19. ♪ No la conoces ♪

3222 Words
Tyler ?????? —¿Maggie? Que haces aquí—susurre levemente al reconocerla —Oh —la note acariciarse su cabello corto donde antes habia una larga melena— Muchas cosas han pasado desde que te fuiste, enviude hace un años mas o menos —su mirada se perdía por unos segundos, tras unos segundos volvía como si sus recuerdos la torturaran— todo hubiera sido difícil si no hubiera sido por tu familia. —Tyler, veo que se conocen —interrumpía levemente la señora Mahina— lleva su maleta. —Claro, seria un placer —tomaba la enorme maleta de Maggie cargandola— ¿Traes a New York en tu maleta? —Pues claro —sonrió levemente—Ya me conoces, me gusta tener todo lo que muchas veces no puedo tener y al final a veces termino haciendo espacios innecesarios en mi maleta. Caminaba junto a ella— Maggie, dime la verdad ¿Qué tan rota estas para estar aquí? Aquí no es fácil entrar. Un muy resonado resoplido se escucho salir de sus labios vislumbrando el cielo por unos segundos— Si te confieso la verdad, yo fui rechazada tres veces —sonrió levemente— esta última vez tu hermano aplico por mi. —¿Mi hermano? —Si, digamos que no me encontró —sus ojos se cerraron levemente por unos momentos acariciando su cabellera dorada por unos segundos— en una muy buena situación. De reojo mire su muñeca izquierda con varias líneas que se formaron una cicatriz, eso solo podia significar cortes. Suspire levemente pues Maggie era una de las mujeres mas fuerte mentalmente que conocía, y ahí estaba ella sufriendo sus infiernos interiores. —Siento escuchar eso —replique con algo de tristeza— Paul era un buen hombre. —Si, es lo que mucho dicen —murmuro con suavidad como si quisiera que sus palabras se las llevara el viento— aunque creo que te extrañe más a ti porque siempre fuiste mi compañero de crimen. Maggie y yo éramos muy buenos amigos de la infancia ya que nuestros padres eran mejores amigos. Ella y yo tuvimos una relación en la secundaria pero terminamos en buenos términos porque nos fuimos a universidades diferente. Tanta era nuestra amistad que su familia de finanza trabajaba mano a mano con la compañía de mi familia que se especializada en arquitectura y ingeniería. Un simple trabajo de nosotros equivalía a como mínimo a unos trescientos mil dólares, nuestros diseños habían ganado más de siete años seguidos como los más creativos, por ende, la compañía de mi familia valía demasiado. Cuando había venido al retiro mi hermano tomo la rienda completa mientras me recuperaba, mi plan era quedarme unos meses, pero eso se volvió un año, dos, tres, y ahora casi iria al cuarto. —Entonces estaremos un buen rato hasta que te sientas mejor —subia su maleta por la escalera de la cabaña vacía donde ella se quedaría— Aquí todos son muy amables asi que te llevaras bien con todos. Maggie me hablaba, pero mi visión se posaba en una pequeña campanita que estaba vistiendo un vestido blanco floreado con su cabello atado con una liga de brillantina que tenía una mariposa azul en el moño. Sin entender porque comencé a caminar con suma rapidez hacia ella como si estuviera hipnotizado, acelerando el paso, me sentía atraído como si ella era el centro del universo y yo solo un misero planeta en su orbita. Al notar a Cristian intentar acercarse a ella y a Victoria que andaban haciendo un castillo de arena acelere aún más mis pasos. —Danielle, entonces ¿Necesitas ayuda con ese castillo? —No —la notaba concentrada en el castillo— tal vez para la próxima. —¿Segura? Soy muy bueno —se agachaba haciendo rodar su collar militar. —Cristian deja de insistir, ya te dijo que no —taje de una notándolo levantar la mirada. Nuestras miradas se mantuvieron una batalla campal por unos momentos. Yo usualmente no me metía en las conquistas de Cristian, ella no seria ni la ultima mujer de cabello n***o que parecía volverlo loco, pero ahora la diferencia era que Danielle era mía. Cristian tendía a revolotear alrededor de cualquier mujer con dicha característica, le sonreía, fingía ser amable, las enamoraba y las tiraba. La última chica hace un año atrás termino tan rota que termino necesitando medicinas psiquiátricas, estar completamente ayudada por Kai por tres meses y ser retirada del retiro por su salud mental. Al parecer, Cristian sentía placer en romper psicológicamente a las mujeres que tuvieran ese cabello en particular. —Danielle, hablamos al rato —su mirada y sonrisa de fingida amabilidad se dirigió a ella. Tras levantarse se fue. —Tyler, si sigues asi de ogro te van a salir más arrugas. —¿Arrugas? No tengo arrugas —dispare de una— Estoy muy joven todavía—replicaba como un pequeño. Ella sostuvo su mirada en mí, en su rostro se enmarco un gesto que simulaba una sonrisa. No comprendía por qué verla mi cuerpo se entumecía, me ponía en blanco, me sentía como su títere sin que ella supiera. Con su manera tan encantadora me tenía a sus pies. Me sentía hechizado, embrujado, encantado y todo eso era producto de campanita o mejor dicho sirena cantarina que me derretía el corazon siendo lo que más detestaba en el mundo. Un carraspeo me trajo de nuevo a la fa de la tierra notando a Maggie a mi lado analizándome detenidamente y luego a Danielle. —Oh, tu debes ser la nueva integrante —Danielle le dedico una cálida sonrisa— Hola, soy Danielle. —Un placer —Maggie se agacho escudriñándola con sus ojos del color de un glacial como si quisiera perforarla, se le notaba a lengua que quería saber todos sus secretos, yo lo sabía porque la conocía—Me llamo Maggie un placer —alzaba su mano hacia ella algo que era correspondido por Danielle—Adoro tu cutis, se ve tan precioso y limpio ¿Usas alguna crema antiarrugas? —¿Antiarrugas? —dejo escapar una leve carcajada— apenas tengo veinte dos, no creo que deba usar esas cremas por ahora. —¿Veinte dos? —alzaba levemente su ceja dejando de agitar su mano para levantarse abanicando sus pestañas con rapidez como si su cerebro recabara toda la información que buscaba en segundos. —Asi es. Se levantaba por fin soltandola—Bueno un placer —con sus manos se daba palmaditas en el pantalón como si hubiera tenido una pelusa imaginaria—Tyler ¿Me terminas de ayudar? Es que esa maleta no puedo cargarla sola. —Claro, Danielle regreso por ti en un rato. Regresaba a la cabaña donde se quedaría Maggie la cual estaba al lado contrario a la mía. Entre su maleta hasta la habitación, al salir la notaba inspeccionar la pequeña cabaña sentándose en el pequeño mueble observando a la playa algo perdida en su pensamiento. —Bueno, ya te dejé la maleta. —Gracias —respondió con amabilidad— Tyler ¿doce años? —¿Disculpa? —Le llevas doce años a esa chica, se nota a lengua que babeas por ella, pero ¿Crees que es debido? —¿Por qué no seria debido? —me tensaba sin entender porque, como si mi cuerpo sintiera una batalla cercana y entrara en modo de defensa. —A largo plazo buscaran intereses diferente por sus edades, muchos malentendidos —se levantaba del mueble dirigiendose a la cocina revisándo la alacena haciendo una leve mueca al verla vacía— ¿Es ella un pasatiempo? —No, no lo es. —Y cuando ella descubra que tienes dinero —se volteaba recostándose del fregadero de la cocina, sus ojos felinos me examinaban, su lengua afilada continuaba— ¿Tu crees que esa chica no estará detrás de ti por tu dinero? Se ve sencilla de pocos lujos porque lo poco que he visto aquí noto que la mayorías de la personas usan ropas normales —hizo unas comillas con sus dedos a la palabra normal— pero las prendas de estas personas a lo lejos gritan que valen un par de miles de dólares, excepto la de ella, escuche que a veces este sitio hace excepciones y dejan entrar personas que no tienen las elevadas cuota de inscripción para entrar aquí. —Maggie, no insinúes que ella haría eso conmigo, no iria por mi dinero, no la conoces además ella tiene su propio dinero por la música…creo….no lo se….ella es cantante asi que imagino que algo tendrá. —¿Cantante? —dejo escapar una risa algo irónica— Tyler ¿No aprendiste con Elizabeth? Yo creo que tu estas jugando un bingo para conseguir una chica que tus padres rechacen y esa chica se esta ganado todos los numero —hizo una leve pausa como si pensara que decir— Al menos ¿Viene de una buena familia? ¿Tiene una buena reputación? Sus preguntas eran disparadas hacia mi de una manera tan veloz que apenas comprendía y procesaba que estaba diciendo Maggie. Ella observaba y solo lanzaba veneno si era debido, desde que éramos jóvenes tanto ella como yo siempre velábamos por nuestro bien. De todos ella fue la única que estuvo en desacuerdo con la unión con mi Exesposa porque ella me decía que le olía raro. Yo tendía a escuchar a su juicio pero en esta ocasión quería ignorarla completamente porque hablaba de Danielle. Con un tono lleno frustración deje escapar un largo exhalo. —Maggie, agradezco tu preocupación, pero quien me guste no es tu problema —mi voz se tornaba totalmente lúgubre— Si a mis padres no le gusta ¿Y qué? Ellos fueron los que principalmente me empujaron para casarme y mira como salió todo, si me equivoco quiero ser porque asi lo decidí. Me vale tres quintales de mierda sin piensan negativamente de nosotros, a mi lo único que me interesa que ella me ame, me trate bien y no me sea infiel ¿Comprendes? Eso te incluye, Maggie te conozco desde que éramos pequeños, prácticamente nos conocemos desde nacimiento y espero que nuestra amistad no se heche a perder por algún comentario que digas en contra de Danielle. —¡Jo! Tranquilo león, no tienes que enojarte solo porque te mencione lo que dirían típicamente —su mirada seguía la mía— pero ¿Cuánto tiempo más te quedaras aquí jugando? Jonathan ha sido muy amable de manejar la empresa en solitario, pero se esta ahogando en trabajo, ya no puede. Además de que ….por asunto del contrato no puedo decirte pero tu tienes que salir de este retiro lo más rápido posible pues mientras tú jugabas a recuperarte —hacía comillas en recuperarse con sus dedos— tienes muchas mierdas personales que resolver afuera de esta burbuja de paraíso, así que te recomiendo que te vayas preparado mentalmente porque la mierda que te espera es mucha de la que debes apalear. Tienes suerte que aquí no pueden encontrarlos fácilmente o tu cabeza hubiera rodado. Así que quiero saber cuando saldrás de aquí. —Tranquila, pienso salir con Danielle cuando se acabe este semestre. —¿Con ella? —su pregunta parecía lista para lanzarme al fuego— ¿Cuánto tiempo la conoces? —Unos dos meses y un par de día. Notaba a la Maggie darse una palmada suavemente en su rostro— Tyler ¿Te estas escuchando? ¿Te golpearon la cabeza? Se que tiendes a enloquecer cuando te enamoras, pero con tan poco tiempo quieres arriesgar todo ¿Acaso la embarazaste? —No ¿Qué? No la embarace ¡Maggie! —replicaba frustrado— cuando amas a alguien no importa el tiempo —Ahí por Dios Tyler no me vengas con esas tonterías de telenovelas y cuento de hadas—me interrumpía ligeramente exasperada— ¿Tu conoces verdaderamente a esa chica? Como sabes tu que ella te es sincera ¿Por qué la amas? Tyler, abre los ojos tu tienes treinta y cuatro años y no puedes ir por el mundo brincando en un pie como un adolescente —su voz se agriaba— eres un hombre hecho y derecho, actúa como tal—aseveraba como si fuese un regaño de una madre fastidiada por el berrinche de su hijo. —Maggie, sabes que, no quiero insultarte por los años de amistad que tenemos —comenzaba a caminar hacia la puerta lleno de ira— si vas a hablar pestes de Danielle, mejor no hables conmigo más. Cerraba la puerta de esa cabaña tan fuerte que temia romperla al salir. Cerraba los ojos respirando algo exaltado ¿Conocía verdaderamente a Danielle? No, pero no me importaba, quería ir a abrazar a Danielle, olerla unos momentos, pero sabía que en el estado en el que estaba la iba a preocupar asi que por eso decidí caminar en solitario un buen rato por el bosque. A la tarde me dirigía a mi cabaña donde tomaba una ducha. Al salir escuchaba mi puerta asi que tras ponerme un pantalón secándome el cabello aun abría la puerta. Una pequeña chica con la cabeza baja levanto su rostro, unos reflejos dorados se movían junto a su cabeza. —¿Qué haces aquí? —Tengo hambre y tu que se suponía me ibas a ayudar a ir al supermercado te desapareciste pues el señor Harry…o no se al parecer no vendría hoy porque visitaría a su familia —entraba a mi cabaña pasándome por un lado— aliméntame que sabes que me pongo de muy mal humor cuando no como. —Hola Tyler ¿Como estas? ¿Me dejas pasar? ¿Puedes ir a cambiarte? —hablaba mientras cerraba la puerta tras de mí. —Oh por favor Tyler, lo único que no te he visto es el ano….y creo que lo tuve que ver una vez que te emborrachaste como loco en la universidad ¿Recuerdas? —se sentaba en mi mueble. Empezaba a reír tras el recuerdo pues Maggie habia vuelto de vacaciones y me encontró tirado en frente de mi casa sin poder entrar. Ella me ayudo a entrar, bañarme, y tomarme unas fotos no muy lindas de recuerdos. —Maggie a veces siento que te gusta molestarme. —Si, ahora cocíname. Cuando iba a contestar la puerta de mi cabaña volvió a sonar pues alguien tocaba, abría la puerta notando a Danielle vestida con un vestido a cuadro con un lazo a juego con su pelo algo recogido. Ella me esquivaba los ojos algo nerviosa como una pequeña chiquilla yendo a su primera cita, demasiado tierna. Sonreía de una manera increíble mientras sostenía un plato con un pastel. —Hola —sonreía— Beatrice me dijo que este era tu postre preferido asi que pase la tarde entera practicando este postre para ti —sus mejillas sonrojadas parecían dos tomates— quería que lo probaras para que me dieras tu opinión. —Claro, entra y siéntate, deja me pongo una camisa. La dejaba entrar yendo a mi habitación para ponerme una camisa pues Maggie no me dio tiempo para hacerlo. Al salir de nuevo a la sala noto que Danielle aun estaba parada cerca de la puerta sosteniendo el plato. Su mirada turquesa estaba fija en Maggie que estaba en el sofá comiéndose una manzana que se habia robado de mi frutera. Danielle parecía haber sido petrificada por medusa, se divisaba totalmente confundida. —Danielle, ve siéntate ya conoces la cabaña. —¿Por qué esta la nueva inquilina aquí? —su mirada me penetraba. —Maggie es una amiga de la infancia. —Oh, ya veo —me entregaba el pastel— ¿Podemos comerlo? Quiero probarlo contigo —sonrió levemente con timidez. —Claro dame unos segundos. Me dirigía a la cocina partiendo el pastel, buscaba dos platos escuchando a la distancia una puerta cerrarse, pero no le preste mucha atención. Puse los pedazos en el plato junto a una cuchara sonriendo levemente, este postre era el que mi madre me hacía en mi infancia por eso me emocionaba poder probarlo con ella. Al salir notaba a Maggie terminándose su manzana. —¿Y Danielle? —Creo que dijo que tenía que irse—Maggie se levantó quitándome uno de los platos tomando la cuchara. Corto levemente un pedazo pequeño de pastel comiéndolo enseguida. —Maggie ¿le dijiste algo? —No le dije nada, lo juro —lamia la cuchara— Mmm le doy el punto de que cocina bueno. Dejaba mi pedazo en la mesa dirigiéndome a la cabaña de Danielle pues sentía que algo paso. Toque con fuerza, pero nadie abrió, revise notando que no habia movimiento de ella ¿A dónde iria en el medio de la noche? Inhale sintiéndome ligeramente malhumorado intentando llevar ideas limpias a mi cabeza para no reventar en insulto a Maggie algo que parecía imposible.Me dirigía a mi cabaña mirando a Maggie terminado el pedazo de su pastel. —Maggie te lo volveré a repetir de nuevo ¿Qué le dijiste? —Te juro que no le dije nada, ella solo me hizo una pregunta. Me acerque a ella, nuestros rostros estaban tan cerca que podría poner nerviosa a cualquier persona excepto que a ella eso no le afectaba. Mi respiración chocaba en sus labios pues me agache para quedar fijamente en ella —¿Que te pregunto ella? —pregunte con un tono totalmente lento para intentar aplacar el sulfuro que estaba acrecentándose dentro de mi. —Ella me pregunto si nosotros estuvimos juntos, solo asentir y ella salió —su mirada azulada me miraba fijamente— tu sabes que soy una alacrán, pero nunca miento. —Maggie ¡Qué Diablos te pasa! —Tyler, no estoy mintiendo además es mejor que se entere desde el principio. Acariciaba mi cabello cabreado—Maggie ¿Estas loca? Porque le dijiste eso. —¿Por qué te alteras? Fue solo un noviazgo de jóvenes, tu y yo somos adultos asi que eso no debería preocuparte. —Tu no lo entiendes, Danielle y yo no hemos empezado con un buen pie….y hace poco ya sentía que por fin podríamos empezar con el pie derecho. —Tyler ¿has escuchado el dicho el que se acuesta con niños amanece cagado? —me señaló con la cuchara— Aunque tu digas que la amas y todo, ella es aun una niña a mis ojos, no tiene la madures que tenemos tu y yo, seguramente es una niña mimada a la que le dan todo. —Maggie, no comiences por ahí. —Tyler, es una pubertad, seguramente vivió su vida con florecitas feliz como una lombriz. —No la conoces Maggie. —Tyler es que —Ya cállate maldita sea —la jaloneaba por el brazo sacándola de mi cabaña— Maggie, por nuestra amistad te pido que mientras estemos en este retiro no me dirigas la palabra —cerraba la puerta en su rostro. Con ira golpeaba la puerta que acababa de cerrar. «Tendré que hablar con Danielle mañana, dejare que se calme» «Maggie usualmente es buena persona, pero es muy venenosa… solo debo explicarle» «Debo mantenerla alejada de Danielle o solo empeorara lo poco que he logrado con ella»
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