03 de abril de 1920 Grace El cuerpo de Grace dolía cuando se despertó aquella mañana. Ella pestañeó suavemente, sintiendo algo caliente en su espalda. Este algo caliente, depositaba suaves y húmedos besos en su cuello y en su hombro. Fue entonces cuando recordó la noche que había pasado junto a Rafael. -Buenos días -murmuró rozando su mejilla. -Buenos días -respondió en un suspiro. De repente, Rafael se alejó de ella y se enderezó. Sentía preocupación de mirarlo. ¿Y si se arrepentía de lo que había sucedido anoche? No obstante, lo hizo. Su ojos de un azul verdoso la miraban con cariño y una dulce sonrisa trazaba su rostro. Ella aprovechó para mirarlo, puesto que la noche anterior apenas había tenido ocasión de hacerlo. El cuerpo de Rafael estaba lleno de pálidas cicatrices que