No puedo dejar de pensar en todo lo que Lucas me ha dicho ayer. No he podido dormir en casi toda la noche y aquí sigo dando vueltas en mi cama tomando el valor para ponerme de pie e ir a la oficina sabiendo que lo veré allí. Un golpe en la puerta irrumpe mi caos mental y al dejar que entre allí está mi padre con su traje gris listo para ir a trabajar —buenos días, hija, ¿aún no te levantas? — me pregunta con una tímida sonrisa. —Buenos días, padre, se me ha hecho tarde, pero te encuentro en la empresa, ¿sí? — explico y asiente levemente. —Te veo allí, por favor recuerda que tenemos una junta directiva a las 11 y que debes estar presente — me deja saber y tan sólo asiento. Desde ayer que mi padre ha insistido que debía estar presente en esa junta ya que se informarían algunos cambios