No imaginan la alegría que me dio verlo esperándome, en ese traje que hace que se me caigan las babas de arriba y de abajo. Baje casi corriendo tirando los bolsos al piso y me trepé a el como un koala, quería besarlo desde que puse un pie en Mar del plata, siento la necesidad de estar pegada a él todo el tiempo. ¿Esto es amor? La sensación de llenar un espacio vacío con alegría cada vez que lo tengo cerca y cuando nos separamos volver al mismo hueco de Soledad? No quiero soltarlo, quiero estar así. "Te extrañé grandote" Jorge me tenía agarrada de la cintura, parecía feliz de verme también. Me llevo a su departamento, obviamente le dejé clarito lo que realmente quería. Verlo de traje me ponía, pero como Dios lo trajo al mundo, madre mía que hija pervertida tuviste. Entramos a los tropez