caminata notando a la distancia una bicicleta. Conocía la ruta para regresar pues era todo reto, así que subiéndome a la bicicleta me tomaría como mucho dos horas ir y venir. Mientras iba en la bicicleta se escuchaba un fuerte sonido del viento. Comenzó a llover, pero no me importaba. El viento era arrasador, yo pedaleaba aún bien ritmo pues tendía a mantenerme muy activa bailando así que tenía resistencia. El camino a la entrada del retiro estaba tan enlodado que apenas pude mover la bicicleta, así que al final para avanzar al tuve que bajarme y caminar llevando la bicicleta rodando. Con dificultad llegaba a las cabañas, totalmente enlodada, el cansancio en mi era eminente, pero por ahora lo único que me interesaba era encontrarla. —Si fuese un viejo malhumorado donde escondería la guitarra de alguien que quiero molestar. El viento huracanado retumbaba, las olas enfurecidas chocaban encontra la arena. Notaba a la distancia un letrero del retiro volar por la fuerza. Con algo de pavor entraba en mi cabaña buscando mi guitarra, nada. Me desesperaba, me daba pánico que la hubiera he hado en la basura. Volteaba mi colchón, busqué abajo de mi cama y mi closet pero nada. Al final decidí entrar a la cabaña de Tyler por la ventana. Estaba tan resbaloso la madera de la cabaña que al saltar del otro lado sentí dolor en el mismo tobillo que me torcí anteriormente. Quería llorar, pero por ahora no lo haría, adolorida buscaba en cada rincón, y nada. Cómo mi último lugar busqué abajo de la cama notando un mástil de una guitarra. —¿En serio? ¡Tyler eres insoportable! Al jalar la guitarra y sacarla notaba que era una guitarra de color marrón, algo extrañada la miraba levemente pues esa no era mi guitarra y lo mínimo que espere que el Shrek gruñón tocara. La puse a un lado de mi volviendo a bajar la cabeza notando otra guitarra. La sacaba notando que era la mía. —Juro por los cielos ¡Que cuando llegue al albergue te voy a lanzar toda tu ropa al fuego! Frustrada salía cojeando levemente de la cabaña de Tyler colocándome mi guitarra como una mochila gracias a la correa. Bajaba con lentitud comenzando a caminar bajo la lluvia llevando la bicicleta con dificultad. —Estando bajo esta lluvia me dan gana de cantar la canción que le gustaba a mi madre…—hablaba completamente sola conmigo misma para aplacar mi enojo— soy una gata….. ¡Bajo la lluvia! Cojeando cantaba aun para hacerme olvidar del dolor de mi tobillo, el viento era tan fuerte que empezaba a empujarme junto a la bicicleta. Con dificultad intentaba mantenerme de pie, pero lo que no espere era que el viento fuese tan fuerte para mover un árbol al punto de derrumbarlo dirigiéndose hacia mí. Por pánico me paralice notando aquel enorme objeto se iba hacia mí.
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