La roca donde estaba sentada era fría, seguía acariciando los acordes de mi guitarra como si fuese mi lugar seguro, mi esperanza, mi recuerdo de que estaba viva. Tyler se sentaba a mi lado, ambos mirábamos la lluvia infernal de afuera, la tormenta, como si la cueva era el lugar seguro en ese momento de la tempestad de nuestros corazones.
Stuck with you por: Arianna Grande y Justin Bieber.
Su cercanía me hacía sentir que habia alguien mas en este mundo que estaba para mi, aunque peleáramos como perros y gatos sentía que nuestros corazones estaban entrelazados sin poder evitarlo. Recostaba mi cabeza en su hombro, el estaba húmedo al igual que yo en esos momentos por la lluvia.
—Cuando era niña tenía leucemia.
Sentí que el hombro de Tyler se movió como si hubiese movido su cabeza para observarme, solo lo teorice por como se movió pues yo tenia mi mirada fija en la lluvia, no decía nada lo cual me alegre pues solamente tres personas sabían esto, Elliot mi representante, Kai, y ahora el. Quería desahogarme, quería entregarle ese pedazo de mi vida que muy pocas personas sabían.
—Por mi cabello parecería que no tuve leucemia —reía con algo de amargura— pero en ese tiempo perdí todo mi cabello, estaba hospitalizada sin poder salir, tres largos años donde la leucemia fue tan agresiva que me daban muy pocas probabilidades de vida, mi madre fingía sonreír para alegrarme pero sus ojos llorosos me dejaban saber que se moría por dentro.
Miraba los acordes de mi guitarra sonriendo levemente trayendo los recuerdos de mi madre comenzando a hacer mis dedos bailar en las cuerdas.
—Mi mama y mi padre, no son ricos ¿comprendes? El seguro solo cubrió un año de mi enfermedad y tras esto dejaron de asegurarme —un leve nudo en mi garganta se formaba—Ellos vendieron todo, mi madre sus joyas que tardaron años en conseguir, mi padre consiguió tres trabajos donde apenas dormía cuatro horas, hipotecaron su casa, mi abuela antes de morir vendió su casa trayendo solamente una mesa de caoba que habia pasado de generación en generación.
—Danielle….
—Ellas dos me daban esperanza —lo interrumpia sin dejar de tocar— pero a pesar de ser una niña me deprimí mucho hasta que un día en la televisión vi a alguien tocar con una guitarra —sonreía levemente— Yo nunca pedía nada pero ese día le dije a mi madre que si quedaba viva de mis últimos procedimiento quería una guitarra, blanca como la nieve con las mismas mariposas que me visitaban todos los días en la ventana del hospital —mi ojos comenzaron a aguarse — durante ese transcurro mi abuela murió, sabia que mi madre se hacia la fuerte pero ella fallecia por dentro —sonreía con tristeza— su mama era su soporte mental y se fue cuando yo estaba en la ultima…..pero todo salió bien para mi……me dieron de alta en navidad ¿Sabes cual fue mi regalo?
—¿Esa guitarra?
—Asi es, pero no es una simple guitarra que puedes ir a comprar a la tienda, no podrías hacerlo.
—¿Por qué?
—Mi madre fue a varios lugares intentando comprar una a crédito pero por mis gastos médicos tenía un crédito tan horrible que nadie acepto, mi abuela antes de morir le dijo a mi madre que usara la mesa para hacer la guitarra ¿Y sabes qué? Ella la llevo a varios talleres y en todas también la rechazaron, excepto un señor que le dijo que podia ayudarle pero con el tiempo tan reducido que temía que no podría hacerla…..asi que mi madre…..ella técnicamente hizo esta guitarra para mi con las enseñanzas de ese hombre—sonreía con algo de tristeza en mi voz intentando no llorar— mi papa la pinto para mí, aprendió a dibujar mariposas solo porque quería eso….esta guitarra es mi esperanza de que viví, siempre ha estado conmigo en mis momentos difíciles porque después de salir del hospital mis padres me cambiaron cinco veces de escuelas.
—¿Por qué tantas veces?
—Los niños de ese tiempo no comprendían porque no tenía cabello, era tímida y con niños hiriéndote física y emocionalmente al final mis padres decidieron educarme en casa…..eso significaba mas gastos pues mi madre tuvo que dejar el trabajo que habia conseguido para cuidarme mientras mi padre seguía trabajando.
Sentía la cabeza de Tyler acomodarse en mi cabeza.
—Cuando incursione como cantante…si quería hacerlo pero estaba afanada en triunfar, quería pagar las deudas de mis padres asi que me obligue a ser buena —inhale lentamente para exhalar regresando a mis recuerdos de entrenamientos cansados que yo misma me obligaba a hacer— entrenaba día, noche, dormía pocas horas, bailaba hasta que mis pies sangraban, cantaba tanto que llegue a desgarrar una vez mi voz, Elliot me descubrió gracias a una amiga….bueno….alguien que consideraba mi amiga…..y al final Elliot me dio el empujo que necesitaba. El se esforzó de gratis para ayudarme a triunfar y me cuidaba en este medio porque el decía que eran perverso y no quería mancharme.
—Elliot suena como alguien muy sensato.
—Lo es, el me mando aquí —sonreía con lentitud— cuando gane algo de dinero por el contrato debía devolvérselo a el, pero el me dijo que me lo quedara asi que lo use para pagar las deudas de mis padres….en mi primera presentación use esta guitarra….en mi primer concierto con mi grupo también…..en mi primer video como solista la use….esta guitarra es el alma de mi madre, mi abuela y mi padre acompañándome….si algo le pasa a esta guitarra moriría con ella.
Hubo un ligero silencio entre nosotros siendo interrumpido solo por el sonido suave de mi guitarra que mientras hablaba no habia dejado de tocar.
—No —una suave dudativa voz salía desde Tyler— No sabia todo lo que significaba esta guitarra para ti, lo siento tanto.
—Es normal que no lo imagines pues esta muy bien hecha además de que esta es mi historia personal que muy pocos sabes para no decir nadie.
—Debo disculparme por parecer un loco a veces—Tyler levanto su cabeza de mi mirando a las afuera de la cueva viendo la lluvia caer— No es que quiera, es que no puedo evitarlo.
Cerraba mis ojos tarareando suavemente dejándome llevar por el sonido de mi guitarra sintiéndome algo inspirada por la tonada— ¿Por qué?
—No puedo evitar sentirme celoso….loco….no es que quiera es mi cuerpo reaccionando asi.
—¿Por qué?
—Yo a pesar de que te parezca un enojón soy una persona muy amable, habia tenido novias y todo pero lo que sentí por una chica hace tanto tiempo…fue un flechazo —su mirada se oscureció de rabia— ella era una cantante.
«Lo imagine»
—Ella era tan diferente a las mujeres que conocía, era actriz y cantante tomamos clase juntos de guitarra en la universidad. No se si yo no le gustaba…tal vez fui muy insistente…no lo se….pero comenzamos una relación. Sus padres me adoraban, los míos pensaban que ella era el mejor partido que podia conseguir…aunque con todo los que no paso siento que era mejor no estar juntos.
—¿Qué les paso? —susurre suavemente.
—Al terminar mi carrera universitaria le hice una pedida de matrimonio algo….exagerada….fue grande…….literalmente tire la casa por la ventana, ella acepto casarse conmigo y al año ya estábamos casados —lo notaba rascarse el cabello con frustración— ella siempre salía en la noticias, era normal pues se enfoco de lleno a su carrera de actriz, siempre habían insinuaciones de que andaba con otro hombre pero yo lo ignoraba, creía en ella con los ojos cerrados…..y el día que salió embarazada de mi hija —notaba sus ojos aguarse— fui el hombre mas feliz del planeta….era tan pequeñita cuando nació que me daba miedo incluso de romperla con solo cargarla. Cuando me miraba sonreía como si yo fuese su mundo, su todo, nunca habia sabido lo que era un amor sin esperar nada en retorno hasta que conocí a mi hija.
—Debiste ser muy feliz —susurre levemente.
—Lo fui, esa niña se convirtió en mi todo….mi esposa y yo comenzamos a discutir mucho después de su nacimiento, simplemente porque le pedí que dejara de ver a la persona con la que le enlazaban, no por celos si no porque estaba afectándole su reputación y al final…..ella me ignoro, no me importaba porque confiaba en ella, hasta que una noche.
Un silencio sepulcral por parte del se sentía, yo deje de tocar cuando lo escuche sollozar. Me levantaba para ir a sus piernas sentándome en el acomodándome al dejar mi guitarra a un lado para abrazarlo.
—Suéltalo, estás conmigo.
—Me daba igual que me fuera infiel, me valía mierda, pero me dejo la cara de pendejo porque creía tanto en ella, la confianza que le di la destruyo…casi mato a su amante, salí de mi casa para calmarme porque mi pelea con el habia hecho llorar a mi bebe …..al día siguiente….me entere que quería llevarse a mi hija a Canadá, volé en mi auto para evitarlo solo para ver…..verla…..verla morir en mis manos…..mi hija apenas tenia cuatro meses…..intente salvarla….lo juro….
El enterraba su rostro en mi cuello. Me abrazaba con fuerza, sus brazos temblaban, sentía mi cuello humedecerse por sus lágrimas.
—Danielle, mi hija, dio sus últimos respiros en mis manos…durante dos meses tuve que aguantar los embaste uno a otro de que no solo perder a mi hija, si no que mi esposa estuviera viva embarazada de otro….. ¿y sabes que es lo peor? ellos solos se alegraron de la muerte de mi hija, yo sufrí tanto Danielle…..intente suicidarme dos veces evitados por uno de mis hermanos…me hundí en el alcohol….mis padres se estaban volviendo locos porque durante cinco meses apenas vivía, me la pasaba trabajando, tomando, y si llegaba a dormir en mi casa me encerraba en la habitación de mi hija que me negué que tocaran…..sentí que una parte de mi murió junto con ella y no pude hacer nada para evitarlo…..fui el peor padre por no ver lo que se acercaba…y por no verlo mi hija no está aquí conmigo.
Acariciaba con suavidad el cabello de Tyler y aunque no quisiera evitarlo comencé a llorar junto con el ¿Tan rotos estábamos? Ambos llorábamos hasta dejar nuestras almas curarse, nos dejamos llevar por nuestros corazones en un punto que no nos dimos cuenta que la lluvia habia parado. En el silencio de aquella cueva, en la marea de nuestros corazones sincerarnos nos besamos.
A diferencia de otros besos que nos dimos este era agridulce. Era un beso achocolatado con un toque de jengibre, dulce empalagoso que nuestros corazones buscaban junto aquel toque de amargura que nuestras almas nos dejaron ver. Nos habíamos abierto y solo quedaba confiar de que no nos lastimáramos. Un beso exploratorio, un beso tierno fue lo que nos hacía entender que estábamos vivos, en esos momentos, sintiendo. Unas manos juguetonas comenzaron a bajar por mis caderas acariciando la desembocadura de mi cintura transformando aquel tierno beso en uno apasionado, travieso, y explorador. El era el dueño de mi sin saberlo, yo me habia convertido en la llave de su corazon sin imaginarlo, su beso recorría mi cuerpo reclamándolo como suyo explorando mi cuello arrancándome un leve gemido de placer, sentía su nariz hacerme cosquillas en mi cuello.
—Siempre he adorado tu perfume florar.
Algo extrañada lo miraba de reojo— ¿Perfume? Pero si yo no me pongo perfume, me dan algo de alergia.
—¿No usas perfume? —este dejo mi cuello mirándome totalmente confundido.
Sonreía un poco al ver su rostro totalmente descolocado como si hubiera perdido parte de las neuronas— No, casi no uso y el único que puedo usar lo deje en mi apartamento.
Tyler volvía a olfatearme el cuello dejando escapar un leve gruñido.
—Hueles a flores —sus manos presionaban de manera posesiva mis caderas acariciado mi piel como si fuese un ladrón que por fin tenia en sus manos una obra de arte que por fin pudo hurtar del museo.
—No se como sentirme con lo que acabas de decirme.
—¿Qué tal si tu y yo —su voz se tornaba ronca— nos damos un poco de cariño ¿Lo has hecho en el intemperie?
Mis mejillas ardieron riéndome de una manera algo nerviosa, Tyler por otra parte subia sus manos que se dedicaron a examinarme, a recorrer mi espalda por debajo de mi blusa haciéndome arquear levemente por el suave toque. Era una pluma recorriendo mi cuerpo haciéndome un cosquilleo. Moria en su tacto, mis piernas temblaron, cerré uno de mis ojos estremeciéndome levemente algo que pareció encenderlo. Sus manos me reclamaban como suya pegándome más a su cuerpo, a su dureza, deje escapar un leve jadeo algo que encendió la mirada de Tyler a dos brasas encendida. Arque un poco mi pie derecho provocándome una fuerte electricidad por todo mi cuerpo haciéndome aguar mis ojos.
—¿Danielle?
—Lo siento, mi tobillo me dolió.
—Oh…tal vez antes de esto deberíamos ir a ver que te revisen —su mirada se poso en lo míos— vi una bicicleta por la mitad ¿Qué paso?
—El viento levanto el árbol….casi me pega pero pude esquivarlo pero la bicicleta quedo abajo —suspire levemente— intente sacarla pero me resbale y me torcí el tobillo de nuevo asi que arrastrándome vine aquí para resguardarme de la lluvia.
—Lo siento —con suavidad me daba un beso en la frente como si temiera romperme— si no hubiera sido tan estúpido de esconder tu guitarra.
—Te perdonare solo por esta vez….pero si vuelves a hacerme algo no te lo perdonare—mi tono era totalmente serio.
—¡Uh! Campanita ¿Te he dicho que eres excitante cuando hablas asi?
Se me escapo una pequeña risilla nerviosa mientras su mirada se relajaba.
—Bueno, será mejor que vayamos al refugio asi hago que Theodoro te revise.
Me bajaba de las piernas de Tyler poniendo mi guitarra en mi espalda gracias a la correa como si fuese una mochila. Tyler, por su parte se agacho delante de mi para cargarme a caballito. Con delicadeza se levanto al yo subirme saliendo de la cueva cuando dejo de llover, aun se sentías fuertes vientos, pero no lo suficiente para arrastrarnos.
—Me impresiona que un anciano como tu pueda cargarme con facilidad.
Aquello provoco una ronca sonrisa— ¿Anciano? Mmm entonces tendré que robarte el colágeno.
—¿Disculpa?
Este siguió riendo aun caminando, desde la distancia notaba algunos árboles caídos, pero no tanto para peligrar. Mientras estaba siendo cargada por Tyler me relaje en su espalda, era fuerte, ancha, y cómoda. Me hacía sentir segura, pero sobre todo que era el lugar donde pertenecía. Su calidez me calmada, me acunaba de un modo como nunca sentí con nadie más hasta que por fin me entregue en los brazos de Morfeo en sus brazos ¿Acaso ya podría estar tranquila con Tyler? No lo se, solo sabía que dejaría que mi corazon fluyera con la marea.