016.

2969 Words

Hunter. Cuando despierto al día siguiente, con el sol golpeando mi rostro, siento el brazo entumecido puesto que estamos en la misma posición que cuando nos fuimos a dormir. Tengo todavía a Mia entre mis brazos, durmiendo plácidamente, con el cabello cayendo por su rostro, la respiración tranquila y sin ganas de despertar, al parecer. No sé por qué tenerla así me saca una sonrisa. Recuerdos de nuestras primeras veces vienen a mi mente, con dos jóvenes que no tenían idea de lo que era la intimidad, los cuales creían que la única forma de ser íntimos era cogiendo, pero ahora veo que no. Esto es intimidad en su máxima expresión, dos personas que a pesar de todo lo que han pasado, son reconfortantes para el otro. Mia me da esa paz de saber que tengo un lugar en ella, un lugar seguro. Y a

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