Capítulo 5: Las lecciones de Aisha

1589 Words
De vuelta al presente Necesitaba dinero, estaba desempleada, endeudada y a pesar de la odiosidad de Etienne, era la mejor opción que tenía. La mudanza se realizaría al siguiente día, le comenté que tenía muchas cosas en mi habitación y que no era la mujer más ordenada del mundo por lo que debía darme un par de días. Pero por más que lo intentase ocultar, Etienne estaba desesperado por vivir en mi departamento. Una lástima, si el gnomo maligno ese de Jane no se hubiese aparecido, yo hubiese ganado esa negociación. Sobre lo de mi impulso de llamarle “novio” no charlamos más de eso. Era demasiado vergonzoso sacar el tema a acotación. Después de escuchar eso, la enana demoniaca rio asegurando que también le invitaría y se marchó. Extraño. ¿Qué hacia una niña de mamá y papá en un café como ese? Era un sitio bonito pero económico, no combinaba con sus estándares de acuerdo a los comentarios escuetos de David al conocerla. Cuando lo hizo, también porque los juntaron para un trabajo de grupo, consistente con sus gustos el horroroso ese, me comentó lo impresionado que estaba con el dinero que tenía ella. Había ido a su casa y era todo mármol, muebles de diseñador y hasta piscina… con cascada. Otra liga diferente a nosotros que teníamos que prescindir de la carne en los meses complicados para nuestras familias. Se volvió su amiga, por motivos claros para mí. Parece que la chica era tan introvertida como él, no tan buena en los estudios y la arquitectura es una de esas carreras costosas de estudiar. Que formasen grupo con constancia, y las asesorías que suponía le dada, le ayudaron con el tema económico. Yo confiaba en él, las relaciones de amistad entre un hombre y mujer sí existen, y creía que me amaba. Que equivocada estaba, que ciega fui. Mis pensamientos acusatorios se interrumpieron con el sonido del timbre. Rayos, debe ser Etienne, quedó en llegar a las 3 de la tarde de hoy. Pero todavía voy por la mitad de la limpieza de mi habitación. Ayer me propuse limpiar mi desastroso departamento, y lo hice pero mi guarida era más compleja. Ni modo. Trato de arreglar un poco mi cabello, tengo dos trenzas hechas, y mi pijama vieja y descolorida por un accidente con cloro, no es una buena apariencia. A los quisquillosos no hay que hacerlos esperar, por lo que voy a abrir la puerta. Y allí está Etienne con el mismo abrigo de imitación de ayer y una pequeña maleta de mano. Pasa sin saludarme, y yo no puedo evitar sacarle la lengua a sus espaldas. Cierro la puerta. ─   Cuando se entra a un sitio se saluda Etienne, más importante aún, no se mira con asco a tu futuro y cálido hogar – le regaño. ─   ¿No ibas a limpiar ayer? ¿Por qué está así? – su cara de desagrado me ofende. No está tan mal, ayer peor estaba. ─   Limpie lo que pude, te dije que dos días y no aceptaste – digo yendo a la habitación principal esquivando algunas cosas mías que saque al pasillo. Él me sigue con su maleta. ─   ¿Cómo sabría que eres tan desordenada? Las mujeres no deberían serlo. Ja. Me volteo con molestia, este odioso. ─   Y los gays no deberían repetir el mismo abrigo dos días seguido ¿seguimos con las ofensas basadas en estereotipos? – replico. ─   ¿Qué tiene de malo usar un buen abrigo dos veces? – me dice consternado y como si le hubiese tocado un tema sensible replica – ya desearías tu tener una pieza como esta en tu guardarropa. ─   ¿Qué tiene de especial una buena imitación? Ni que fuese la gran cosa – me burlo y llegados a la habitación le doy el frente. Y lo comprendo. No es solo el abrigo, lleva la misma ropa de ayer completa – menos si no es lo único que repites puesto. Etienne se ofusca y trata de defenderse como un niño pequeño pero se calma y razona. Está preparando una ofensa hacia mí. ─   ¿No criticas mucho para estar vestida de la forma en la que estás? ¿Algo patética no Wendy? ─   ¡Estoy en mi casa puedo usar lo que quiera! – exclamo echando mis trenzas hacia atrás con orgullo. ─   Sí, sí – comienza a quitarse el abrigo y analizar el espacio. Esto se siente incómodamente íntimo, y algo vergonzoso. Estaba por la faceta de sacar todas las cosas de las gavetas por lo que el piso estaba lleno de envoltorios de golosinas, y cajas vacías. Tenía una cama matrimonial, una pequeña peinadora y un televisor pantalla plana en la pared. Junto con un armario poco profundo, era todo, el baño privado era pequeño también. Y no era una treta de negociación lo de que la segunda habitación era similar a esta, era cierto. Tenía las mismas cosas a excepción del baño. Por lo que el cambio no sería tan agonizante. Compartí baño casi toda mi vida, no tener uno privado no era una enorme pérdida para mí. Era más por orgullo conservarlo pero mi lengua suelta me jugo en mi contra again. ─   ¡Manos a la obra! Toma esa bolsa, ábrela y yo meto… – estaba tratando de darle órdenes a Etienne pero este me ve con el ceño fruncido. ─   ¿Por qué te ayudaría a limpiar? – me dice consternado. ─   ¡Porque esto es tú culpa! ¡si quieres esta habitación esta noche ayúdame! ─   ¿No es tu obligación como quien alquila limpiar? –me pregunta mirando con horror una mancha de moho pequeña en la pared de al lado. Lo que me faltaba. ─   Los espacios comunes. No las habitaciones que te chantajean a ofrecer por capricho – le digo molesta. ─   ¿Capricho no fue lo que le dijiste a esa mujer tú del novio? ¿Cuán desesperada debías estar para decirle eso de un hombre gay como yo? – es una burla. ─   Mi vida privada no te incumbe Etienne ¿me vas a ayudar sí o no? ─   Si me involucras en tu vida sin mí permiso, ¿no es lo mínimo que me merezco? ─   Nunca tendremos que fingir algo como una relación ¿sí? Fue algo de ese momento porque la gremlin esa se mofo de mí. Es evidente que no iremos a la boda de esas dos alimañas. Si es que se casan, y la brujería que les mandaré a hacer no acaba misteriosamente con la vida de uno. Etienne contiene una risa que disimula al verle, y busca la bolsa que le dije. Yo procedo a depositar la basura en ella. No puedo dejar de ver sus manos limpias, las uñas bien recortadas y percibir el perfume penetrante de sus prendas de vestir. Algo no está bien aquí, y no sé qué es. ─   ¿Después de limpiar y pagarte qué sigue en la lista de ser compañeros de departamento? – me cuestiona inseguro. ─   Lo siguiente es hacer un ritual de sangre. No te preocupes, la cortadura es pequeña, estamos en pleno 2020 ya los desangres quedaron en el siglo pasado. ─   Qué divertida eres ah – lo dice en un tono que implica lo contrario. ─   Supongo que haremos una lista de asignaciones para los espacios comunes. El uso de la lavadora, los espacios de la nevera, el televisor de la sala, la limpieza de estos por semana. Esas cosas – digo depositando los desperdicios. ─   ¿No contratas a alguien para que limpie por ti? – lo dice en serio. Veo su cara y es pura seriedad. No puede ser. Me detengo y tomo aire. ─   ¿Estás jugando conmigo? ─   No. ¿No incluye eso el p**o que Patricia me dijo te haría? Y de pronto los puntos del circuito comienzan a sacar chispas. La conexión se ha hecho. Lo dejo con la bolsa en la mano y tomo su abrigo, comienzo a buscar la etiqueta. Es original. ─   ¿Qué buscas en mi abrigo? – me cuestiona confundido con la bolsa todavía en sus manos. ─   No es una imitación. Es real – digo anonadada. ─   ¿Y qué con que sea un abrigo original? – habla como si nada. ─   ¡Es Burberry! ¡Sus abrigos cuestan más de mil dólares ¿quién gasta más de mil dólares en un abrigo? Y más importante, por qué alguien con un abrigo de más de mil dólares quiere alquilar en esta zona – le interrogo. ─   Dijiste que era una zona segura. Tengo el dinero ¿qué más? – me contrapunta. ─   No hace sentido. ─   Tu pijama tampoco para alguien que se quiera a si misma – dice con tranquilidad. Pero ya había dicho que los circuitos hicieron conexión y descubrí lo que ocurría. ─   ¿Eres de la misma categoría que la retaca sádica esa no? – tengo la mano en la cadera. ─   No por unos escasos centímetros – dice con seriedad pero finge que no tiene una sonrisa en sus labios. Yo también trato de contener la sonrisa – haremos esto, terminaremos con esta limpieza, tú me contarás qué te hizo esa retaca sádica y yo te daré unas cuantas pistas acerca de quién soy. ..... ¿Creen que los sobre nombres acaban? No lo harán ni en este cap ni en los siguientes. Y ya saben, pueden seguirme por mi IG : paola_yuu para más contenido extra. Abrazos   
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