Saqué mi móvil para ver la hora, no podía dejar de mirar hacia la entrada del restaurante con unos nervios a flor de piel, queriendo, quizás, saber quién era nada más verlo entrar, a través de alguna corazonada o algo de ese estilo. De cierto modo me sentía emocionada mas allá de los nervios. Volví a mirar la hora, no había llegado temprano, de hecho tuvimos unos diez minutos de retraso debido a un corto atasco cuando me traían hacia acá. Indudablemente este era el lugar, era la dirección y el chofer también sabía donde tenía que traerme, además…ya me habían asignado mesa de acuerdo a la reservación que él había puesto a mi nombre. Tomé el móvil para escribirle, pero los mensajes tardaban en llegarlo y no los leía, a lo mejor ya venía en camino. Solo quedaba esperar. —Buenas noche