Capítulo 9

1976 Words
Al llegar al hospital salimos del auto lo más rápido posible hasta llegar a una sala de espera, deje a mi madre y busque a una enfermera o a la primera persona que vea para pedir información. –Señorita, disculpe el señor Daniel Waldorf acaba de llegar y necesito información de él. –Enseguida le aviso al médico. La enfermera se retira y yo vuelvo con mi madre, se está apretando las manos, debe estar nerviosa, lleve un poco de agua para tranquilizarla. –La enfermera dice que pronto vendrá un médico a hablar con nosotros –le expliqué –. Seguro está bien, si fueran malas noticias ya lo sabríamos. Ella tomó el vaso y bebió del agua, luego me miró. –No debiste tratarla así. –¿Qué? –dudé. –A Sarah, no debiste gritarle, eso no es de un caballero educado y ella solo quería darte apoyo. –Por favor mamá, Sarah me ha causado demasiados problemas y por más que le expliqué que no tenemos nada sigue insistiendo, lo que pasó hoy fue culpa de ella. –Por supuesto que no –me regañó –. Tu padre ha estado enfermo desde hace muchos años, no le puedes echar la culpa así a esa niña cuando te ha ayudado tanto. –Yo no le he pedido esa ayuda y es lo mínimo que puede hacer, ella sabe que estoy casado con Leighton. –Leighton, la chica que se lanzó de ese puente. –¿Qué tal si no lo hizo? –cuestioné. –Escuchaste al detective, viste las evidencias, por favor hijo, ya supéralo, haz tu propia vida, Sarah es una mujer que te quiere y te ha apoyado estos años. Mamá siempre me decía que debería avanzar, dejar de pensar en Leighton, comprar un apartamento y continuar con mi vida, pero yo no sé cómo hacerlo, siento que no lo merezco, que todo lo que pasó ha sido mi culpa y no merezco seguir con mi vida. Un error de una noche y mi vida cambió para siempre, perdí al amor de mi vida y las desgracias vinieron una tras otra, apenas estoy sobreviviendo y es algo que incluso ya no quiero hacer. –Ya no hablemos de eso, mamá. Entonces un médico salió y se dirigió hacia nosotros, me levanté y mamá también lo hizo, me di cuenta de su rostro, no eran buenas noticias. –Buenas noches –saludo –. Soy el doctor Smith, el señor Daniel Waldorf ha venido aquí en muy mal estado, sufrió un ataque cardíaco fulminante, hicimos todo lo que pudimos pero no se salvó, lamento mucho su pérdida. Fueron como dagas a todo mi cuerpo, mi madre a mi lado se negó, retrocedió y empezó a llorar, tuve que sostenerla aunque yo también estuviera a punto de derrumbarme. Otra vez, estaba pasando de nuevo. Otra persona había fallecido y todo era mi culpa. Mi madre lloraba, el médico sugirió darle calmantes y la lleve a su casa, está vez sentía que ya no podía seguir, mi mundo cada vez se derrumbara más y más, poco a poco la estructura comenzaba a caerse y todo eso me cayera encima, no me permití llorar, tuve que empezar a hacer los trámites, llamar a la funeraria y coordinar el traslado del cuerpo, algunas personas empezaron a llamar para saber sobre mi padre porque lo habían visto hasta en televisión, la noticia hacia salido incluso en los medios porque ese día estaban ahí, después de un rato empecé a decir las mismas palabras como una grabadora, Travis llegó, lo que agradecí, fue al único que le dije, sabía que Isaac ni lo entendería y pediría que nos emborrachamos, algo que ya no hacía en público. Mi padre ya había dejado un plan en la funeraria y todas las instrucciones necesarias así que fue más sencillo, los medios llegaron, tuvimos que colocar seguridad, mi madre estaba destrozada, estuve a su lado intentando ser fuerte, pero yo estaba igual o quizá peor. Mi padre solicitó la cremación, así que nos entregaron una urna con la que dimos un pequeño recorrido y al final la dejamos en el mausoleo, decidimos hacerlo un poco más privado, mi padre era una persona muy conocida y querida, pero yo no estaba listo para lidiar con tantas personas, creí que lo de Leighton me había dolido, pero hacer el funeral de mi padre fue devastador. Lo peor de la muerte es para los que nos quedamos aquí. Después de unos días el abogado nos mandó a llamar, yo no quería ir, apenas si podía levantarme de mi cama, no quería saber de nada, ni de nadie, por increíble que parezca fue mi madre quien me levantó. –Vamos hijo, que la lectura del testamento no es cualquier cosa. –Como mi padre tuvo tantos hijos seguro que la fortuna no alcanza –mencioné. –Por favor hijo, son órdenes del abogado. –Eso no importa mamá, que no ves que ya no hay nadie, ustedes no tuvieron más hijos, yo no tuve hijos con Leighton y cuando nosotros ya no estemos todo se va a perder, ya no será de nadie. –Greg, por favor, no me hagas esto, por favor, no quiero estar en la calle los años que me quedan aquí –me pidió –. Tu padre siempre me dio todo, por favor, que no me falte al menos ahora que me falta él. Me tuve que levantar de la cama y cambiarme, el abogado llegó poco después y nos espero en la oficina, teníamos que tener dos testigos, así que llamé a Isaac y Travis, aunque Travis llevó a Emma, seguro quería que me diera ánimos y casi que lo logro, mi niña y sus abrazos me reconfortaron, los abrazos de los niños son los más sinceros y puros. Cuando todos estuvimos presentes el abogado se presentó ante todos. –Mi nombre es Simón Grant y ya que todos están presentes leeré el testamento del señor Daniel Waldorf… Yo Daniel Waldorf en pleno uso de mis facultades mentales y físicas a mis cincuenta y ocho años de edad y en presencia de mi abogado Simon Grant y la presencia y aprobación del juez Robert Feldman, me dispongo a escribir mi testamento. Cómo última voluntad declaró que todos mis bienes y fortuna familiar serán entregados y declarada como única heredera a Leighton Waldorf o Leighton Thoms como se haga llamar en este tiempo… –¡¿Qué?! Fue mi madre quien gritó, yo estaba paralizado, lo había dicho bien, dijo que todo se lo dejo a Leighton. –Señora, por favor no interrumpa –le pidió el abogado y continúo. Cómo única heredera a Leighton Waldorf o Leighton Thoms como se haga llamar en este tiempo, estoy consciente que mi querida y amada nuera no se encuentra, así que la noticia se dará por todos los medios a nivel mundial y si Leighton Waldorf no reclama la fortuna Waldorf al plazo de un año todo será donado a las diferentes instituciones. Estoy consciente de mi decisión y confío plenamente en que mi familia respete mi última voluntad, mi hijo Greg es capaz de volver a empezar y mi amada Deborah nunca tuvo la ambición de vivir en abundancia, está es mi última voluntad y deseo que se cumpla. A continuación el abogado mencionó todas las propiedades de mi padre y sus cuentas bancarias, también las instituciones que debía ser donado el dinero si Leighton no aparecía a reclamar la fortuna. Mi madre comenzó a llorar, ya no sabía por qué estaba llorando, ella tenía lo suficiente para vivir, tenía a su nombre la casa y dos cuentas bancarias donde mi padre le dejó suficiente dinero, yo apenas tenía la casa, bueno, no era mía, esa casa se la había comprado a Leighton, así que lo que tenía era un auto y mis cuentas bancarias, lo que perderíamos sería el negocio y las propiedades del extranjero, otras más aquí y el dinero que estaba a nombre de él. –Dígame señor Grant, ese testamento, se puede hacer algo para que no se cumpla –dudó mi madre. –Señora Waldorf, es la voluntad de su esposo. –Se puede impugnar –dijo Isaac –. Buscaremos a un buen abogado, Greg estará a cargo. –Yo creo que el testamento está bien –expresó Travis –. Estoy seguro que Leighton va a aparecer y ella lo va a arreglar. –Esa niña está muerta –gritó mi madre, nunca la había visto tan alterada –. No va a aparecer. –Tranquilízate mamá –le pedí –. Muchas gracias por todo abogado, haga que la voluntad de mi padre se cumpla y encárguese de los medios para buscar a la heredera de la fortuna Waldorf. –Empezaré desde ahora. El hombre se fue y mi madre me miró con pánico. –¿Qué haces hijo? Debemos impugnar el testamento como dice Isaac. –Puedo localizar a un buen abogado desde ya, la firma Akerman es la mejor, seguro que no envían uno capaz. –Ya ves, Greg. –Creo que se están precipitando, si Leighton aparece, ella lo va a arreglar. Travis parecía demasiado tranquilo, Isaac demasiado hostil y mi madre muy alterada, yo no tenía ganas de nada, de cualquier forma en algún momento la fortuna moriría conmigo, me daba igual ese dinero. Le pedí a todos que se fueran, le di a mi madre unos calmantes y la lleve a su dormitorio para que descansará, no parecía extraña la petición de mi padre, él siempre pensó que Leighton estaba viva y que volvería con tantas súplicas que hacía en cada evento, de hecho todos los eventos se duplicaron después de que ella se fue, él tenía la esperanza que ella regresará, sinceramente aunque no lo hiciera tenía un alivio en mi interior, si perdía la fortuna, ya no tendría que lidiar con ese estrés del apellido Waldorf. … Mientras Greg se iba a descansar pensando en lo que su padre había hecho, en un pequeño pueblo a varios kilómetros de la residencia, existía un pequeño restaurante que servía los más exquisitos platos de comida. –Leia, en la mesa dos, otra vez quieren felicitarte –le mencionó un mesero a la chef. –Si son inversionistas ya les habrás dicho que no estamos interesados. –Es tu restaurante no el mío. La mujer salió y se detuvo cuando vio al pequeño niño rascándose la cabeza con el lápiz. –No hagas eso, Aiden o te vas a lastimar. –No entiendo esto –señaló el libro, probablemente porque el libro de matemáticas era demasiado avanzado para su edad, pero las sumas y las restas ya las había aprendido con facilidad a sus cinco años de edad. –Ya lo entenderás, cariño. –¡Mami! ¡Mira lo que puedo hacer! –gritó otra niña que se había subido a una mesa para hacer una de sus inesperadas piruetas. –¡Aria! –Yo la tengo –apareció la mujer pelirroja. –Le quitas la diversión a todo, tía –refunfuñó la niña cuando la bajaron de la mesa. Entonces un hombre señaló al televisor. –Ya vieron eso, un hombre le dejó su fortuna a su nuera, debió estar demente. Eso hizo que todos vieran las noticias y el mesero le subió volumen, en los titulares se podía ver. “El dueño y millonario Daniel Waldorf falleció” –Puedes creerlo, Peter –dijo la presentadora –. Dejarle toda tu fortuna a tu nuera que por lo que sabemos ya ni siquiera existe. –Aquí la verdadera pregunta es ¿Quién es y dónde está Leighton Waldorf? –Leighton Waldorf o Thoms como quieras que te hagas llamar tienes un par de millones que reclamar.
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