Yo creía que mi habitación en la misión de Miami era de tamaño más que considerable, pero la de esta casa, es ridículamente inmensa. Es de color gris muy claro con algunos mínimos detalles en morado e incluso tiene una sala además del baño y el vestidor el cual es enorme también. — ¿Te gusta? — me pregunta mientras me mira fijamente. — Supongo que eso no importa mucho. — expreso de manera fría y voy hacia donde han dejado mis maletas. Me agacho para abrirlas y comienzo a desempacar mi ropa cuando le veo parado frente a mi — tendremos que ir de compras. Tienes que cambiar tu estilo. — me dice y solo levanto mi mirada hasta llegar a sus ojos. — Ni lo sueñes. Yo no dejare de ser quien soy por ti. Además, te comento que siempre aparecía en la lista de las mejores vestidas en cualquier eve