Tyler ????
Había tardado varias horas entre ayudar en las compras y entregarlas, deje la última para que fuese Danielle pues tenía planeado quedarme dormir en su casa hoy también. Sin saber porque, estaba emocionado, baje las bolsas de compra tocando levemente la puerta de su cabaña la cual se abrió.
—Bienvenido.
—Gracias darling(cariño)
La sujetaba con un brazo por sus caderas pegándola a mi para besarla con ternura. Ella se curvo levemente a mi tacto, me fascinaba, extasiaba, esa pequeña hadita me estaba volviendo adicto a ella. Detenía con lentitud el beso mirándola a los ojos.
—¿Estas pagando peaje para quedarte a dormir aquí de nuevo?
—Asi es, asi que acostúmbrate.
Al soltarla cargaba sus compras entrando a la cabaña, mientras caminaba a la cocina sentía que algo chocaba con mi pie. Baje la mirada notando a una bolita rosa con n***o hacer un leves sonido de “oink”
—Piggy dice hola.
—Danielle, tu y este cerdo me harán perder la cabeza —entraba a la cocina siendo seguido por el pequeño animal.
—¿Por qué? Es el animal más precioso que vas a ver en el mundo.
—Lo que digas darling(cariño)
Esa noche habia decidido que enseñar a Danielle uno de mis platos hawaianos preferidos. Estaba totalmente relajado cocinando, la escuchaba tararear algo que indirectamente me gustaba. En mi tiempo junto a Danielle he descubierto que su vida es la música, y aunque este tranquila anda tarareando o cantando de la nada. Sentía un cálido abrazo desde mi espalda.
—Huele rico.
—Son unas chuletas muy ricas, te van a gustar.
Tras terminar de cocinar ella arreglo la mesa como usualmente nos turnábamos. Mientras cenabamos ella me habia comentando que aunque no habia escrito una canción tenia muchos conceptos que quería explorar….lo cual significaría que andaría tocando con su guitarra día y noche. Le ayudaba a recoger la mesa, a la distancia mientras lavaba los platos la notaba distanciada. Me coloque a su lado trayendo un vaso para ser lavado.
—¿Todo bien? Pareces muy pensativa.
—Tyler ¿puedo preguntarte algunas cosas? Prométeme que serás totalmente sincero conmigo.
—Claro, pregúntame lo que quieras.
—¿Tu tienes a alguien afuera esperándote? —sujetaba la esponja con firmeza en contra del plato.
Ella que siempre tenia un temple alegre sonaba perdida en sus pensamientos. Tome uno de los platos tomando una segunda esponja para empezar a lavarlo.
—Los únicos que me esperan afuera son mis dos hermanos, mis padres y mi sobrina —la miraba de reojo— no tengo mucho afuera, solo trabajo todo el tiempo y mi familia ¿Por qué preguntas?
—Maggie vino esta tarde.
«Dios, si no la cuelgo le voy a coser la boca»
—Cuéntame que te dijo.
—Me dijo muchas cosas, pero principalmente que alguien te esperaba, y que se acostaría contigo.
No pude evitar reír levemente moviendo mi cabeza a un lado.
—Esas dos insinuaciones las dijo para molestarte, sería más creíble si te dijera que después de que saliéramos de aquí yo me iba a casar con mi trabajo.
—¿Eras del tipo de trabajar mucho?
—Asi es, pero contigo no quiero hacer eso….además creo que si lo hago contigo, irías a ponerme un concierto afuera de donde trabajo —reía levemente al imaginarlo— cantando a todo pulmón porque debo ir a comer un helado contigo en vez de llenar mis plantillas de impuestos.
—En eso tienes razón —aseguro con su cabeza— incluso podría traer a otros cantantes invitados.
Mirandola por el rabillo de mis ojos notaba como sus hombros se relajaban, le daba un muy suave beso en su mejilla volviendo a lavar junto a ella.
—Bueno campanita, a limpiar que quiero dormir.
—Shrek a veces siento que de verdad eres un anciano, para las diez de la noche ya quieres irte a dormir.
—Serás….
Esa noche después de ducharme me acurrucaba de Danielle en la cama. Con ella me sentía increíble, dormía tan profundamente que me estaba volviendo dependiente de su presencia. Desde el accidente de mi hija muchas veces me levantaba agitado mirando momentáneamente mis manos llenas de sangre, pero con ella, se apaciguaban esos recuerdos y solo quedaban tranquilidad, paz, la serenidad que tanto buscaba.
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Era medio día, habia regresado temprano de mi encargo con Cristian pues tanto el como yo teníamos experiencia en las tareas por ende algo de cinco horas la pudimos terminar en dos. Mi plan era ir a la cafetería pues a Mimi y a Danielle le toco limpiar esa área. Mientras caminaba sentía que algo me jalaba, agache la mirada notando a Maggie con cara de pocos amigos.
—¿Qué?
—Tu eres un hombre.
—Eso imagino, en mi certificado de nacimiento dice eso —respondí sarcásticamente.
—Muy gracioso, necesito que me ayudes pues el gracioso del loquero no me asigno a nadie asi que necesito ayuda porque aquí no conozco a nadie más.
—¿No te asigno a nadie? —algo desorientado la observe por unos segundos— eso es extraño, bueno, te ayudo ¿Qué necesitas?
—Me ayudaras a mover mis muebles, pesan demasiado para mí.
—Vamos.
Me pase alrededor de una hora y media moviendo todos los muebles de Maggie, ese día hacía mucho calor asi que al mover todo estaba algo sudado.
—Ahí no —dio un aplauso— mejor pon el sillón para el otro lado—volvió a aplaudir varias veces— la quiero con vista al mar.
—Maggie, eres demasiado indecisa, ya habia puesto este mueble de ese lado.
—Claro que no Tyler —frunció levemente enseño haciendo que sus cejas se juntaran— tu lo pusiste tipo esquina pero ahora no la quiero asi, ponlo todo derecho.
Con mi brazo secaba mi sudorosa frente.
—Maggie te lo juro, si sigues obligándome a mover todo esto, lo harás sola.
—Tyler no seas aburrido, lo hago porque no puedo contratar a nadie para hacerlo para mi, y aquí me huyen como la lepra—volvía a aplaudir varias veces —¡Ah! Que molestia—suspiro un poco fuerte.
Movía el sillón—si no tuvieras una cara de diarrea tal vez se acercarán a ti.
—Cómo no quieres que tenga cara de diarrea si estoy expuesta a tantas personas tan sensible, me agobia demasiado.
Dejaba el sillón como ella me pedía sentándome en el por unos momentos— Maggie eres demasiado fría, pones un mural y por eso los hombres te huyen.
—No necesito un hombre, existen los vibradores y los hombres que le pagas para una cogida y listo —volvía a aplaudir— siento que los apegos emocionales son innecesarios —volvía a aplaudir y tras esto me apuntaba— eso nos vuelve débiles, te quita lo guerrero que eres.
—Maggie porque diablos aplaudes tanto.
—Estoy intentando matar una puta mosca desde hace rato —la señalaba— vivir al intemperie no es lo mío —suspiro levemente— ¿Me compras un mata mosca cuando vayas al pueblo?
—No —la miraba fijamente— mejor te llevo y tus compras tus cosas, con todo lo que te compre te enojaste conmigo.
—Como no quieres que me enoje ¡Ah! —aulló con fuerza— te dije sin gluten ¡Sin gluten! Y lo trajiste todo con gluten, olvidaste mi leche de almendra y me trajiste puras cosas para preparar.
Lanzaba un leve suspiro exasperado— para mi todo es igual.
—No lo es —se paraba palmeando tan fuerte la pared que sonrió de manera macabra— ¡Si! por fin te tengo maldito insecto —se iba a la cocina a lavarse las manos después de matar la mosca.
—Bueno ¿ya terminé?
—Si —se secaba las manos— gracias por ayudarme Tyler.
Salía de la cabaña de Maggie para dirigirme hacia la cafetería que quedaba cerca de allí. Mientras bajaba la escalera noto a la distancia a Danielle reírse de algo que parecia que Mimi le conto, ella pareció sentir mi presencia pues me miro fijamente haciendo que nuestras miradas se encontraran. Caminaba a ella atraído dándome cuenta que su mirada se oscureció de un azul topacio a un azul marino.
—Ya llegué —le dedique mi mas tierna sonrisa a Danielle— darling(cariño) te he extrañado.
—Yo igual —susurro levemente.
—Demonios Tyler, donde estuviste —Mimi lanzo un leve gesto de sorpresa— estas sudando como puerco.
—Estaba ayudando a alguien con algo.
—¿En que te pidió ayuda? Porque parece que hiciste cardio.
—¿En serio? ¿Tan sudado estoy? —Miraba mi camisa notándola algo húmeda— Es por el calor.
—Si…—sonrió Danielle levemente mirando el suelo— si…si…por eso es….es por el calor y por eso estas sudado.
—Bueno ¿Tienen hambre? Cristian y yo trajimos demasiado leña para la noche de hoy y eso me dejo cansando.
—Claro, ven lávate la mano que Beatrice cocino hoy, esta sumamente rico.
Mientras me sentaba en la mesa comiendo totalmente relajado con Danielle y Mimi veo entrar a Maggie al rato con su cabello totalmente alborotado y….mi camisa, sabía que era mía pues ese estilo a cuadro solo yo lo usaba. Me quede desorientado pues no recordaba habérsela prestado.
—¡Que hambre! —Maggie gritaba yendo al comedor— me comería un buey si me lo pusieran —busco un plato.
Noto a Maggie mirar hacia mi mesa lanzándome un leve guiño sonriéndome, yo solo la salude por mera cortesía.
—Danielle ¿Entonces quieres que te lleve a la otra parte de la cascada mañana con Mimi?
Escuchaba una silla arrastrarse con fuerza con Danielle parándose.
—Tyler….. ¿A quién estabas ayudando hoy?
—Estaba ayudando a Maggie.
—Ahora explícame ¿Por qué tiene ella tu camisa? ¿Por qué tiene el cabello alborotado? —sus ojos llorosos me observaban— ¿Por qué estas sudado? ¿Por qué ambos se ven tan felices?
Hablaba demasiado rápido, pero lo poco que mi cerebro captaba me decía que debía parar lo que ella estaba pensando.
—Espera, espera, Danielle no es lo que piensas.
—¿No lo es? ¡Entonces explícame! —chillo de una manera colérica.
—Te juro que estaba ayudándola a mover sus muebles —me levantaba intentando tocarla pero ella lo evito— ¡te digo la verdad!
—¿Ah si? Y con su cabello también ¡Le ayudaste con eso tambien!
—Danielle, no comiences a hacer ideas locas en tu cabeza —mi voz angustiada se acrecentaba— no se que le paso a su cabello.
—¡Me quieres ver la cara de tonta! ¡Porque tiene tu camisa!
—No lo sé, en serio ¡No lo se! —bramaba enojándome al imaginar que ella insinuaba que yo estuve con Maggie.
—Tyler ¡Como que no sabes! ¡Mientras no me des una explicación clara no quiero verte!
La notaba irse, pero lo evite sujetándola con fuerza por el brazo. Casi arrastrada la llevaba al frente de Maggie la cual con rostro de desagrado miraba toda la comida en el bufé. Elevo su mirada, y al notarme exasperado solo alzo una ceja, pero al ver lo que sujetaba solo sonrió de manera enigmática.
—¿Qué?
—Maggie, dile que estuvimos haciendo.
—Oh, el me estaba ayudando a ……mover mis muebles —mordisqueo levemente sus labios volviendo a sonreír mientras miraba a Danielle—el es muy bueno…..moviendo los muebles —miraba fijamente a Danielle— deberías pedirle que te ayude de vez en cuando.
El rostro de Danielle se desencajaba, me miró fijamente como si quisiera crucificarme.
—¿Ves? Solo le estaba ayudando Danielle ¡Créeme!
—Por cierto Tyler, esta camisa da algo de calor ¿Me prestas otra más después?
Mire a Maggie por unos segundos con mi cerebro totalmente desordenado ¿Le habría prestado esa camisa y lo olvide? Estaba pensando por un buen rato intentando obligar a mi cerebro a analizar cuando sentí un jaloneo por parte de Danielle.
—¡Suéltame! ¡No quiero verte! —con rabia comenzó a caminar la salida.
Su grito atrajeron las miradas de Beatrice y la señora Mahina que estaban en la cocina. Afuera se asomaron Theodoro y Ronaldo que al parecer estaban cerca.
—Danielle, habla conmigo.
Se giro con rapidez mirándome—Tyler ¿Por qué ella tiene tu camisa?
—Ya te dije que no lo se.
Intentaba abrazarla, pero era recibido con una cachetada tan sonora que hizo eco por toda la cafetería. Mi rostro se giro levemente, el ardor en mi piel escocia. Volteaba mi rostro hacia una temblorosa Danielle con ojos de un corderito a punto de ser degollado.
—E….er…..eres…. ¡Eres un puto mentiroso! ¡No te quiero cerca!
Esta corría tan rápido hacia la salida que mi cerebro tardo en reaccionar. Cuando por fin decidí moverme chocaba con alguien en la salida, era Kai el cual me observo el rostro tan sacudido y confundido como el. Con sus ojos marrones inspecciono todo el lugar como si fuese una escena del crimen posando sus ojos en Maggie la cual solo sonrió levemente saludándolo con su mano derecha moviendo sus dedos como si controlara algo.
—¿Qué paso aquí? —finalmente dijo.