Cerramos en restaurante temprano después de muchos años, era la primera vez que no servimos la cena, regresamos a casa, en el camino investigamos desde el teléfono de Rachel más sobre la noticia de la muerte de Daniel Waldorf, aunque los niños no dejaron hacer mucho porque querían meterse a ver cosas ahí, al llegar a casa, Rachel les dejó el teléfono y nos fuimos a la computadora donde buscamos la información, efectivamente, Daniel Waldorf había fallecido y en la lectura del testamento le dejó todo a Leighton Waldorf, su única nuera e hija de su socio Nate Thoms, todo parecía indicar que si no aparecía en el plazo de un año los Waldorf perderían todo y sería donado a las diferentes fundaciones y caridad.
–¿Cómo puede ser un hombre tan cruel? –dudó mi tío Kendal.
–¿Cruel? –dudó Rachel.
