Maggie ????
Estaba totalmente enojada, habían pasado alrededor de cinco días donde no sabía dónde estaba Tyler ni la loquita que lo mantenía comiendo de su mano. Sentia que el tipo llamado Kai me había mantenido totalmente aislada de los otros habitantes porque no me había puesto ningún compañero. Me causaba desagrado y eso solamente reducía mis piezas de ajedrez.
—Dios, Matthew si no hubiera sido porque me pediste este favor no venia aquí ni de loca—susurraba asqueada porque uno de mis zapatos Louis Vuitton se ensucio levemente mientras caminaba a la oficina de Kai.
Mi plan en el campamento que quería hacer era el típico papel de víctima que había venido al solamente porque no podía olvidar a Tyler, iba a llorar si era necesario pero al todos estar tan ocupado en sus trabajos con la única que podía hablar era con la dueña del retiro lo cual no me servía para nada. Cristian se sorprendió de que Kai no me había llamado ni una sola vez para hacerme su examen analítico que según Cristian lo hacía desde que los habitantes llegaban a las cabañas ¿Entonces por qué el había demorado tanto?
—Creo que es aqui— susurraba cruzando mis brazos pestañando con rapidez para acomodar mi visión.
Ese dia por fin el inútil se digno a citarme asi que dependiendo con quien me pondría tendría que cambiar mi juego. Me encontraba delante de la oficina del psicólogo cuando la puerta por fin se abrió. Vi salir a la chica pelirroja que se llamaba Mimi entre lágrimas algo sorprendente porque ella se veía tan viva y feliz, Kai la abrazo con fuerza proponiéndole que fuera a caminar un rato que eso le ayudaría a despejarse algo que ella solo movió su cabeza antes de irse. Mientras la observaba irse solo recordé que los humanos que eran sensibles eran inservibles, no servían para nada ni para los negocios ni para lo personal. Tomaban decisiones precipitadas y eso solo complicaba todo.
«Dios, aquí todos son demasiados sensibles, no puedo con tanto pesimismo»
Mis labios formaban una fina línea de desagrado intentando no asquearme del lugar. Yo detestaba eso porque no podia hacerlo, intente enamorarme, hacerme la débil, fingir ser una blanca palomita para hacer que mi ex esposo muerto estuviera contento pero nada de eso funcionó. Yo era un alacrán y descubrí que debía buscar a un hombre que pudiera soportar mi veneno o ni siquiera valía la pena estar al lado de mí. Mientras la pelirroja caminaba llorosa a la distancia notaba a Kai observarme detenidamente con cautela como si estuviera pensando cuidadosamente cómo reaccionar o cómo actuar.
—Me alegra que hayas llegado Maggie —hablaba con serenidad— Disculpa por hacerte tardar tanto estaba resolviendo unos asuntos.
— No pasa nada, lo imaginé—entraba a su oficina escuchándolo cerrar la puerta tras de mi.
—Toma asiento Maggie, creo que esta reunión será muy fructífera.
Me sentaba en los sillones, eran cómodos pero de muy mal gusto para mí. Sentía que esta oficina intentaba tener el aire relajante, quería mostrar un aire sereno, aunque no sabia si era una fachada o si así era su personalidad. Mi mirada escudriñaba cada centímetro de ese pequeño consultorio y sólo me hacía preguntar ¿cuántos locos habrán pasado por aquí?
— Maggie ¿Ya terminaste de observar mi oficina? o te piensas quedar evaluándola durante toda nuestra sesion.
— Muy bonito lugar, tanto que podría competir con una oficina de impuestos— no pude evitar que se me saliera una pequeña risita de sarcasmo, era imposible para mí no actuar así. Mi personalidad ni siquiera podía manejarla delante de un loquero.
— A ver si te entiendo, tu esposo te traicionó con tu hermana además de otras mujeres, la última fue una menor de edad lo cual hizo que él fuera a la cárcel pero se suicido antes de ir.
— Así es, no sé por qué me pregunta si se supone que tú tienes mis documentos psicológicos en esa mesa a tu lado ¿Me estás preguntando solamente para confirmar una información que ya está ahí?
Sí, el maldito hijo de puta de mi exesposo era la peor basura que podía haber conseguido en mi vida. Paul Lenoir dueño de una de las más grandes empresas automotrices el cual mi padre me obligó a casarme con él. Todos decían que era muy bueno, muy amable, un perfecto partido, lástima que no podía dejar su pene en paz. Me hubiera valido igual si me lo hubiera dicho ya que era extremadamente pésimo en la cama, pero decidió irse por la tangente de hacer todo escondida. Y la gota que derramó el vaso fue cuando lo encontré con mi hermana menor, nada más lindo que encontrará a mi hermana tener un hermoso orgasmo en la cama de mis padres mientras ellos estaban celebrando su aniversario. Pero yo no sentí odio por él, para mí él era un pedacito inservible, lo que me molestaba era que me viera la cara de estúpida. Cuando se suicidó me alegré tanto que no pude ocultar mi alegría. En su funeral había alquilado un mariachi solamente para que cantara, y por supuesto, yo le canté todos los insultos que se me salieron de la cabeza solamente para decirle que me alegraba muchísimo que se hubiera muerto y que me hubiera encantado que lo hubiera hecho antes.
«Dios, ese imbécil de mierda solo con recordarlo y me cabrea aun mas»
«¡Espero que el lucifer te ande picando los huevos y si no yo misma bajare y hare su puto trabajo!»
Inhale lentamente para calmarme. Debía aparentar ser una pobre viuda dolida que sufría y que se intentó suicidar tres veces, si tres veces porque con mi supuesto documentación psiquiátrica no fue suficiente para entrar a este maldito retiro. Matthew intentó de varias maneras entrar y sacar a Tyler del retiro diciendo que había una emergencia familiar pero no lo dejaron así que él y yo tuvimos que hacer un pequeño show de qué yo era una muy doliente viuda que no podía vivir sin mi esposo.
El primer intento que planeamos ambos fueron pastillas, el mismo se encargó de proveerme las pastillas y de llevarme a al hospital para hacerme un una limpieza estomacal. El segundo intento de suicidio fue cuando él me ayudó a auto ahorcarme lo suficiente para dejar marcas para fotografiarme. Lo último que tuve que ser fue cortarme las venas o mejor dicho fingir lo suficiente. Notaba que Kai me observaba atentamente todos mis movimientos, él le daba toquecitos con un lapicero a un cuaderno de notas mientras su mirada hasta perspicaz se fijaba hasta el más mínimo detalle de cómo hablaba actuaba o miraba. No pude dejar escapar una cruel sonrisa, me parecía tan interesante pues parecía calmado, una persona que pudieras hablar con él, pero sentía que era más analítico de lo que aparentaba ser muy en el fondo.
— Te estoy preguntando porque yo fui que evite que tú entraras anteriormente al retiro— su mirada seria me miraba de arriba abajo— yo soy el que me encargo de qué las personas que tengan ciertos estados clínico que entre podamos ayudarlos. Yo había leído tu documentación varias veces y en todas no sentía que estabas siendo completamente sincera— dejo escapar una leve sonrisa— así que iré al grano, dime la verdad ¿qué haces aquí? Porque no te creo ni un poco de que tú estés sufriendo por tu exmarido. No tienes ni el temple ni la mirada de una persona totalmente adolorida, al contrario.
— ¿La verdad? Pero estoy siendo totalmente sincera —mordí levemente mi lengua para detener el veneno que quería salir— yo estoy sufriendo muchísimo por mi marido muerto, se supone que tú tienes que ayudarme a superar la pérdida de mi marido y estás aquí juzgándome, diciendo que miento— intentaba hacerme la víctima ofendida— ¿Qué clase de psicólogo eres? Uno que definitivamente no es nada profesional.
— Disculpa señorita Maggie, pero tengo un historial de más de quince años de experiencia y puedo reconocer a una persona rota desde lejos y tú no presentas nada de eso— él volvió a tocar su cuaderno con el lapicero— se sincera conmigo ¿tú entraste aquí para llevarte a Tyler? Ustedes se conocen, no tendría problema si tus archivos psiquiátricos no parecieran truqueados. Además, según tengo entendido lo han intentado sacarlo varias veces, si no me equivoco más de seis veces pero yo recomendé que no lo hicieran porque él todavía no había superado nada. Apenas estoy trabajando con él por eso no he dado el visto bueno de salir, propuse que se mantuviera aquí hasta que superará sus traumas algo que él mismo firmaba sin yo recomendárselo.
Sin poder evitarlo eleve una de mis cejas, había encontrado el verdadero motivo de por qué no pudimos sacar a Tyler del retiro. Por ahora sabía que Matthew y yo no lo podríamos sacarlo, él tendría que salir por su propio pie, y según tenía entendido que para poder salir tenía que terminar los seis meses o que él mismo decidiera irse así que tenía planeado muchas cosas para que él huyera de su distracción.
—Un mes—levantaba uno de dus dedos con tranquilidad.
—¿Un mes?
—Te dare solamente un mes en observación y si siento que mentiste para entrar al retiro voy a pedirle a mi tia que te saque del retiro —sonrio con un temple relajado— Yo me encargo de que todas las personas aquí vivan en un escosistema donde se puedan explorar y mejorar y siento que tu no vienes a ser una blanca palomita —proseguia dejando ver su calidad sonrisa— siento que tu vienes a hacerle algo a Tyler que he estado intentando evitar desde hace un año, no dejare que te lo lleves sin asegurarme de que haya superado nada.
—No puedes sacarme de aquí —murmure levemente.
—Claro que puedo —cerro levemente sus ojos sin dejar de sonreir con calidez— cuando firmaste habían varias secciones donde nos daba el poder de retirarte si sentíamos que era necesario, legalmente estamos protegido asi que te agradecería que te retire, por este mes estarás sola pues siento que ponerte de compañero a alguien solo complicaría las cosas.
«Maldita sea»
Mi mirada serpentina se posaba en el loquero, si no aparentaba estar sufrida solo iba a tener un mes para terminar con todo esto…..y dolida por mi exesposo nunca estaría ¡Primero me mato! Desvié levemente mi mirada llena de enojo.
—Como lo imagine, Maggie espero que disfrutes tu estadía durante este mes pues tras esto te pediré que te retires.
Ambos nos quedamos en total silencio por unos minutos. Cabreada me levante saliendo de aquel lugar haciendo resonar mis tacones al salir, todo seria mas complicado de lo que pensé.
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—Maggie, no debemos estar aquí.
—Ya cállate Edward, solo abre la puerta y que no parezca forzada —murmuraba con enojo sentada en el suelo.
Habia convencido a Edward de que inrrumpieramos en la oficina del loquero en la noche simplemente porque quería ver con que podia debilitar a la niñita de Tyler. Sabia que todos tenían una debilidad, y en un mes no podia darme el lujo de perder ni un solo dia para averiguar su debilidad.
—Listo, ya lo abri.
—Gracias Edward, tu vigila.
—¿Puedes dejar de llamarme asi? No me gusta mi nombre.
—Si no te gusta cámbiatelo legalmente, mientras eso no pase para mi seguirás llamándote Edward —sonreía de manera fría.
Entraba a la oficina encendiendo una lampara comenzando a buscar entre un archivador que tenían carpeta de todos los que estaban allí. Tomaba el que tenia de nombre Danielle comenzando a leer todos sus resúmenes psiquiátricos algo que me hizo alzar una ceja.
—Vaya, esto es más problemático de lo que pensé —con mi dedo tocaba su fotografía— pensaba que lo mejor era alejar a Tyler de ella para que el se defendiera…..pero leyendo esto creo que lo mejor es alejarla a ella del…..ellos no pueden llegar juntos…..la mierda de Tyler le afectaría a ella mas de lo que pienso —mordía levemente mi labio leyendo detenidamente su documentación pasando mi dedo índice a una oración en específico— aja, ya tengo tu debilidad….solo debo picar un poquito y dejar que mi veneno termine contigo lentamente.