01 de abril de 1920 Rafael Rafael se miró en el espejo mientras abotonaba los últimos botones de la manga izquierda. Todavía se sentía aturdido cuando pensaba en lo ocurrido con Grace. ¿Cómo habían terminado las cosas así? Sería una suerte si, durante el desayuno, aparecería el mayordomo anunciando que la señorita Grace se encontraba “curiosamente” indispuesta. No obstante, sabía que eso era algo imposible. Había sido capaz de comprobar que Grace podía ser alguien responsable sin proponérselo. También estaba la opción de fingir alguna clase de enfermedad y saltarse él mismo el desayuno, pero no era de exmilitares huir de una batalla. Sus antiguos compañeros de brigada se habrían reído de él si lo vieran huyendo de una indefensa mujer. La batalla del Somme fue dura. Las trinch