Los últimos dos días han sido demasiados ocupados y con muchísima adrenalina al intentar disimular lo que Lucas y yo nos traemos. Nuestros besos a escondidas en la oficina, nuestras salidas a almorzar entre comillas, y algún que otro mensaje entre los dos; ha hecho que el día viernes se vea demasiado lejano. Hoy tengo que dejar de pensar en eso, o al menos por la siguiente hora. Necesito estar concentrada, necesito que me den ese puesto de trabajo; sobre todo porque de obtenerlo, me convertiré en su asistente ejecutiva. Miro a mi alrededor, y no puedo creer que esté en la recepción de la empresa de uno de los empresarios más sucios de Miami. Tengo muy claro que meterme aquí es meterme en la boca del lobo, pero es necesario. Preciso limpiar el nombre de mi padre y hacer que la familia de