Dejaba los acordes de mi guitarra ser controlado por mis emociones. Desde que sali de la cafetería me fui a mi cabaña a tomar mi guitarra. Piggy corrió detrás de mi asi que al final también lo traje conmigo ¿Dónde estaba? No lo sé, solo se que corrí tanto por el bosque que termine en una parte despejada con flores hibiscus coloridas características de la isla, o eso entendí cuando Tyler me llevo al museo.
—Que te salgan pelo en las nalgas
se te llenen de espinillas
que te quedes sin agua
Ojala que nadie te quiera
se te caiga v***a
te quedes calva
—Creo que eso no ritma, se supone que debes decir calvo ya que es para un hombre.
Alzaba levemente la mirada notando a Cristian acercarse a mi, este solo me miro con detenimiento por unos segundos mientras recolectaba unas flores del suelo.
—¿Por qué estas tan alejada de las cabañas? Te podrías perder.
—Estoy perdida —reía levemente— corrí tanto que ni siquiera se dónde me metí ¿Qué haces tu aquí?
—Recolecto flores para que Victoria haga una manualidad ¿Qué paso? Te noto decaída, y por tu canción imagino que tu novio hizo algo—se sentaba a mi lado.
—Tyler —seguía acariciando las cuerdas de mi guitarra mientras Piggy estaba recostado a mi lado— ¿Tu crees que a Maggie le guste Tyler? O sea, el dice que no pero ¿Es probable que ellos se acuesten sin sentir nada?
Notaba al pelinegro observarme unos segundos mientras alzaba una ceja levemente como si estuviera pensando.
—Asi que ya lo hizo—susurro.
—¿Hizo? —pregunte confundida.
—Mmm….no quería decirte esto porque te veías feliz —arrancaba una flor para meterla en la bolsa que traía— pero habia visto a Tyler y Maggie un poco —miro a la distancia unos segundos— apegados. Cuando pelearon antes de irse, el paso varios días en la cabaña de Maggie, incluso escuche sonidos raros pero decidí ignorarlo porque ambos son adultos, y bueno, ya sabes, la soledad aquí es impresionante más si quieres desfogarte con alguien.
Mire levemente mi guitarra dejando de tocarla, sentía como si mi corazon fue pateado. Sabía que Tyler y yo estábamos intentando ir despacio, sabía que el y yo queríamos hacerlo pero para cuidarnos decidimos ir a nuestros tiempos ¿Y si el solo lo hizo con Maggie para descargar las ganas que tenía? Deje escapar un muy sonado suspiro mirando a la lejanía.
—¿Quieres mi consejo? —su voz sonaba suavizada— dense un tiempo, tal vez eso le ayudara —sonrio ligeramente— no te has dado tiempo para explorar lo que quieres ¿O si?
«Lo quiero a el»
Con mis ojos algo llorosos mire al cielo en busca de respuesta.
—Un tiempo— susurre levemente— ya lo vere….tal vez debería hablar con el —suspiraba levemente— solo….solo necesito tener la cabeza fría….
Su garganta produjo un leve sonido—De acuerdo —sus ojos penetrantes se fijaban en la pequeña bola rosa con negr0 a mi lado—Por cierto ¿este es tu animalito? Se ve muy bonito.
Cuando Cristian intento acariciarlo mi pequeño puerquito abrió los ojos dirigiéndose hacia el con rapidez con objetivo de morderlo.
—Oink Oink.
—¡Piggy! Lo siento Cristian, el es muy lindo, no sé qué le paso, seguro tiene hambre —lo cargaba— No se hace, Piggy no puedes morder a nadie ¿entiendes?
Ponía a mi cerdito en mi rostro mientras lo reprendía notando como el pequeño animalito gruñía levemente pareciendo que estuviera protestando.
—Tranquila no paso a grandes ¿Te quedaras aquí? O ya quieres irte.
Miraba a la distancia al sol, el anaranjado del cielo me decía que habían pasado ya varias horas.
—Claro ¿te parece si me voy contigo? Es que no se cómo volver.
—Claro, ven te llevo la guitarra para que puedas cargar a Piggy.
Cristian me ayudo a levantarme, mientras el llevaba mi guitarra, yo llevaba a Piggy donde terminamos hablando. Aunque no quisiera admitirlo en esta ocasión lo sentía más relajado, menos afanado por que le cayera bien.
Hablamos un rato sobre nuestros hobby y al parecer el y yo teníamos en común que nos gustaba acampar asi que quedamos en que tal vez algún día lo hiciéramos juntos. Llegábamos antes del anochecer mientras nos dirigíamos a mi cabaña notaba a Tyler sentando en el suelo de mi puerta como si hubiera estado esperándome. Al verme llegar se paro enseguida, pero su mirada se oscureció al verme junto a Cristian.
—¿Dónde estabas?
—Por ahí —corte de una subiendo las escaleras de mi cabaña junto a Cristian que sostenía mi guitarra.
—¿Con el? —su tono lleno de ira se acrecentaba— ¿En serio Danielle? ¡Con el! ¡Pasa un malentendido y te vas con el chico raro!
—Es solo un amigo —suspire levemente— Además deberías irte con Maggie, ella seguramente quiere que le muevas más muebles esta noche.
—Dios Danielle ¡No es lo que piensas! ¡Necesito que me escuches!
Intento sujetarme, pero su toque fue detenido por Cristian.
—Tyler, creo que deberías irte a despegarte un poco —su voz ronca retumbaba— no pareces estar en si y creo que lo mejor es que tomes algo de aire.
—Serás…..—lo sujetaba por la camisa— ¿Qué hacías con ella? Te quiero lejos de ella.
—¡Ya paren! —le quitaba mi guitarra a Cristian— Cristian gracias por guiarme de vuelta, pero ya puedes irte —abría la puerta y tras mirar unos segundos a Tyler cerré mi puerta.
Durante el resto del día me la pasé componiendo, por primera vez desde que estaba en ese retiro pude dejar mi creatividad fluir. Habia dejado plasmada en dos canciones toda la tristeza, dolor, frustración, miedo, y perdida que estaba haciéndome sentir Tyler en esos momentos. Al ver el reloj me duche y me prepare pues esa noche habría noche de liberación como todos los meses.
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—Ahí Dios, mariposita si sigues con esa cara te llevare a ti y a Mimi a dar un paseo.
Ronaldo me abrazaba de una manera sumamente cariñosa mientras Mimi cenaba de lo que servía hoy. Había buscado a Tyler con la mirada, pero el no estaba por ningún lado. Abrazaba mi mano inconscientemente observando mi pulsera de caracoles como si eso hiciera transportar a Tyler a ese lugar, como un genio de la lampara. El me debilitaba, le quería creer, le quería dar todo, pero en verdad ¿el me cuidaría?
—Ronaldo, es que como no va a estar triste, Theodoro me dijo que paso por casualidad por la cabaña de Maggie y escucho unos jadeos ¡Ni siquiera tienen un mes! Muy mal por el panda —me apuntaba con un pan — ¡Por eso debías acostarte con el estríper!
—¡Sh! Mimi estas arruinando todo, mira, ya la deprimiste más.
—No lo estoy —susurre— si el quiere estar con Maggie, bien por el….no me importa….
Intentaba negociar conmigo misma sumida en mi tristeza donde solo estaba yo. Beatrice se sentó en nuestra mesa mirando de manera de represalia a Mimi y a Ronaldo.
—Dejen de envenenarle la mente a Danielle.
—Pero Beatrice tú escuchaste
Su mirada fría como el glacial congeló a Mimi— Danielle, conozco muy bien a Tyler, habla con el, debe haber una explicación, sobre todo.
Sentía que indirectamente Beatrice era mi Pepe grillo dándole razón a mi mar de confusión.
—Hablare con el —susurre—si, tal vez confundí las cosas…si—tartamudeaba intentando darme sentido— ¿Dónde está el?
—Debe estar en su cabaña, ve, así tendrán más privacidad —Beatrice acariciaba mi mano por debajo de la mesa donde estaba mi brazalete.
Su aplacible mirada me daba la fuerza que mi corazon deseaba, quería escucharlo, mi tonto corazon quería darle el mérito de la duda pero ¿Cómo podría confiar cuando las señales estaban ahí? Cerraba mis ojos buscando ayuda del cielo, mande a callar mi cerebro que era el que me decía que lo crucificara.
—Debo irme —susurre levemente— regreso en un rato.
—¡Oh! Van a tener sexo de reconciliación —bromeaba Mimi.
—Usen condón.
Ignorando el comentario de mis dos amigos, me levante de la mesa corriendo hacia donde pertenecía mi corazon. Mi corazon me decía que estaba en lo correcto mientras mi cerebro se encargaba de intentar derribar mi sentimiento. Mientras me acercaba escuchaba algo romperse a la lejanía junto a unos alarido llenos de insultos en irlandés, supe enseguida que era del. Me dirigía a la puerta de su vivienda cuando esta se abrió de repente, saliendo alguien que al verla se me helo el corazon…. era ella. Su mirada parece furiosa, llena de ira pero al verme solo sonrió levemente.
—Esto será muy interesante.
Sus pasos orgullosos fluían listos para pasarme por el lado pero no pude más, lo deje salir.
—Si se dieron o no un revolcón, espero que salga de la boca de Tyler no tuya.
—Te mentira asi como hacen todos niña inocente.
—Entonces….que me mienta —intentaba no llorar— y si al final fue asi me dolerá, romperé todo a mi alrededor, lo mandare al….al….al diablo —sonreía con algo de tristeza— pero mientras el y yo estemos juntos….aléjate del….no te quiero cerca del….no quiero que le hables….no quiero que lo mires….no quiero nada que
—Ya, ya, hablas muy rápido —tajaba suspirando— ustedes son tal para cual.
—¿Qué?
—No, nada —caminaba bajando por las escaleras.
De reojo la notaba irse y tras asegurarme que se habia alejado decidí girar la manilla para entrar. Al entrar vi a la distancia como Tyler sujetaba con fuerza el fregadero como si pensara profundamente, su cabeza estaba baja hablando en otro idioma solo para el. Mordía levemente mis labios pues se le notaba tristeza mas que nada. Siendo atraída como la mosca a la telaraña, me acercaba a el caminando hacia el como si fuese la luz antes de ir al paraiso.
Mientras caminaba mis zapatos pisaron algo que se sintió como un ligero bulto en el suelo. Al levantar mi zapato notaba….una tanga……inhale con tanta fuerza como si quisiera congelar mi corazon con el aire.
—Tyler….
Mi voz insegura temblaba, mi cerebro me quería obligar a irme, a dejarlo todo tirado, no luchar una pelea perdida, pero todo se derrumbó cuando el se dio la vuelta. Su rostro quebrantando dejo entre ver lo que sentía, unos ojos llenos de amargura, enojo, ira y aflicion.
—Danielle…. ¿Qué haces aquí? No me digas que quieres acabar con lo nuestro…..por favor no me digas eso…
—Escúchame, solo escúchame por favor.
Cancion: Die with a smile por: Bruno Mars & Lady gaga
El miedo invadía mi tono de voz. Me sentía derrotada sin siquiera pelear, mis ojos se desviaron hacia esa prenda femenina como si mi cerebro intentara buscar razones para irse.
—Me da pánico….tengo miedo que me dejes por Maggie —mordía levemente mis labios— Siento que seré otra vez desechada a la mínima….ella es mas refinada….. ¿En serio no estarías con ella? Yo tengo pánico que me seas infiel…
—Danielle, no, no lo pienses —se escuchaban unos agiles paso notándolo acercarse a mi— no paso y no pasara nada entre nosotros, te lo juro por la vida de mi hija fallecida —sus manos firmes sujetaban mis brazos— no te seria infiel, créeme, te lo juro, no importa que pase, no podría serte infiel porque yo lo sufri en carne propia, necesito que confíes en mi.
—Quiero confiar Tyler….pero tengo miedo….de enamorarme y cuando no tenga mas que darte solo me tires a un lado.
—No temas porque no lo hare, confía en mí, entrégate completamente a mí y te juro que no te arrepentirás….solo prométeme que creerás en mí.
Me solto ligeramente convirtiendo ese agarre en un abrazo. Su calidez me envolvía en aquello que adoraba. Mis inseguridades me liquidaban pero en el momento de mas miedo me las arranco con un muy pasional beso, con su mano derecha sujeto con delicadeza mi rostro mientras su brazo izquierdo me pegaba mas a el. Mis manos recorrían lentamente sus pectorales. Mi lengua se dejaba envolver por el sabor de su deseo, en su temor, en sus inseguridades. Compartamos lo mismo, estábamos tan destrozado que lo más mínimo para otros nos podia hacer temblar y desmoronarnos en solo segundos.
—Danielle —su voz susurrante era atrayente al detener el suave beso— Yo no tuve nada con Maggie, te amo lo suficiente para no hacer una pendejada de niños…yo te pido
Sin dejarlo terminar la frase volvía a besarlo, necesitaba sentirlo mío, solo mío y de nadie más. Quería reclamarlo y si alguna vez terminaba rota seria por mi decisión. Mi beso llevo el ritmo, lento, preciso el cual poco a poco se transforma en un juguetón buscando por mas. Sus dientes se clavaron en mi cuello dejándome escapar una exhalación, mis uñas se clavaban en su hombre cuando su frote de su miebr0 me hacia temblar.
Me cargo con tanta facilidad que me hacia sentir como una pequeña pluma arrastrándome a su habitación volviendo a besarme, mis dedos se perdían en su rojizo cabello, mis piernas se enredaban en el como si fuesen una anaconda. Sus labios juguetones bajaban hacia mis pechos, dándole el cariño que mas deseaba, mis piernas temblaron hacia su toque sintiendo un palpitar en mi vagin@ que pedía mas, quería todo lo que era y lo que seria. Su lengua reclamaba mis pechos los cuales reaccionaron a su rose, endureciéndolo como piedras llevándome a donde mas adoraba estar.
—Danielle —una enronquecida voz retumbaba— se que te dije que te esperaría….pero en serio necesito estar dentro de ti —su miembr0 palpito en mi trasero— si me rechazas me detendré, pero quiero sentirte en mi…asi como tu estas insegura yo también lo estoy…intento calmarme ….pero cuando te veo con Cristian…me estreso…me molesta…me
Callaba sus temores con un delicado beso, cuando lo sentía relajado solamente le susurraba suavemente.
—Déjame llevarme tus inseguridades, tu te llevaras mis miedos, prométeme que lucharemos para que esto funcione.
—Lo hare, campanita, lo hare.
Con delicadeza me recostaba en la cama donde nos besamos con ternura. Nuestras ropas pesaban haciendo que liberarlas fuera necesario. Ambos estábamos dejando a nuestros corazones latir, decidir, y con la luz de la luna que entraba por su ventana como testigo nos dejamos fluir. Sus lamidas por mis montañas hacían mi cuerpo estremecer.
—Tyler….—gimoteaba su nombre.
—Tenia razón —sus manos sujetaban con firmeza mis piernas— tu voz excitada se escucha tan deliciosa.
Su travieza lengua culzaba un camino que hizo como suyo desde mi estomago hasta mis muslos. Mis piernas temblaron a su tacto, su toque, me derretía en su lengua. Me arqueaba levemente notando como con firmeza sujetaba mis piernas para abrir el camino del placer de mi cuerpo.
—Tyler —jadeaba suavemente su nombre— ¿Qué haras?
—Lo que he querido hacer hace tanto tiempo.
Su lengua devoraba mi ser, me enloquecia y mi interior solo colaboraba en lubricación. Su lengua reclamaba desde mi clitori hasta mi interior en varias lengüetadas como si fuese el postre mas delicioso del planeta, me arqueaba ante el. Su dedos reclamaban aquel botón que encendio mi cuerpo al limited mientras su lengua se encargaba de entrar y salir demandando mi cuerpo como suyo. Mis lloriqueos de placer invadían la habitación, mis pies se curvaban junto a mi espalda, mis pezones normalmente rosados se oscurecieron como dos piedras ardientes pidiendo mas. El me poseía con su boca y sus mágicas manos, me enloquecía, me hacia sentir sensaciones que nunca habia sentido a tal que termine explotando en sus manos. Abría los ojos viendo brillos de colores, exhalaba con tanta rapidez pues me habia perdido por unos segundos.
—Joder, te ves demasiado sexy asi —lamia el dedo con el que me hizo explotar con lentitud como si fuese el recipiente de su mas delicioso sabor— ¿Puedo entrar?
Sonreia levemente atrayéndolo a mi para besarlo. Mi pierna protestaba pues solo quería sentirlo a el, ser reclamada a su totalidad algo que el pareció entender. Sus manos guiaron las mias hasta mi cabeza, mis piernas se abrieron como una flor lista para él, y tras colocarse en posicion solo entro en una estocada. Intente chillar pues era demasiado grande algo que fue callado por su beso. Nuestros dedos entrelazados se sujetaban sintiendo como se movía dentro de mi, abriéndome para el, deleitándome con lo que quería entregarme. Mi vagin@ pulsaba queriendo mas, queriéndolo a el, algo que el entendio sin siquiera decirle pues comenzó a penetrarme con fuerza.
Estocadas firmes, agilez sostenidas lo suficiente para hacerme enloquecer. Sus manos bajaron para sujetarme las caderas para posicionarme mejor y poder entrar mas en mi.
—¡Tyler! ¡Ah! ¡Tyler!
Era respondida con un muy fuerte gruñido explotándome de maneras increíbles. Arañaba las sábanas, mi cuerpo se curvaba para dejarle más entrada abriéndose aun mas para el, una invitación para que pudiera ir a donde el quisiera. Como si la experiencia hablara me encontró de una manera sorprendente, su pene llegaba a mi punto G y hacia lo que quería con el. Gritaba tan fuerte su nombre que temía quedarme sin voz, pero eso lo excitaba aun más. Lo dominaba, controlaba, lo hacía totalmente suyo mientras mi cuerpo solo reaccionaba en una creciente ola de excitación. Un volcán que crecía listo para ser liberado, transportada en una montaña rusa donde estaba en el punto máximo, y cuando no podia mas era lanzada a ese placer tan requerido y necesitado. Una cascada entre mis piernas corría de maneras impresionante. Jadeaba escuchándolo hablar en otro idioma mientras con fuerte estocadas por fin se dejó llevar dentro de mi. Su calidez, se sentía como si hubiera sido echada a fuego ardiente que no quemaba, si no que dejaba mi cuerpo mas listo para él. Respiraba algo agitada notando a un sonriente Tyler mirarme a los ojos.
—¿Lista parra el round dos? Porque esta noche te hare todo lo que he querido.