Ambos fuimos con un psicólogo para tratar mi trauma y ayudar nuestro matrimonio, nos tomó un año, me sentía lista para tener un hijo con christopher.
Después de salir del consultorio, me tomo de las manos y me dio un beso en la frente. - Ve a casa, yo tengo un trabajo que me solicitaron -
-Esta bien, te cuidado mi amor -. Lo abrace fuertemente y le di un beso en sus labios. - a veces me dan ganas de regresar a trabajar -.
-Ya no tienes que hacerlo mi amor, no quiero que te pase nada pero si quieres volver ya no podemos ser padres -
Tenía razón, si volvía le quitaría la ilusión de ser padre,a lo que le dije. - que te parece si después de tener al bebé y tenga un año vuelo y podemos trabajar juntos así podemos cuidarnos ambos, el bebé puede quedar con una niñera -.se quedo en silencio un momento con tranquilidad, no se si le pareció la idea o no hasta que me respondió.
-No quiero que el bebé se quede solo, uno de nosotros debe de estar con el pero mejor lo hablamos en la casa, no digo que te estoy prohibiendo mi amor, me parece buena idea de trabajar juntos, así que la casa lo hablamos-.
Me dio un último beso y se despidió de mi. - Nos vemos en la noche para ir a cenar -
Volvía a casa sola y me prepare para nuestra noche, me consenti en el baño, poniéndome mascarillas y cuidar cada parte de mi cuerpo, con cremas lociones, ya casi siendo las 8 de la noche estaba preparanda, solo faltaba mi esposo, lo espere pacientemente, hasta que por fin llego pero su cara mostraba algo diferente. - Mi amor, ¿Pasa algo....?, te lastimaste -.
Lo revice con preocupación pero todo estaba bien, a lo que el me tomo las manos y me las beso como si me fuera a perder, con miedo. - Estoy bien mi amor, solo que.... No puede matar a la persona-.
-No entiendo mi amor, se te escapó o estaba resguardado -. Estaba confundida, su expresión no me decía nada bueno.
-Era una mujer pero no dijeron que estaba embarazada y... No pude matarla, me imagine que eras tu y me cobarde -. Su voz se escucha sincera pero con pena y tristeza, lo abrace y lo senté en el sillón.
-Esta bien mi amor, no te preocupes, lo entiendo, culpa era del cliente que no dijo completa la información -. Lo acariciaba con suavidad, tratando de tranquilizarlo, se miraba deprimido a lo que levanté su rostro y le sonreí.
- Mi amor, es nuestra noche, recuerda que hoy intentaremos en tener a nuestro hijo, ¿acaso ya no quieres? -. Su rostro se iluminó, se le había olvida nuestra cita, se animo de un segundo a otro, se levantó y fue rápido a alistarse.
Esa noche tendríamos una velada romántica fuimos al mismo restaurante qué de la primera vez, me puse hermosa para ese día , llegamos con tanta felicidad en nuestro rostro y más christopher qué por fin se le haría realidad su deseo de ser padre, nos sentamos en la misma mesa, el nunca me quito la mirada de encima.