No tengo idea de cuánto condujo o dónde estaba, solo sé que por momentos el dolor era tan intenso que ya no logre sentir la pierna, por momentos perdía la consciencia, luego volvía a abrir los ojos, miré un camino, unos árboles, luego el auto se agitó, cuando me levanté alterada reviviendo el accidente en mi mente sentí la mano de Joe.
–Todo está bien, todo está bien.
Vi sus ojos, luego otra vez todo fue oscuridad, alguien me movió, sentí el dolor en todo mi cuerpo, pero especialmente en la pierna, deseaba que me la quitarán, es insoportable.
–Ya no, por favor –sollocé.
–No pueden darle un calmante o anestesia –reclamó Joe.
–Señor, ya se le dio morfina, fue demasiado para ella.
–Maldita sea.
Ya no volví a escuchar nada, solo sé que estaba en una cama y ya nadie me tocó.
Cuando volvía abrir los ojos lo primero que vi fue un techo y luego al ver alrededor era una habitación, paredes grises y piso de madera, un mueble, un espejo, flores y adornos, hay un ligero aroma a cedro. no tiene nada que ver con el hospital.
–Señorita, ya despertó.
Reaccioné al ver a una mujer de ojos azules y cabello castaño levantarse de la cama, ella se ve mayor.
–¿Dónde está Joe? –pregunté.
–Ahora lo llamó, ¿cómo se siente? –preguntó.
Mal, terrible, como si un camión hubiera pasado sobre mi cuerpo y mi alma, pero si le digo eso siento que la voy a preocupar, solo necesito a mi hijo, a Max y Joe dijo que lo traería.
–Quiero ver a Joe.
–Está bien, ahora viene.
Quiso tomar mi mano, pero no se lo permití, se dio cuenta que no haría nada de lo que quería, así que salió del lugar y unos minutos después entró Joe con ella.
–¿Dónde está Max? ¿Qué pasó? –pregunté apenas cruzó la puerta, se detuvo y le dijo algo a la enfermera, luego ella se retiro y él entró cerrando la puerta.
–Es mejor que nadie más se entere de esto.
–¿Dónde está Max? Dijiste que lo traerías.
Solo quiero a mi hijo.
–Te dije que no puedo robarme un niño, eso solo levantaría más sospechas.
–¡No voy a permitir que Timothy le meta cosas en la cabeza! ¡Tiene que saber que estoy viva! –me detuve cuando sentí la punzada en mi cadera, me agite demasiado.
–Si te mueves demasiado será doloroso para ti –reprochó –. Y no podré explicarte.
–¿Qué cosa?
–He enviado a una niñera, es de confianza –mencionó –. Alguien me dijo que Timothy está buscando a alguien para cuidar al niño, así que envié a alguien que me mantiene al tanto de lo que sucede, aprovechando que está dentro de la casa podemos saber que es lo que sucede aunque ahora sea un poco limitado, no podemos perder la oportunidad.
–¿Cómo que niñera? ¿Qué fecha es hoy?
Apenas acaba de ser el accidente hace dos días que desperté en el hospital.
–Es miércoles quince de abril –respondió.
–¿Quince? ¿No es ocho de abril?
–Estuviste inconsciente una semana, la enfermera te ha mantenido con lo necesario.
Sentí un nudo en la garganta, miré alrededor de nuevo, he estado en este lugar durante siete días y no lo sabía, ¿cómo es eso posible?
–¿Qué pasó afuera? –pregunté –. Necesito saber que está pasando, ¿qué está haciendo Timothy? ¿Qué pasó con él y Carolyn? ¿Qué pasó con la empresa?
–La mayoría de las cosas siguen igual, te han estado buscando por todas partes, tengo un amigo que es detective y parece que está a caso, el auto llegó cerca del puente, así que existe una posibilidad de que piensen que caíste y la corriente te llevó.
–Timothy dirá que sé nadar –mencioné.
–No con una pierna rota –señalo mi pierna –. Seguramente con heridas graves no podías hacer mayor cosa, ya sabes, le pedí que insistiera en esto, es algo que nos servirá.
–Quieres que piensen que estoy muerta, ¿cómo se supone que funciona eso? –pregunté –. Me mantendrás encerrada aquí, seré como una ayudante de las sombras.
–Supongo que vas a necesitar un sobrenombre.
Estaba por reclamarle cuando lo miré y estaba sonriendo, no mostraba su dentadura o tampoco una sonrisa descarada como una carcajada, pero ahí estaba esa elevación en sus labios formando una curva notable.
–Te hace gracia mi situación –reproché.
–Para nada –contestó –. Pero tuve un par de días antes de que despertarás para poder idear un plan contigo, aunque debes levantarte de esa cama.
–Quiero a Max.
Lo escuché suspirar.
–Sé que quieres a tu hijo, pero te recuerdo que el secuestro es un delito, he enviado a la niñera pero ella debe convencer a Timothy de enviar a Max a un internado, es uno de los mejores y está en Vermont a unas cuantas horas, estará a salvo.
–¡Vermont! –exclamé –. Lo quiero aquí conmigo, es así o nada.
–¿Quieres hacerle daño? –cuestionó, en dos pasos ya estaba cerca de mí. –Porque eso es lo único que le espera, ver a una madre con su cuerpo lastimado y descubrir que su padre le ha mentido, un lugar desconocido de donde no podrá salir a menos que vea como quieres hacerles pagar.
–No lo quiero cerca del des.graciado de su padre y su amante.
–Es mejor traerlo con su madre moribunda y que le diga sobre por qué debe odiar a su padre.
–No, yo no le diría eso a Max.
–Entonces, ¿qué es lo que le dirás?
–Yo… yo… aún no lo sé.
–Esa es la diferencia entre tu y yo –me señaló –. Yo sí sé que es lo que debemos hacer, así que ya me debes lo de la niñera, así que será mejor que empieces a darme información sobre los Davis o esto no va a funcionar.
–Creeme que nada me complacerá más que destruir a Timothy Davis, así que me levantaré de aquí y te ayudaré.
Nada sería peor para Timothy que perder el prestigio de su empresa contra Joe Drexel, recuerdo que desde que nos hemos reunido con él siempre muestra cierto despreció, mencionó algo sobre que estuvieron en el mismo instituto o algo así, supongo que nunca se llevaron bien, así que cruzarme con Joe fue un golpe de suerte, con Max a salvo en ese al internado puedo enfrentarme a Timothy, no es tan inteligente para mantener la empresa, si Carolyn Bennett cree que tiene un hombre inteligente y valioso, está equivocada, yo soy quien le dio ese valor y me voy a encargar de destruirlo.