Los minutos pasaron lentamente después de eso. Cara a cara, ambos se miraban fijamente con una dureza que habría aplastado al más poderoso de los zares. Era evidente que ambos eran bastante cabezotas. Cada uno por una razón distinta, pero con un mismo tema en común: el canal. Rafael se abstuvo de suspirar cuando, una vez más, la mirada de Grace evitó la suya. No comprendía el motivo de tal cabezonería. Era cierto que las obras que se efectuarían en la zona serían grandes, pero los animales encontrarían otros sitios dónde habitar. Y la vegetación… Bueno, había mucha así que no pasaría nada por un par de árboles menos. No obstante, una parte de él seguía enfurecida a causa de su descontento. ¿Qué debería hacer para ver de nuevo aquella sonrisa? Era horrible tenerla delante, pero no ver su