22.♪ Suéltame ♪

2634 Words
El sonido de las aves sonando me despertaron. Parpadeaba con rapidez girándome levemente notando mi guitarra, estaba en mi cabaña. Me senté en la cama sintiendo un dolor de cabeza que era de mil horrores. Me miraba notando que tenía puesta una camisa de Tyler, me entro el pánico ¿Qué hice ayer? Intentaba obligar a mi mente a recordar ¿Qué era lo último que venia a mi cabeza? —Estaba…..estaba…. Mimi me ponía bloqueador….creo… Memorias difusas volvía e iban a mi mente sin decirme que era real o no. Revise por debajo de la camisa notando que tenia el mismo traje de baño de ayer algo que me hizo lanzar un leve exhalo de alivio, al menos no me habia acostado con Tyler alcoholizada. Movía levemente mi cabeza notando en la mesita de noche un vaso cubierto con un plato y unas pastillas al lado con una nota la cual leí. “Esta bebida es una combinación Hawaina para la jaqueca extremadamente buena, tómatela, los medicamentos me lo paso Theodoro asi que tómatelos, hidrátate todo el día para que podamos hablar” —Dios….Mimi no vuelvo a confiar en tus bebidas mucho menos si se llaman vagin@ contenta —tomaba la bebida que era una combinación de agua de coco, jengibre y no se que otras cosas pero el sabor debía pretender levantar a un muerto de lo fuerte que era procediendo a tomarme mis pastilla. —Bueno, al menos termine en mi cabaña, hubiera sido incomodo estar en la suya. Me levantaba con dificultad yendo al baño para cepillarme los dientes, mientras lo hacia me miraba en el espejo recordando sin poder evitarlo. «Muchachita ¿Acaso quieres venir a interrumpirnos? No sabía que te gustaría vernos mientras tenemos sex0» «Una mujer como tu nunca le llegaría a los talones a Tyler, de todas las arpías que le han movido el cul0 solo por un poco de atención, tu eres la más patética» «Solo espero que no le hayas creído alguna mentira de que te amaba si es que te lo dijo, ya sabes como son los hombres, mienten para conseguir lo que quieren pero nunca podrán remplazar su verdadero amor….en su caso soy yo» Suspire lavándome la cara como si aquello borrara esa poca interacción que me hizo darme cuenta que no podría ser feliz, al menos no en el amor ¿Acaso mi destino era enamorarme de hombres que tuvieran parejas? Cerraba mis ojos por unos segundos intentando calmar la tormenta de mi cabeza, me alejaría de Tyler pues con Charlie aprendí que no comería las sobras de nadie. No mendigaría la migajas del amor de nadie, eso fue lo único que me dio de enseñanza Charlie. No permitiría poner mi corazon en una balanza para ser solo la mujer de paso, momentánea para la situación y desechable cuando no pudiera dar más. En parte me alegraba, era mejor enterarme al principio que sufrir por el al tener mas tiempo, el me lo dijo tan claramente esa vez cuando me entrego el brazalete que me rompería el corazon algo que no le permitiría si me iba en esos momentos, solo debía evitarlo los siguientes cuatro meses. Mi corazon comenzaba a doler, mordía levemente mi labio inferior. —Los sentimientos que estorbas debo eliminarlos, si no sirven para hacerme mejor son innecesarios. Salía del baño notando en mi cocina un plato tapado en la mesa. Al acercarme habia una nota cerca del plato. “Comételo todo, hablo del desayuno, aunque pensándolo bien si quieres también te lo puedes comer cuando quieras” Aquello me provoco una leve risilla algo que patee con mi cerebro. Abría el plato notando un caldo de pollo y huevo, estaba caliente asi que imagine que fue recién hecho. Observe con detenimiento mi cocina, los platos se veían secos, pero al tocarlo se le sentía algo húmedos lo que significaba que el estuvo allí hace poco. Tomaba una cuchara tomando algo del caldo de sopa suspirando levemente ¿Cómo podría sacarlo de mi vida si el se afana de que no pudiera hacerlo tan facil? —Tyler no puedo amarte, debo parar esto ahora—dialogaba sola intentando comprender mis sentimientos. Suspire levemente mirando la sopa, olía a hogar y a calidez. Volteaba el pollo levemente notando algunas especias en ella, lo que significaba que el lo habia sazonado ¿Acaso el estaba buscando la manera de poner la baranda alta cuando me buscara a otro hombre? —Solo ponte el chip de que es el ogro que conociste —movía levemente mi sopa— Danielle, tu lo odias, lo odias ¿comprendes? —hablaba conmigo misma rogando a mi mente para que se lo creyera— No lo quieres en tu vida, el es malo para ti, yo solo fui su enamoramiento pasajero. Al probar la sopa mis ojos se aguaron, el sentimiento de serenidad que daba la sensación de que una familiar me esperaba, el lugar en el que pertenecías, patee cualquier sentimiento positivo terminándome la sopa y retirándome el brazalete que me habia regalado dejándolo en la mesa pues mientras lo tuviera me recordaría a el a cada momento que lo viera. Ese día ignore completamente a un afanado Tyler que quería hablar conmigo. Como me sentía algo culpable ayude a Mimi y a Ronaldo a limpiar ¿Por qué? Pues era una adulta y yo por mi propia decisión tome esa botella de alcohol, ellos no me obligaron. Mientras limpiaba notaba a la distancia a aquella mujer de ojos tan petrificante como una serpiente obsérvame, analizarme, su intensa y penetrante mirada solo me hacía asfixiar, me mortificaba en un punto que sentía a mi estomago hacerse un revoltillo. Era como si ella hubiera mordido mi cuello y el veneno de sus colmillos estuviera recorriendo mi cuerpo lentamente dirigiéndose a mi corazon. El segundo día fue algo parecido pero esta vez era un insistente Tyler preguntándome porque no tenia el brazalete que me hizo. Yo no le respondía y utilizaba a Mimi como mi salvavida para hacer algún trabajo para el retiro. Me habia mentalizado a ignorarlo, tarde o temprano se cansaría de buscarme…como todos. Al tercer día salía de mi cabaña con tranquilidad con objetivo de ir a dar un paseo con Ronaldo, pero era sujetada de una manera sorpresiva por mi muñeca que no me dejo reaccionar. Era jalada con firmeza obligándome a bajar las escaleras casi obligada. Eleve mi mirada notando aquella espalda cuadrada que irradiaba seguridad, esa melena rojiza que ofrecía diferencia, su mera presencia hacia que mi corazon corriera a la carrera, su cercanía me desalmaba, me hacia sentir que yo era suya cuando sabía que no lo era. —Tyler suéltame. —No hasta que hablemos, estoy cansado que me ignores —su voz irritada denotaba sus sentimientos— te lo he dejado pasar, pero ya me cansé de esperarte y darte espacio, las terapias de Kai que dice que te de tu momentos para pensar me las paso por el culo hoy porque no están funcionando. Aun arrastrada por el abrió su camioneta lanzándome del lado del copiloto cerrando la puerta. Intente abrirla, pero no podia, Tyler por su parte se sentó al lado del piloto encendiendo el vehículo empezando a manejar. —¿Me estas secuestrando? Me estas sacando del retiro en contra de mi voluntad. —Y asi se quedará, viajaremos hasta que nos arreglemos y si eso significa que viajemos todos los días lo vamos a hacer. Durante todo el recorrido me la pase hablándole a Tyler que me devolviera, que quería irme, pero el solo me ignoro de la misma manera que yo lo hice en los días que pasaron. —¿Al menos me dirás a donde iremos? —¿Yo? A tu corazon. Un leve latido en mi corazon movió esa parte de mi cuerpo que estaba obligando a matar para no sentir algo por el. Abría la ventana notando que conducíamos por la hermosa costa, la playa tan azulada, el sol era la preciosa imagen mental de relajación. Sacaba mi mano por la ventanilla moviéndola como si fuese un pececito en ese océano profundo a la distancia, en el mar de mi corazon. —¿Me dirás que te dijo? —No. —Entonces, tendremos un viaje muy largo hasta que me cuentes. Tras viajar por casi una hora llegábamos a una playa donde a la distancia se veía a personas riéndose, otro grupo estaba a la lejanía surfeando. Mis ojos azulados se posaron en Tyler con total confusión. —Sal, te llevare a surfear. —No sé hacerlo. —Entonces tendrás que confiar en mi. Salíamos de la camioneta dirigiéndonos a una caseta donde el iria a alquilar una tabla además de que vendían trajes de baño. Yo me elegí un enterizo de color rosa con mariposas, al parecer tenia tanto tiempo alli que pensaron que nunca se vendería. Al salir del baño tras ponérmelo notaba a Tyler esperándome con solo una tabla sonriéndome. —¿Por qué solo una? —Se supone que te entrenare, vamos campanita. Mientras me tomaba de la mano entrabamos a la playa. Esa electricidad entre nuestros roses ya se estaba siendo típico en mi cuerpo, mientras caminábamos no pude evitar sonreír. Lo seguía notando en nuestra dirección el sol ¿Se estaba convirtiendo el indirectamente en la luz que me faltaba? Como una polilla era arrastrada a el, no me importaba arriesgarme mientras fuese con el. «¿Lo seguirás queriendo Incluso si tiene pareja?» Canción: Say ok por Vanessa Hudgens Una pequeña vocecilla queriendo hacerme sentir insegura se asomó. Intente forcejear levemente para liberarme, pero Tyler me sujeto con un poco de fuerza para evitarlo. Entonces cuando estaba en el punto donde tenía más incertidumbre Tyler se volteo levemente para mirarme de reojo. —¿Estas listas? Mi dubitativo corazon se dejó guiar por el solo afirmando por mi cabeza. Ambos entrabamos al agua y después de una distancia Tyler se subió a la tabla ayudándome después a subir. El remaba con una de su mano mientras yo solo observaba como nos adentrábamos cada vez mas adentro. Desde esa tabla de surfear todo se sentía tan diferente, tan espectacular, me sentía tan relajada recostándome en Tyler inconscientemente. Solo me di cuenta al escuchar una leve sonrisa ronca junto a un estrujón que me atrajo a el completamente. —¿Inspirada? —¿Por qué lo dices? —Estabas tarareando una tonada muy bonita ¿No te diste cuenta? —No….—miraba aquel hermoso cielo azul aun recostada del pecho de Tyler. El viento chocaba en mi rostro. Mis ojos se posaban en ese mar azulado que parecía más vivo que nunca. —No se que te dijo la alacrán de Maggie —sus brazos me aprisionaban— No te obligare a contarme…Kai me dijo que debo esperar a que te sientas cómoda y preparada para hablar pero solo te diré, que lo mas probable es que te dijera una mentira, quiero decir —escuchaba un largo suspiro— por lo poco de lo que estoy enterado que le preguntaste si estuvimos juntos—beso levemente mi hombro— si lo estuvimos pero fue algo corto además de que no volveríamos a estar juntos jamás, créeme, hare lo que sea para que me creas. —Tyler….no quiero que me fallen de nuevo—mi voz temerosa dejo ir mis verdaderos sentimientos que no le habia confesando a nadie— No quiero que me tiren a un lado….mas con el caos que tengo en mi vida….siento que me dejarás tirada mas si tienes una pareja o que tuviste una pareja que tal vez quiera volver contigo…no…..no….no…. no quiero esto para mi—tartamudeaba— tengo miedo. Por fin deje a mi corazon hablar ¿Tenia miedo? Si, estaba aterrada entregarme completamente y volver a golpear el suelo. Salir lastimada de una manera tan dolorosa y solo quedarme en el barro sin nadie que viniera por mí. Y aunque quisiera levantarme, habría miles de personas apaleándome esperando a que me quedara allí. —Danielle —su voz salió en un susurro tan suave como el pétalo de una rosa intentando acariciar mi cuello— a diferencia de quien te fallo en el pasado yo si tengo claro que quiero contigo —su voz segura me daba la confianza que mi temeroso corazon pedía— Aunque quieras alejarme por miedo, aunque quieras desaparecerte de mi vida porque estas temerosa te encontrare para demostrarte que estoy y estaré para ti —su respiración hacia una leve cosquilla en mi cuello— ¿Y que si tu vida es un caos? Yo veo una encantadora hadita que amo, no me importa que digan de ti, ni cuanta personas lo digan, yo creo y creeré plenamente en ti recuérdalo campanita. Sus palabras llenaban un vacío en mi corazon que no sabía existían en mi. Alzaba mis ojos al cielo dejando mis lagrimas fluir junto al sonido del océano. Tyler, ese gruñón era alguien que me estaba arrebatando mi corazon sin que lo quisiera, solamente me lo estaba robando. Su amor se estaba colando en mis entrañas como un sueño, totalmente lento, delicado, y a veces complicado al principio….pero ahora era tan profundo que no me veía lejos del. El lamio levemente mi mejilla llevándose una de mis lagrimas sonriéndome con cariño. —Incluso cuando lloras eres bonita, pero no quiero verte llorar porque eso significa que no estoy trabajando lo necesario para hacerte sentir feliz. Con mis ojos algo borrosos por las lágrimas solo le sonreí levemente alzando mi rostro buscando los labios de mi pequeño ogro mientras cerraba levemente mis ojos. Un beso que intentaba darme fortaleza en mi vulnerabilidad, seguridad en mi inestabilidad, aplomo en mi dejades emocional. Nunca recibí nada al menos que diera el ciento diez por ciento con Charlie sin recibir nada a camio, pero con Tyler recibía, me daba tanto sin esperar sin el imaginarse que me daba lo que mi corazon deseaba. El albergaba esos sentimientos que escribía en mis canciones años atrás, sentimientos prestados por personas a mi alrededor que me inspiraron. Siempre observando nunca protagonista de mis propias canciones, nunca habia compuesto una verdadera canción de amor que fuese de mi vida. Aquí estaba Tyler poco a poco convirtiéndose en mi musa, mi inspiración sin siquiera imaginarlo. Su beso afloro aquella calidez en mi corazon, era tan mágico que me transportaba en lo que mas añoraba, sentirme amada. El me dejo detener el beso y al abrir mis ojos solo pude ver un brillo indescriptible en sus ojos que nunca vi en nadie, solo en el. Sus ojos que usualmente parecían caramelo brillaban con la misma intensidad del sol. —Si me sigues distrayendo no podre enseñarte a surfear—su tono ronco se escapaba de su garganta. —Lo siento por distraerlo profe. —Hui, niñata, no juegues en ese terreno que me obligaras ponerte un traje de colegiala —rio levemente. Ese día Tyler se la paso dándome lecciones, era demasiado bueno explicando. Al asegurarse de que sabía nadar perfectamente el me demostraba como debía hacerlo tras explicarme por alrededor de media hora y tras esto el me dejo la tabla. Falle varias veces, tanto que quería darme por vencida, pero Tyler me apoyo, me dio el empuje que necesitaba, y tras mi sexta vez pude surfear solo un poco. Esa tarde no volvimos al retiro solo nos la pasamos él y yo retozando. Estuvimos surfeando hasta cansarnos y sentarnos en el borde de la playa para descansar. Me había dado cuenta que mi amado príncipe oscuro llego cuando no quería conocer a nadie de manera amorosa y poco a poco……se estaba llevando un pedazo de mí que solo podría tener el ¿Protegería el mi corazón?
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