Me vi saliendo de casa, siguiendo a Ari, quien estuvo varios días viniendo según Iris, yo no había salido de mi habitación hasta el día de hoy, a la espera de que mi futuro esposo y yo tuviéramos una cita nuevamente, en la que yo esta vez no escaparía. Simplemente habían cosas que no se podían evitar y casarme era una de esas. —¿Traes tu identificación?—me preguntó, ya dentro del coche, íbamos saliendo. —Todo se me perdió el día de mi huída, incluido mi móvil. No saldré con un pasaporte solo para que los demás sepan que soy mayor de edad. ¿Sigues sin creerme? —No es que no te crea, solo quería comprobarlo. Tienes veintidós, ya lo has dicho. Te creo. —¿A dónde vamos? —A cualquier lado, te lo dije antes de salir. Trix…—salió de la rotonda, ya terminando el límite de velocidad, incorp